Cultura

CÓMIC

Alfonso Zapico: "Es un lujo abandonar la mesa de dibujo y descubrir cómo llegan mis historias"

El autor, Premio Nacional de Cómic, participa este miércoles a las 18:30 horas en una sesión virtual del club Entre Viñetas y Bocadillos, que está organizada por la Biblioteca Municipal Ramón J. Sender de Huesca

Alfonso Zapico: "Es un lujo abandonar la mesa de dibujo y descubrir cómo llegan mis historias"
Alfonso Zapico: "Es un lujo abandonar la mesa de dibujo y descubrir cómo llegan mis historias"
S.E.

HUESCA.- El club Entre Viñetas y Bocadillos de la Biblioteca Municipal Ramón J. Sender de Huesca tiene este miércoles a un invitado de excepción: Alfonso Zapico.

El historietista y dibujante (Blimea, Asturias, 1981), ganador del Premio Nacional de Cómic, se conectará hoy, a las 18:30 horas, a la plataforma Jitsi meet.

"Es un lujo poder abandonar un poco la mesa de dibujo y descubrir cómo llegan mis historias al otro lado", cuenta el autor que, sobre todo, se centrará en hablar de La balada del norte, que ha supuesto "un punto y aparte" en su carrera.

Hoy estará presente en la sesión del club de cómic Entre viñetas y bocadillos de la Biblioteca Ramón J. Sender, que se realizará online. ¿Con qué va a sorprender a sus lectores?

-Muchas actividades como esta se planificaron durante el confinamiento, pienso que el objetivo primordial es fomentar la lectura, promocionar el cómic como lenguaje, invitar a los lectores a que descubran las historias que dibujamos, a que reflexionen sobre ellas, que compartan sus impresiones entre ellos... y en este caso específico, con el autor también. Para mí, como autor es un lujo poder abandonar un poco la mesa de dibujo y descubrir cómo llegan mis historias al otro lado. Para el lector es una oportunidad de plantear una pregunta, una duda... Lo de hoy será, sobre todo, una conversación.

La sesión se centrará en La balada del norte (Astiberri). ¿Qué ha supuesto este título en su trayectoria?

-Es una obra a la que me lancé después de Dublinés, que ganó el Premio Nacional, e inicialmente estaba prevista para ser publicada en un tomo único. Ha supuesto una sorpresa muy agradable porque ha funcionado muy bien a nivel de lectores y crítica, pero también como proceso creativo porque ya llevo cuatro libros (y con suerte no habrá más). La balada del norte fue un punto y aparte porque es una historia en la que abandoné los escenarios que había dibujado hasta entonces (muy exóticos, muy lejanos, muy literarios) y me lancé a recrear la Asturias negra de los valles mineros en los años 30 (que es de donde yo vengo).

¿Por qué le inspiró la época de la Segunda República para crear esta historia —

-No es tanto la República en sí misma como el contexto de los duros años 30: el fin de la monarquía, la crisis económica, la polarización de la sociedad, las revueltas obreras... todo aquello explotó en la revolución de 1934 y es un hito temporal clave para explicar un mundo y una sociedad, la de las cuencas mineras de Asturias.

Es un cómic "en blanco y negro". ¿Era preciso darle este toque oscuro a la historia —

-Estos negros y estos grises son perfectos para la historia. Dan color a un mundo en bitono, el de aquellos pueblos de carbón, hollín, escombro y cenizas. La gran industria y la tragedia histórica. Es una gama cromática inevitable.

¿Está contento con la edición que ha publicado Astiberri —

-Muy contento, han hecho un esfuerzo enorme para dar la mayor dignidad al libro manteniendo un precio accesible a todos los bolsillos. Los editores de Astiberri aman este libro, y como todos los libros que editan, desde la estantería de la librería se huele la tinta impresa y el amor de un editor.

El tomo lleva ya varias ediciones vendidas. ¿Qué cree que es lo que más ha gustado al público de la obra —

-Hay públicos diferentes: al público asturiano le gusta que se cuente esta historia, que es la suya, una historia de memoria colectiva, de luces y sombras, que permite que se los recuerde y se los valore. Al público que no sabe nada del tema ni del territorio, le gusta descubrir esta sociedad y estos personajes que casi pertenecen a un realismo mágico que estaba aquí escondido y del que nadie sabía nada.

En 2012 ganó el Premio Nacional de Cómic. ¿Qué supuso este galardón en su carrera —

-Fue un aliciente para dibujar más historias, para atreverme con nuevos proyectos, para tener fe en mi capacidad como autor. Seguramente sin el Premio Nacional de Dublinés nunca hubiera dibujado La balada del norte.

¿Qué consejos le daría a los dibujantes e historietistas que están empezando su trayectoria —

-Les diría que no hay que tener prisa ni desesperarse, porque son muchas las razones que incitan a no dibujar una historia, a no publicarla, a no dedicar uno o dos años a un proyecto, un libro, que nadie sabe dónde acabará. Deben agarrarse a la única razón de peso que nos queda para permanecer frente a la mesa de dibujo: esa rabiosa necesidad de expresar algo y compartirlo, de contar una historia.