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Constancia y paciencia, para despuntar en el arte del punto de cruz

La oscense María Loriente se ha convertido en todo un referente y vende sus bordados por toda España

María Loriente delante de varias de sus obras.
María Loriente delante de varias de sus obras.
S.E.

Las representaciones pictóricas hechas en punto de cruz de la oscense María Loriente están repartidas por toda España. Esta experta en puntadas es una de las principales bordadoras del país en cuanto a recrear cuadros famosos se refiere y por ello recibe encargos desde cualquier punto de España.

La altoaragonesa se ha convertido en una de las artesanas más reconocidas en el mundo del arte a cruceta y es que, además de mostrar sus creaciones en la capital altoaragonesa, donde algunas de sus obras se exhiben en la tienda de enmarcaciones Mario’s, en la calle Las ciencias, despertando, por cierto, mucho interés, cuenta con un canal de YouTube desde 2016, que bajo el nombre de Tiempo entre cruces cuenta con más de diecisiete mil seguidores.

Las redes sociales no son solo el escaparate de sus creaciones sino también en un espacio didáctico ya que lo emplea para demostrar cómo se hacen los cuadros, cuáles son las tendencias en punto de cruz o los mejores métodos de organización para poder bordar dibujos complejos. Incluye, además, un curso para iniciarse en este arte que creó “para resolver algunas dudas que me preguntaban en la página de facebook porque explicarlas con palabras era muy difícil, sino no lo habría hecho porque me da mucha vergüenza”.

Cuadro de ‘Niños pescando’ realizado por María Loriente en punto de cruz.
Cuadro de ‘Niños pescando’ realizado por María Loriente en punto de cruz.
S.E.

Desvela que “cualquiera que tenga ganas, paciencia y constancia puede comenzar” porque rememora que sus inicios no presagiaban para nada que llegaría tan lejos. “Comencé en 1993, cuando estaba terminando la carrera, los exámenes me estresaban y una compañera que hacía punto de cruz me lo propuso para relajarme, pensaba que no tenía paciencia para ello pero un día que estaba atascada salí a la calle y volví a casa con una revista de labores, un trozo de tela y unos hilos, así empecé y me enganchó, claro que en plenos exámenes no era lo mejor...” pero lo recomienda a cualquier persona “como terapia para ejercitar las manos y la cabeza”.

María es autodidacta y advierte que ha ido mejorando con la experiencia y aprendiendo de los métodos que se usan en otros países donde está mucho más extendido, como en Estados Unidos o Rusia, de las que dice que “son las maestras y bordan desde que nacen, tienen, además, unos sistemas de organización para guardar las agujas y para hacer cuadros complicados impresionantes”. Asegura que “he aprendido mirando vídeos de una y de otra y luego lo he adaptado a mi manera de trabajar” y confiesa que puede pasar la tarde viendo vídeos de bordados.

“Empecé haciendo cosas pequeñas, para casa, o a alguna amiga que me pedía”, aclara la artista, “pero lo que realmente me gustaba eran los cuadros porque me encanta el arte”. Se aventuró con el cuadro del Palacio de Cristal de Madrid y recuerda que tardó tres años en acabarlo, “hasta me decían que no lo iba a terminar”, dice y se justifica que “me costó tanto porque no tenía técnica ninguna”. Al hilo de lo cual se enorgullece de no haber dejado de lado ninguna obra por ser demasiado complicada.

Cuadro de ‘Niños pescando’ realizado por María Loriente en punto de cruz.
La artista oscense es un referente en cuanto a recreaciones bordadas de cuadros famosos.
S.E.

El punto de cruz es sencillo, es una cruz detrás de otra, pero luego la laboriosidad que pueda tener un cuadro o un proyecto dependerá de que necesite de un cuarto de cruz o medias cruces, que tenga hilos de dos colores, combinados, hilos sólidos, metálicos o que lleve abalorios, cada vez hay más novedades”, resalta María.

Se trata de un hobby al que no le dedica su tiempo completo porque “trabajo en otra cosa”, aun así, dice María, que no se le puede poner límites. Cada obra, dependiendo del tamaño y el número de hilos, puede costar más o menos meses en estar finalizada y también, más o menos, dinero, pero “hay que tener en cuenta que las calidades no son las mismas en una obra hecha rápido y con material barato, yo ya conozco las casas con las que se puede trabajar para que no pase porque ninguna tiene los mismos tonos de hilos que otra”, añade. Eso sí, “sí recomiendo para empezar usar calidades más simples porque puede ser un hobby costoso, económicamente hablando”.

En su caso, trabaja con casa europeas, en su mayoría, pero “hay clientas que me dicen que han encontrado las telas o los hilos en Aliexpress, cuando cuestan más de localizar por las vías habituales, yo les pido que esperen porque, por el momento, lo que he visto es desastroso, los colores no se parecen a la realidad del cuadro y para hacerlo mal, no tiene sentido, se trata de que se parezca y se respeten los tonos, las luces y las sombras, si no no merece la pena el resultado”, confiesa María.

Sobre el tiempo invertido, manifiesta que cuando le piden algo concreto les insiste en que deben darle espacio porque puede costar varios meses “a no ser que sean cositas muy pequeñas”. “Yo prefiero no trabajar con fechas y que el resultado sea el mejor”.

Los clientes que se ponen en contacto con la artista oscense le piden cuadros concretos de autores diversos “que a veces cuesta encontrar” y, otros muchos, los elabora ella por decisión propia porque le llaman la atención entre los que se puede encontrar El entierro del conde de Orgaz, de El Greco o La noche estrellada, de Van Gogh, “aunque los encargos siempre tienen prioridad” reitera.