Emilio Pedro Gómez: “Vivimos en una época en la que vamos pisoteando los instantes”

El poeta leonés Emilio Pedro Gómez tenía previsto presentar este miércoles en el salón de actos del Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA) de Huesca, su último libro, El buen instante, editado por Los libros del gato negro y protagonizado, según el propio autor, “por la captación del instante”. Sin embargo, ha tenido que posponerlo a causa de una enfermedad para una fecha que se anunciará próximamente.

El poeta explica a este periódico que con este libro se ha sentido “como cazando instantes en fuga”, puesto que nace con la idea de “tomar conciencia del instante para vivir con más intensidad, porque tomar conciencia del instante nos termina salvando los días”. Así advierte que su idea es la de “arraigar en palabras la belleza que hay en lo frágil, en lo pasajero, en lo natural, en lo cotidiano o en lo humilde”.

Por otro lado, Pedro Gómez argumenta que ha intentado también “recoger el ser del tiempo a través de los poemas que van recorriendo las diferentes estaciones y el ser del espacio a través de otros capítulos en los que aparece el mar, la casa, el pueblo o los viajes”.

En cuanto a la estructura de El buen instante, afirma que “podía estar en la estela del haiku porque son en su mayoría poemas breves, algunos con la norma clásica de este estilo japonés, mientras otros se saltan algunas de las normativas más ortodoxas de los escritores nipones”. El libro se divide en varios capítulos, por un lado, destacan las cuatro estaciones para tomar conciencia del tiempo, pero también destacan los lugares y viajes, en otro capítulos, porque, añade, “he viajado bastante y me sigue gustando mucho viajar, de ese contacto con la naturaleza han nacido no pocos de los poemas de este libro”.

Y es que subraya el poeta, sobre la inspiración, que en su caso, “realmente, pasear por la naturaleza me aviva la conciencia poética”. Critica Pedro Gómez que “estamos viviendo en una época en que vamos pisoteando los instantes, estamos vendidos a las pantallas, ya no hay prácticamente contacto y tacto, se nos impone el mundo digital y lo vamos asumiendo como si fuera lo natural y lo lógico”.