Cultura

CINE

"Entre guisantes", un corto que se propone mejorar el mundo

Es un trabajo realizado por la comisión de Medio Ambiente del Ceip San Juan de la Peña

"Entre guisantes", un corto que se propone mejorar el mundo
"Entre guisantes", un corto que se propone mejorar el mundo
S.E.

JACA.- "Era el año 2020, yo tenía 12 años entonces y nuestra vida era muy distinta. Teníamos vehículos con los que nos movíamos rápido, rápido, por tierra, mar y aire; comíamos alimentos cultivados en la otra parte del planeta; comprábamos cosas y las tirábamos, haciendo montañas de basura...", relata una abuela. "¡Qué barbaridad!", responde su nieta Oroel.

Con este diálogo entre generaciones comienza el cortometraje Entre guisantes, protagonizado por Nuria Vicente y la joven Alicia Climente, bajo el guion de Alicia Lafuente y la dirección de Jorge Vivo, con su productora Vivofilms. Tiene una duración de 7 minutos y 30 segundos y es un trabajo llevado a cabo por la comisión de Medio Ambiente del Ceip San Juan de la Peña, de Jaca.

"Deseamos que el mensaje se haga viral para mejorar nuestro mundo", aseguraba la directora del centro escolar, Luisa Ferrer, satisfecha con las más de 2.500 visualizaciones que acumula el cortometraje en el YouTube de Jorge Vivo desde su lanzamiento, que tuvo lugar a mediados de semana. Una gran acogida para un proyecto llevado a cabo por personas relacionadas con el colegio.

La trama gira en torno a una conversación que en un futuro lejano mantienen la abuela y la nieta, recordando cómo la sociedad aumentó su concienciación medioambiental acerca de asuntos como el cambio climático, el uso de los recursos o el trato a los animales a raíz de la pandemia de la covid-19 y el confinamiento domiciliario.

"Estábamos cambiando el clima, extinguiendo muchísimas especies y llenando el océano de plásticos. Y cada invierno nevaba menos", afirma el personaje interpretado por Nuria Vicente, al tiempo que se ven imágenes de los glacis de la Ciudadela de Jaca, con las montañas nevadas al fondo. "De repente, apareció este virus y cambió nuestras vidas", continúa, mientras se puede ver la calle Mayor y la plaza de la Catedral completamente vacías.

Todo cambió cuando aquella abuela, entonces una niña de 12 años, se encontró en el centro de Jaca con un corzo que sabía hablar. El animal aprovechó la pandemia para "acercarse al poblado de los humanos" y le aseguró que "el mundo era más habitable", pues "hay menos ruido, no hay coches que nos puedan atropellar, hay menos contaminación y no hay escopetas". Aquella conversación se repitió con otros niños, que trasladaron sus inquietudes a los adultos.

"Acabamos convenciendo a la sociedad de que la buena vida era otra cosa: amor, cuidado, conexión... Y que debíamos encontrar un equilibrio con la naturaleza. No nos esperábamos que de aquel virus pudiera salir algo bueno. Este presente podría ser muy diferente, pero ocurrió la lucidez. Y hoy vivimos así de bien en este planeta hermoso", recuerda la abuela.

"¿En serio que en vez de dar el paseo de vuelta ibais en coche?", pregunta su nieta. "¡Mira que estábais locos!", agrega la niña, en la recta final del cortometraje, que muestra imágenes de un campo desde el que al fondo se divisa la peña Oroel, uno de los símbolos de Jaca.

El corto acaba con el lema "Yo creo (en) un mundo mejor" y se dedica a todos los niños y las niñas del mundo.