Cultura

LITERATURA

Marta Sanz: "Me revienta el estereotipo de la mujer que no se queja nada"

La autora protagoniza, junto al hispanista Cees Nooteboom, las páginas del último número de "Turia"

Marta Sanz: "Me revienta el estereotipo de la mujer que no se queja nada"
Marta Sanz: "Me revienta el estereotipo de la mujer que no se queja nada"
S.E.

HUESCA.- Dos entrevistas exclusivas ocupan la sección de Conversaciones, dedicada a la actualidad, del nuevo número de Turia, una de las publicaciones culturales españolas más veteranas y reconocidas, con 36 años a sus espaldas y de periodicidad cuatrimestral.

Alrededor de 50 páginas dedicadas a las charlas mantenidas con el hispanista holandés Cees Nooteboom y la escritora Marta Sanz, en las cuales ambos hablan con absoluta libertad y franqueza de sus respectivas obras y trayectorias. Y, sobre todo, con sus respuestas se ocupan también de abordar diversas cuestiones que afectan o interpelan a la sociedad. En este nuevo número también se incluye, entre otros contenidos, un artículo original sobre la huella Benito Pérez Galdós en las letras hispánicas, elaborado por José Carlos Mainer, historiador, crítico literario y catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza.

Marta Sanz es, por derecho propio, uno de los nombres más destacados de las letras españolas de nuestros días. Esta madrileña (1967) posee una personalidad cercana y vivaz, un sentido de lo colectivo muy acusado y una imperiosa necesidad de atrapar en sus libros y colaboraciones periodísticas los movimientos del presente. Su nueva novela, Pequeñas mujeres rojas, acaba de llegar a las librerías. Un ejemplo más de su obra, en la que mediante la poesía, la narrativa y el ensayo nos muestran su capacidad para contar lo que quiere contar; una literatura que corre en paralelo a lo que observa, a lo que vive, a lo que intuye que se avecina.

Para ella, la escritura es una necesidad: "Yo no sé lo que es la página en blanco y tengo unas ganas constantes de contar cosas. Esto probablemente es así porque siempre tengo las ventanas abiertas". Inquieta, perfeccionista y meticulosa, la autora de Monstruas y centauras ha tenido "siempre" muy claro que si quería desarrollar una obra literaria "necesitaba persistencia, disciplina y muchísima voluntad".

Una energía y un tesón, cuyo origen Sanz lo encuentra en su infancia -"siempre fui precoz y mis padres eran personas involucradas en la cultura y la política"- y en el haberse formado en la escuela pública, que le ha hecho la mujer que es.

La Escuela de Letras de Madrid, cuando acababa de finalizar Filología, es donde empezó a forjar su "sentido crítico hacia los textos". No en vano, para ella, "la literatura nos ayuda a aproximarnos a los acontecimientos históricos desde esa visión de que lo personal es político".

Mujer feminista y de izquierdas, considera Marta Sanz que "la violencia contra el cuerpo de las mujeres está directamente relacionada con la violencia que se ejerce económicamente" y, según reconoce, "me revienta ese estereotipo de la mujer que puede con todo y no se queja por nada".

UNA NECESIDAD PARA SANZ

Con 86 años, Cees Nooteboom, que vive retirado en su casa de Menorca, es leyenda viva de la cultura europea contemporánea. Nacido en La Haya (1933), es uno de los escritores más sugestivos y originales del panorama de la cultura en Europa. Autor de novelas, poesía, ensayos y libros de viaje, su obra ha sido traducida a más de veinte idiomas y ha obtenido innumerables premios en distintos países. Sin embargo, Nooteboom es ahora un monje que, de finales de primavera a principios de otoño, se recluye en su casa de Menorca.

Confiesa que le gusta marcar los tiempos y evitar distracciones innecesarias que le alejen de sus dos dedicaciones favoritas, como son el leer y el escribir. Reconoce incluso cierto pesar por no haberse recluido. "Me he perdido parcialmente la vida interior, que tira mucho de mí", añade.

De joven recorrió Europa haciendo autoestop. Este hecho le permite guardar un grato recuerdo de la relación que mantuvo con los camioneros en aquellos años. "Me lo he pasado muy bien con ellos, he dormido en sus casas, he pescado cangrejos con ellos en el Guadalquivir... Otros tiempos, los caminos eran más primitivos y el concepto que se tenía del extranjero era otro", responde.

Preguntado por su visión sobre nuestro presente, el hispanista es de la opinión que "vivimos en un mundo menos asilvestrado. Pero a veces -añade- soy pesimista y me ataca la impresión de que los cerebros menguan".

Una de las constantes de su obra ha sido la reflexión sobre Europa y el nacionalismo, y al hilo de esto Nooteboom está convencido que "el europeísmo no atenta contra la identidad particular. Europa debe ser un dique contra la gula y la tortura presentes en El jardín de las delicias. Este cuadro debiera funcionar como advertencia. Hay objetos en él propios de una pesadilla futurista". Por eso, añade, "el "brexit" es un fracaso social y una irresponsabilidad política. Debería servir de escarmiento ante quienes juegan con los sentimientos identitarios".

En la entrevista, Nooteboom conversa también sobre si el islam es incompatible con Occidente y se muestra partidario de la coexistencia: "Lo importante es que haya ley, y prevalezca, y las partes se ajusten a ella". Eso sí, "hay que evitar que se aproveche nadie del Estado de Derecho". Dice estar "enamorado de Proust", defiende que "no hay mayor respeto para un clásico que ponerlo al día", y por eso postula firmemente que "la cultura ha de estar en movimiento. Apartemos los miedos. Dejar como están las cosas es alejar del conocimiento a gente que lo quiere tener".