Cultura

RELATOS CORTOS

El escritor Carlos Castán reúne en "Cuentos" todos sus relatos breves

"Frío de vivir", "Museo de la soledad" y "Solo de lo perdido" conforman este libro, disponible desde este miércoles

El escritor Carlos Castán reúne en "Cuentos" todos sus relatos breves
El escritor Carlos Castán reúne en "Cuentos" todos sus relatos breves
I.W.

HUESCA.- Carlos Castán reúne en un solo volumen sus libros de cuentos. Frío de vivir, Museo de la soledad y Solo de lo perdido conforman las 510 páginas de Cuentos, un libro que entusiasma a su autor debido a la actual dificultad por localizar sus obras. Explica a este periódico que esta reedición es algo que le ilusiona "porque esos libros estaban ya bastante inencontrables, había gente que los quería leer pero se tenía que meter en esas páginas que te piden un dineral, si es que lo localizas". Además, añade que "como bonus track" se incluye el texto de Polvo en el neón. Un libro que editó Tropo y que compuso a medias, recuerda, con Dominique Leyva, un fotógrafo de Albuquerque (Nuevo México) que vive en Huesca. Relata que "él había hecho unas fotografías sobe la ruta 66 y yo puse el texto, así que compusimos el libro a medias".

En realidad, aclara que Cuentos, que sale este miércoles a la venta, tiene todo lo que ha escrito "a excepción de un librito de artículos y la novela La mala luz, que también ha sido reeditada en el pasado mes de septiembre, en una edición poco comercial, porque ha sido Prensas Universitaria de Zaragoza", y expone que es una coincidencia el que, prácticamente en un par de meses, se hayan reeditado sus textos que "estaban ya con dificultades para ser encontrados".

Cuentos es un volumen especial desde su propio prólogo, que permite ver la evolución del escritor en sus textos y en su vida porque relata que "desde un punto de vista más académico, al estar ordenados en orden cronológico, es fácil ver la evolución". Según advierte Castán, "en el primer libro, aunque soy un escritor más bien tardío, hay muchas cosas que se corresponden con la juventud porque las vas guardando y el arrebato, la frescura, la rabia y la intensidad mayor están en este primero; luego, cuando te vacías, en el segundo libro, vas mejorando alguna cosa y aunque los temas vienen a ser más o menos los mismos, en los siguientes sí gano un poco de contención y un acercamiento más intencionado a los temas".

Temas que, por cierto, aclara que son diversos ya que "hablar de los libros de cuentos es muy complicado porque cada uno contiene muchas historias y no se puede predicar lo mismo de todos, hay temas y registros diferentes, pero el origen de todos los relatos es la vida, lo que yo he vivido y lo que he mirado vivir, pero también se añade el componente de la ficción, es decir, de la invención, además, se cuentan las mismas obsesiones del autor desde distintos ángulos, a veces se intenta un registro más coloquial, otras es una monólogo interior...".

En este sentido, defiende el escritor que "la literatura te permite imaginar cómo debería ser la vida y responde a una necesidad que tenemos de algo más, como si consideráramos que la realidad por sí sola es insuficiente".

Cada relato de Cuentos de Castán persigue contar una historia que surge de la necesidad de narrar algo que "si yo no lo cuento se quedará en silencio para siempre", pero enfatizando en la forma, para lo que se justifica diciendo que "hay escritores que son más de qué se cuenta y yo sería más del cómo, le doy mucha importancia al lenguaje" y razona que "la función última de la literatura es la de arrojar luz sobre la condición humana y eso no lo puedo hacer de cualquier manera sino con un compromiso con la estética".

Cuentos lleva al lector por Madrid, Zaragoza y el Alto Aragón como escenarios principales porque, detalla Castán, "salvo en Polvo en el neón, que recorre la ruta 66 de Estados Unidos y todo ese mundo de los moteles y carreteras, prefiero situarlos en escenarios conocidos, calles que yo he pisado y situaciones que he vivido, y mi vida ha sido siempre un vaivén entre Aragón y Madrid". Así explica que "de padres oscenses" se trasladó a vivir a Madrid con 9 años y también residió en Zaragoza.

EL CUENTO, EN AUGE

A pesar de que es un libro que puede "dar miedo, de primeras, por su extensión", desvela Castán que "no es de difícil lectura porque no hay que leerlo de principio a fin". Y eso, argumenta, "es lo bueno del género del cuento, que vive ahora tiempos buenos".

El autor declara que "puedes leer en unos minutos libres una obra que tiene sentido por sí sola y no necesitas hacer memoria de qué era lo último que leíste hace cuatro días cuando tuviste un rato", e insiste en que va mucho con los tiempos que vivimos y con el tipo de vida que llevamos ya que "hay escasez de tiempo de calidad para leer porque existe esa pelea encarnizada por lograr nuestra atención que nos llega desde todas partes, redes sociales, televisión, publicidad y, a veces, nos cuesta encontrar el silencio prolongado suficiente para concentrarnos en una novela, sin embargo, el hecho de poder leer dos cuentos en un viaje de metro, es una ventaja".

Castán recuerda que, tradicionalmente, el cuento ha sido un género que se ha despreciado en España, que "es algo que no he terminado nunca de entender muy bien porque hay otros países donde los lectores prefieren el relato breve como en Estados Unidos o en Sudamérica".

"Con el boom latinoamericano, en los 70, empieza a haber lectores de cuentos", revela Castán y destaca nombres tan conocidos como Jorge Luis Borges, "que jamás escribió una novela y es un escritor universal", o Julio Cortázar. También defiende que "el cuento es para un lector exquisito, porque apenas te has familiarizado con un ambiente o con los personajes, termina ese relato y empieza el siguiente, que no tiene nada que ver, es decir, estás continuamente entrando y saliendo de las historias".