Cultura

LENGUA ARAGONESA

Francho Nagore: "La transmisión generacional se ha perdido por completo"

El doctor en Filología presentó este miércoles en Huesca un diccionario inédito sobre "O charrar d"a chen de Uesca" que recoge léxico y expresiones locales

Francho Nagore: "La transmisión generacional se ha perdido por completo"
Francho Nagore: "La transmisión generacional se ha perdido por completo"

HUESCA.- El doctor en Filología y profesor de la Universidad de Zaragoza Francho Nagore presentó este jueves en el centro cultural Manuel Benito Moliner, de Huesca, su último libro, O charrar d"a chen de Uesca. Bocabulario e rechistro documental de l"aragonés d"a ziudá de Uesca e a redolada. Se trata de una investigación inédita que recoge léxico y expresiones documentadas del aragonés que se habla en la capital altoaragonesa y sus alrededores, un tema sobre el que había muy pocos precedentes.

Tal y como explicó el propio autor, "el libro recoge 5.250 entradas de vocabulario aragonés registrado en Huesca con su definición o traducción en castellano pero, además, de esas entradas hay ejemplos de uso que sirven para documentar ese empleo y ver el contexto de uso". En este sentido, "no me he quedado corto porque, en algunos casos, he puesto muchos ejemplos reflejando así el mayor uso de esas palabras", añadió.

El libro incluye en la parte final un vocabulario inverso, "es decir, con traducción del castellano al aragonés". Según desveló el lingüista, "es una parte práctica, más esquemática, donde están las palabras en castellano y las posibles traducciones en aragonés como se han documentado en Huesca y con diferentes acepciones e hipónimos". Así, aseguró Nagore que se pueden encontrar vocablos como árbol, cuya traducción es igual, pero muestra diferentes hipónimos, es decir, "formas que están relacionadas desde el punto de vista semántico englobadas en esa palabra como pueden ser minglanera, figuera, cajico o manzanera".

El experto filólogo hizo hincapié en que este es "un diccionario actual de nueva planta, que no parte de otros, sino que parte de datos nuevos". Confesó que lo que le motivó a publicar el libro fue "esa sensación de que aunque se conservan todavía bastantes vocablos, la gente joven ignora muchas cosas". "Espero que haya una posibilidad de recopilación a partir de este texto, de recuperación si es posible, y, si no, por lo menos, que exista una documentación bien registrada, con datos fiables porque es una labor científica que también tiene su parte práctica, que la gente podrá aprovechar".

Y es que, relató, que este es un trabajo de más de cuarenta años porque, "aunque la redacción del libro me ha llevado unos cinco años, he recopilando fichas de vocabulario desde los años 70 hasta hoy y, tras la publicación, me he dado cuenta de que aun me he dejado palabras".

En realidad, comentó a este periódico antes de la presentación pública, "lo que he hecho es apuntar solamente lo que oía a la gente por la calle, en las plazas, en las tiendas, en El Alcoraz o en una conferencia y lo que veía en carteles, por ejemplo en los que se pueden leer ofertas de minglana o broquil", pero ha utilizado otras fuentes escritas como es DIARIO DEL ALTOARAGÓN. "Lo hago de forma sistemática, repaso los textos y hay muchos ejemplos de formas aragonesas tanto en reportajes como en cartas al director e incluso en los anuncios". Apuntó que "hay sobre todo palabras de uso general como litonero, ibón, releo o reblar, y he tenido cuidado de no incluir palabras de corresponsales de otras comarcas".

Este periódico no es su única fuente impresa, ha estudiado toda la obra de escritores locales, entre los que destacó a Pedro Lafuente Botero, Luis López Allué y Enrique Capella, "porque son una mina". Pero también ha utilizado publicaciones de Daniel Calasanz, Ignacio Almudévar, María Cruz Bescós o Ramón Gil Novales, además de haber repasado el diccionario de Andolz, "que cita el lugar donde se recogen las voces" y los doce volúmenes del atlas lingüístico de Aragón, Navarra y Rioja "porque Huesca capital fue uno de los puntos encuestados y las respuestas son muy interesantes", advirtió Nagore.

A pesar de que este texto demuestra que aún se emplean muchas palabras en aragonés en la comarca de la Hoya, Nagore manifestó a este periódico, que "se está produciendo una pérdida acelerada del aragonés en toda la zona de la Plana de Uesca porque la transmisión generacional se ha perdido por completo, una tendencia común en todas las lenguas minoritarias", indicó. Así señaló que "el aragonés de Huesca, desde los años 60, está bastante castellanizado, porque el castellano es urbano, sobre todo fonéticamente, y ha seguido siendo así la tendencia, además, cada vez hay menos diferencias entre las zonas urbanas y las rurales".

"En estos momentos, lo que hay es cada vez más un menor uso y un desconocimiento cada vez mayor por parte de la gente joven debido a muchos factores, entre otros la enseñanza exclusivamente en castellano y los medios de comunicación. Además, se imponen las grandes lenguas como el inglés o el español", reveló el profesor y puso de manifiesto que "el vocabulario local se pierde" porque "hay muchos niños de infantil y primaria que dicen carrañar o tajador, pero desconocen el vocabulario que era habitual para sus padres y abuelos", por eso apuntó que "es necesario que se haga algo en la escuela". Asimismo, criticó que las actuaciones desde los ayuntamientos y la comarca son algo residual "porque sus acciones no impiden que se vaya perdiendo y castellanizando".

Agradeció las aportaciones de los oscenses porque "he contado con la ayuda de muchísima gente de Huesca que involuntariamente me han nutrido de información pero también a los escritores locales que han aportado tanto y, sobre todo, a mi familia y a mi hijo que murió en 2019".