Cultura

LITERATURA Y FOTOGRAFÍA

"Charo", un libro de belleza inspiradora

La Ribagorzana da vida a esta publicación-capricho del universo Margiela, en una edición limitada y numerada de 400 ejemplares

"Charo", un libro de belleza inspiradora
"Charo", un libro de belleza inspiradora
D.R.

GRAUS.- Con mucho mimo, el mejor papel, encuadernado a mano y a través de la exclusiva mirada de Daniel Riera -un fotógrafo de moda internacional que ha trabajado para Hermès o Dior y es colaborador asiduo de la revista Vogue-, el "libro-capricho" Charo, un lugar en Margiela exhibe algunas de las 250 piezas que componen la colección de Alex G. Cano, una de las colecciones privadas más completas del reputado diseñador de moda belga Martín Margiela. Los diseños, algunos de los cuales nunca se habían llevado, cobran vida en el entorno de una abadía abandonada del siglo XVI ubicada en Charo (La Fueva) y es la flamante editorial del propio Cano, creada con vocación de ser también una marca, La Ribagorzana, la plataforma que las muestra al mundo sobre el cuerpo de cinco mujeres del universo de Cano y Margiela.

"Fue el propio Daniel quien tuvo la idea de hacer las fotos en Charo, la idea es suya porque ni en mis mejores sueños podría haberme permitido contar con él", comenta Cano aludiendo a los orígenes de este proyecto que supone despedirse de la colección que presenta la obra, una colección épica del diseñador Martin Margiela. Un bonito adiós a unas piezas que ahora se encuentran divididas entre el Metropolitan Museum de Nueva York, el Palais Galliera en París y distintas colecciones privadas en Europa y Japón.

La colección, que fue reunida a partir de 2006 y durante una década, la componen doscientas cincuenta piezas de las colecciones más emblemáticas del diseñador, presentadas desde 1984 hasta la temporada invierno de 2006. Algunas de esas piezas no fueron vividas, pues nunca se llegaron a poner hasta ese día de enero de 2018 cuando se realizaron las fotos.

Llegadas desde Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Europa y Asia, por fin, en enero de 2018, salen de su caja, donde han dormido un letargo de años, arropadas, quizá aturdidas, pero en excelentes condiciones de conservación, para cobrar vida en Charo.

Cano recuerda las mujeres de quienes obtuvo las piezas. "Nunca pude comprarlas en tiendas, siempre de segunda mano, a gente que la había usado, o no. Eran muy distintas, pero tenían en común que eran mujeres muy fuertes, muy inteligentes, fascinantes. Las clientas de Margiela son distintas a las de cualquier otra marca", recuerda.

En Charo, ese 2018 recorrieron las praderas y los caminos, jugaron con los copos de una nieve inesperada, disfrutaron del sol amable que suaviza el perfil de un territorio de silencios y soledades; "allí, donde, como en el trabajo de Margiela, todo es esencial". Algunas de las imágenes, precisó Cano, fueron captadas en Llanos del Hospital, en Benasque.

Charo es la despedida de una colección, única e irrepetible, profundamente personal, el último momento antes de que cada pieza emprenda un nuevo camino; el testimonio de un universo que se desintegra para dar lugar a otros. "La mirada de Daniel Riera a través de su objetivo será la voz silenciosa que lo narre. Conjugará su ojo sensible con la memoria para, así, capturar el alma de la colección, aquello invisible que explica lo que se ve. También evoca la conexión del propietario con el imaginario de Margiela y su sensibilidad, cómo entiende el creador la belleza, el cuerpo y los materiales, la feminidad sin artificios; ahí está su magia para hacer que las creaciones parezcan tan serenas como vivas, su presencia y su corporeidad, su narrativa atemporal".

Y las piezas lucen, por deseo del propietario, sobre las personas que inspiraron la colección, "todas fascinadas, y todas de diferente modo, por el imaginario de Margiela. Cada una de ellas ha supuesto una manera de inspirar nuevas creaciones, de conocer, entender y acercarse al creador, también de imaginarlo, de compartirlo y vivirlo".

Cinco mujeres de edad, fisonomía y personalidad distinta, que se fundirán con las piezas de la colección que va a fotografiar Daniel. Una sensibilidad próxima al diálogo entre la colección y su coleccionista. Cuando pienso en algo bello, es algo visto por él, me ha educado la mirada todos estos años. Solo él podía hacerlo".

El ejercicio se realizará en distintas etapas. A principios del 2018, en Charo, con Georgina Ordinas y Charo Mora. Georgina es la persona en la que el coleccionista imaginó todas las piezas que iba adquiriendo. "Tenía que encajar en ella". Por su parte, Charo Mora le abrió la puerta de la curiosidad a través de sus clases de Historia de la Moda.

En mayo del mismo año, las fotos continúan en Bilbao, concretamente en la tienda Persuade, con Andrea Mendieta y su madre, Rosa Orrantia, la mujer que introdujo a Margiela en España desde las primeras colecciones, la centinela que cuando habla del creador se emociona y emociona.

Finalmente, en junio de 2019, con Elena Cardona, compañera de profesión. "Elena para mí es la creatividad. Me enseñó a entender a Margiela desde dentro" y le ayudó a trabajar para el propio Margiela cuando solo tenía veinte años". "Ellas son las que les dan vida a las prendas, las que hacen posible que las piezas cumplan el papel para el que fueron creadas. Con ellas se cierra el círculo, se completa la aventura que es este libro".

PRIMER PROYECTO

Un libro que no habla de Margiela, sino de una colección irrepetible que ya fue. Habla de una belleza que, lejos de ser efímera, inspira otras bellezas, otras vidas. El libro es además el primer proyecto publicado por La Ribagorzana, una edición limitada y numerada de 400 ejemplares, realizada en castellano e inglés, con 330 páginas, de 32 x 24 centímetros, tapa dura, funda y un papel de lujo.

Las últimas copias están disponibles a través de la web laribagorzana.com o en las librerías Ibor y Castillón de Barbastro, con un precio de 180 euros (envío internacional express incluido). "La distribución está siendo sobre todo en Japón y Estados Unidos y el perfil del comprador es gente del mundo de la moda que conoce el trabajo de Margiela y quiere más".

Los orígenes ribagorzanos de Alex G. Cano han dado nombre a la editorial La Ribagorzana, que promete ir más allá en el mundo del arte. "Ha surgido que el primer proyecto fuera un libro, pero La Ribagorzana es una marca orientada a cualquier tipo de producto y abierta a colaboraciones", adelanta Cano.