Cultura

LA ENTREVISTA

Antonio Serón: "“Tengo cosas escritas que algún día me gustaría reunir en un libro”

Ha sido el ganador del XV Concurso de Relatos Cortos Luis del Val en lengua aragonesa

Antonio Serón.
Antonio Serón.
Paola Bandrés.

Antonio Serón, con el trabajo La Tronada, ha ganado este año el XV Concurso de Relatos Cortos para contar en Tres Minutos ‘Luis del Val’, en categoría de lengua aragonesa. “Después de mucho tiempo sin escribir ni presentarme a concursos, ganar el Luis del Val ha sido una gran satisfacción”.

Este certamen, dice, lo conoce desde hace tiempo “porque lo he seguido y lo sigo, pero nunca me había lanzado a escribir para participar en este premio, en otros sí. Y me presenté más que nada por mi hija, que me dijo que tenía un cuento muy majo con el que podía participar en este concurso que convoca el Ayuntamiento de Sallent. Lo presenté sin más, por participar y sin pensar que podía ganar -relata-. Me ha hecho ilusión precisamente porque en absoluto pensaba que podía ganar, algún accésit a lo mejor, y que igual lo podían publicar, pero nada más, no pensaba que iba a ser el primero”.

El jurado destacó del relato de Antonio Serón “su frescura literaria y uso de un lenguaje muy elaborado con el que logra transmitir, de una manera muy personal, la historia contada mediante una lograda metáfora”.

Antonio Serón explica que lo poco o mucho que escribe siempre lo hace en lengua aragonesa, no suele escribir en castellano. “El 90 por ciento de los relatos o cuentos que escribo lo hago en aragonés. Tengo varias cosas que algún día me gustaría recoger en un libro, algunas son de hace tiempo y ahora estoy actualizándolas e intentando montar un libro que salga más o menos curioso, pero en plan tranquilo, no tengo ninguna fecha pensada para publicarlo, lo voy haciendo poco a poco”.

Explica que conoció el aragonés como lengua cuando tenía 16 años. “Me gustaba subir al Pirineo, por la Jacetania, por la zona de Hecho, yo vivo en Zaragoza, y oía hablar a la gente y no era castellano. Me interese por el tema y tome contacto con el Ligallo de Fablans y empecé a aprender el idioma. Me apunte a un cursillo, y a otro, y cuando subía por el Pirineo me dedicaba a hablarlo con la gente que es así como mejor se aprende un idioma -explica-. Luego empecé a escribir cosillas y desde entonces esa afición, ese interés, me ha acompañado”, concluye.