Cultura

HISTORIA

Los pasos de la infancia altoaragonesa de Santiago Ramón y Cajal

Discurre por Petilla de Aragón, Larrés, Luna, Valpalmas, Ayerbe, Jaca y Huesca

Los pasos de la infancia altoaragonesa de Santiago Ramón y Cajal
Los pasos de la infancia altoaragonesa de Santiago Ramón y Cajal
S.E.

HUESCA.- La infancia y adolescencia altoaragonesa de Cajal discurre por Petilla de Aragón, Larrés, Luna, Valpalmas, Ayerbe, Jaca y Huesca.

Junto a la conocida conducta transgresora de Cajal , se esconde una persona sensible, enamorada de la naturaleza , del dibujo, la literatura y la fotografía, que anuncian al futuro humanista . Todas estas aficiones las aplicará a su profesión logrando las mas altas cotas científicas.

Otro aspecto es el gran papel de su padre don Justo Ramón Casasús, médico de prestigio, como educador e instructor de Santiago , al que no se le ha prestado excesiva atención. De mancebo de Farmacia en Javierrelatre, cursó en Zaragoza el Bachiller en Artes. En Barcelona logra el título de Cirujano Barbero. En Valencia se licencia en Medicina. Leyó su Tesis Doctoral en Madrid. Fue catedrático de Anatomía en Zaragoza.

Cajal nace en Petilla de Aragón el 1 de mayo de 1852, un enclave aragonés con administración navarra. Cajal siempre se sintió aragonés, como lo fueron sus padres y abuelos y así lo expresa: "El pasado no podía comenzar mas que en las montañas del Alto Aragón, junto a las tierras del conde Aznar / junto a las brujas del Valle de Tena y a los endemoniados que acudían a Santa Orosia. Estoy orgulloso de mis antepasados, los hijos de las montañas, quienes crecieron alrededor del murallón calcáreo de los Pirineos.

Este Pirineo que atrae como pasión irrefrenable, que extasía lo mismo que un pedazo de locura. Mi sangre pertenece a un viejo condado de monjes y eremitas, de iglesias mozárabes y románicas, convertido más tarde en reino".

Su casa natal en Petilla es un pequeño museo bien cuidado y actualizado por el buen amigo Doctor Pedro Ualte.

De Larrés (1850-1855), pueblo natal de su padre Justo y de su madre Antonia, guarda un vago recuerdo del taller de tejedor de su abuelo materno.

La familia se traslada a Luna en 1855. Así nos habla Cajal de esta villa: "Me costó casi un ojo de la cara apalear a un caballo, quien al instante me coceó en la frente quedando como muerto, bañado en sangre:tuve suerte. A lo mejor se lo debo, como me dijeron, a Nuestra Señora de Monlora, que me libró de una mala hora".

En Valpalmas (1856-1860), su padre le ayuda como profesor de geografía, física, aritmética y francés.

"Ser niño es lo verdaderamente hermoso en el mundo. ¡Lástima que todo haya sido un fugaz espejismo! Compartir la vida con los árboles, la tierra, los vientos, los pájaros. Entregaría mi sabiduría por volver a ser el niño travieso de Valpalmas".

Valpalmas dedicó El Centro Ramón y Cajal a su memoria en 2002.

A la ciudad de Ayerbe le llama "su verdadera patria". Cajal había cumplido ocho años. No es bien recibido en Ayerbe "el hijo del médico".

"Cuando me integré en el grupo jugué al peón, al tejo, espandiella, marro y carreras y saltos de competencia. También pedreas, merodeos y rapiñas". Con el tiempo consigue conectar y se hace "jefe de la pandilla". Aquí comienza su leyenda de rebelde. Encontraba consuelo en sus dibujos y en la contemplación de la Naturaleza y coleccionando huevos de pájaros que cuidaba con gran mimo.

Como dibujante se ejercita en Ayerbe, Jaca y de un modo más intenso en Huesca con el profesor León Abadía.

Nos dejó como legado excelentes dibujos de sus observaciones microscópicas y anatómicas que se conservan en la Universidad de Zaragoza.

Como lector descubre una Biblioteca en el desván del señor Coiduras, un vecino pastelero de Ayerbe. Encuentra obras de Víctor Hugo como Nuestra Señora de París y Noventa y tres, Graciella de Lamartine, Los mártires, Atala y Chactas y el René de Chateaubriand, El Conde de Montecristo y Los tres mosqueteros de Dumas, Historia de España de Mariana, Poesías de Quevedo, el Robinson Crusoe de Defoe, Los viajes del capitán Cook de A. Grenfell Price, El Quijote de Cervantes y otros muchos.

Estos libros marcan su vida, Fue un escritor importante y Académico de la Real Academia de la Lengua.

El Centro de Interpretación Santiago Ramón y Cajal de Ayerbe es el mayor homenaje que Aragón ha hecho por este gran sabio.

Está ubicado en el número 19 de la calle Nueva, donde Cajal pasó 9 años de su vida en un reducido piso de una casa de tres plantas, que compartían con dos familias y tenían un corral común.

El siguiente destino fue Jaca.

Para cursar el bachillerato en Jaca su padre busca un colegio con buen latín y mano dura. Era el colegio de Las Escuelas Pías de Jaca .

Los duros correctivos del padre Jacinto no lograron doblegarle.

Huesca es el destino siguiente. Se aloja en una pensión cerca de la catedral.

El rendimiento escolar en el instituto de Huesca no era el deseado por su padre y decide que abandone los estudios y aprenda el oficio de barbero con el señor Acisclo.

Habiendo regresado al Instituto, otro conflicto escolar con el profesor de griego llevó a su padre a colocarlo como aprendiz de zapatero con Pedrín Coarasa. Tuvo éxito y le ofrecieron contrato. Su padre le animó a continuar sus estudios. Santiago le exigió a cambio tomar clases de dibujo con el profesor León Abadía y su padre aceptó.

Los progresos en dibujo fueron notables. La propuesta del profesor para que continuara estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid no prosperó. "Cuando sea médico ya podrá viajar por las quimeras del arte".

En Huesca conoce el arte de la fotografía con unos fotógrafos ambulantes. Lo siguió practicando con éxito toda su vida. Decía que " la fotografía era medicina muy eficaz para las decadencias del cuerpo y las desilusiones del espítitu". La aplicó con gran éxito a su profesión.

Con muchas intermitencias y perdiendo varios cursos termina el bachillerato.

Su padre desea hacerle un buen anatomista. Esa será otra etapa y comenzará en Zaragoza cursando la carrera de Medicina. Había encontrado un camino firme.

El papel de su padre Don Justo Ramón fue decisivo como educador e instructor. Es justo reconocer que la pedagogía se ve por los resultados. Hay que poner en valor la figura de su padre. Otro hijo-Pedro- también fue catedrático de Medicina.

Escribió Cajal estas bellas palabras en su madurez a la memoria de su padre: "No puedo quejarme de la herencia biológica paterna. Me legó cualidades morales a las que tanto debo: la religión de la voluntad soberana, la fe en el trabajo, convicción en el esfuerzo, la hermosa ambición de ser algo, no reparar en sacrificios, no torcer la trayectoria por causas segundas, y su honestidad , natural en los hombres de las montañas, pues se lleva tan adentro que se arrastra de por vida".

Es bueno seguir la estrella de Cajal. Aunque su voz se halla apagado el resplandor, sus pasos sigue iluminando el camino.