Cultura

CRÍTICA MUSICAL

Ecléctico tríptico oscense

Perdita Durango, Lassi.0 y Fongo protagonizaron el 14º Garrampa Fest

Fongo, el grupo de más trayectoria, cerró el festival y despertó la pasión entre el público.
Fongo, el grupo de más trayectoria, cerró el festival y despertó la pasión entre el público.
L.LL.

Cuando hace dieciséis años el Barrio de María Auxiliadora de la capital oscense decidió lanzar un festival que sirviera al mismo tiempo para apoyar la escena musical oscense y para ejercer como vehículo de lucha vecinal contra la subestación eléctrica del barrio, alguien tuvo la feliz idea de llamarlo, de forma certera, Garrampa Pop Festival. Por entonces era Fer Sanromán (cantante de Plasma) el principal impulsor de una brillante iniciativa a la que en ediciones recientes se han unido al equipo coordinador y de dirección Alejandro “Chino” Villacampa y Laura Ayerbe. Pero ahora ya no es el Garrampa Pop, porque la etiqueta pop se le ha quedado corta. Ahora es el Garrampa Fest y, como se ha podido comprobar en esta edición -la primera tras dos años de pandemia-, ha ampliado su horizonte musical hacia otros estilos, algo que ya venía haciendo en sus últimas ediciones. En 2022 los protagonistas del festival han sido Perdita Durango, Lassi.0 y Fongo. O lo que es lo mismo, pop-rock, músicas urbanas y mestizaje. Un cóctel muy apetecible que, en esta ocasión, experimentaba por primera vez el horario vespertino, en lugar del nocturno habitual. Pero a pesar del calor de la jornada, la gente respondió. ¡Vaya sí lo hizo!

Los primeros en tomar el escenario de la Carpa del Parque Puerta del Pirineo fueron Perdita Durango, joven grupo oscense creado durante la pandemia, que toma su nombre del título de una película tex-mex de Álex de la Iglesia y que ha comenzado su trayectoria con buen pie: un flamante EP, “Elogio a la honestidad”, y un primer premio cosechado en el I Concurso de Maquetas de la feria musical Gramola de Monzón. El cuarteto inició su actuación con “Lo mismo”, el tema que abre su EP, que interpretaron casi al completo, alternando esos temas con otros nuevos. Su estilo se mueve entre el pop-rock (a menudo con llamadas a esa épica que comparten tanto Héroes del Silencio como Coldplay), el indie y el folk-rock a la americana, esto en gran medida derivado de que el cantante del grupo toca la guitarra acústica. Después interpretaron otros temas de su EP como “Pasado de tuerca” y “Hasta la eternidad”, para pasar luego a introducir temas nuevos como “Chica de invierno”, “Kintsuji” (con su toque indie pop y su solo de guitarra sixties), “No es el momento” o “Mujeres”. Volvieron al material de su EP con “Te esperaré”, y tras el guiño post punk del bailable “Faro en la noche”, cerraron su actuación en clave de sonido “americana” con “El bar de los irlandeses” (en el que se perciben ecos country y que habla de un ahora improbable ascenso del Huesca) y ese “Pequeña Miss Sunshine” que evoca al Neil Young del “Harvest”.

Lassi.0 fue la gran sorpresa de la cita con una actuación muy elaborada y fresca.
Lassi.0 fue la gran sorpresa de la cita con una actuación muy elaborada y fresca.
L.LL.

Perdita Durango cedieron el escenario después a Lassi.0 (pronúnciese lasi punto cero), sin duda la gran sorpresa de la velada. A pesar de su juventud, esta joven oscense mostró una gran seguridad en sí misma y unas tablas asombrosas. Artista de R&B, trap y pop urbano, compone sus canciones junto al productor Parrika Beats y crea sus propios vídeos –con los que se ha dado a conocer en YouTube- junto a Mr. Galáctica. Ambos colaboradores estuvieron con Lassi.0 sobre el escenario en un show muy elaborado y medido, en el que mostró su frescura y su savoir faire desde el primer tema, el poderoso “No creo en ellos”, con una espectacular puesta en escena para la que contó con la ayuda de seis bailarinas de la Escuela de Danza Bailalé. Fue un comienzo deslumbrante, al que siguieron temas como “Que te jodan!” (una pieza de suave R&B para la que llamó al escenario al bajista Ale Musicman, alias Chino), “Viejos tiempos” (con un cierto aliento blues), “Joya” (más próximo al hip hop) o el trap melódico con unos potentes subgraves de “Boom Boom Bap”. Ya en la recta final, volvió a contar con Ale Musicman para el R&B de “Call me”, combinó reguetón y pop urbano en el vibrante remix de “Perdida” (para el que contó de nuevo con las bailarinas del inicio) y rubricó su actuación con su lado más electrónico, aportado por Mr. Galáctica, en “Obsessed”. Era su primera actuación, pero desde luego no lo parecía. Fue una deslumbrante irrupción.

Y el broche a esta edición lo puso el grupo más veterano. Y consagrado, porque tras la apoteósica presentación que hicieron de su primer álbum, “Todo está por hacer”, en febrero de este año en el Palacio de Congresos, los oscenses Fongo se han aupado a la cima del panorama local. Algo palpable en el gran número de fans que arrastran y que convirtieron la carpa del Garrampa en todo un hervidero de público, que coreó y bailó todas las canciones. Consumados adictos al mestizaje y la fusión, Fongo (antes Fongo Royo) ofrecieron una actuación prácticamente idéntica a la que hicieron en el Palacio de Congresos, comenzando con ese arrebato de funk, rock y rap que es “A los cuatro cierzos”, para seguir con el reggae-rock de “No callarán”, el tema en aragonés con toque swing “Luenga religada” y uno de sus primeros hits, “Aire”. No faltaron tampoco “Llueve”, el rap de combate de “Luchemos compañeras”, el sabor latino de “En tus 13”, el frenesí skatalítico de “Skakio”, el pop-rock de “S.O.S.” o su tema más decididamente mestizo, “Última oportunidad”. Y tras su levantisca versión del himno partisano “Bella Ciao”, se fueron aproximando al final con el metalero “Sekuaces del kapital”, “No cumbia” y el latin rock de “Utopía”, hasta llegar a la rúbrica final con el reggae-rock de “No es fácil”. Está claro, Fongo sigue despertando pasión entre el público oscense. Fue un perfecto punto final para una brillante edición. Por cierto, la fidelidad al Garrampa Fest por parte de este cronista fue recompensada con un reconocimiento que es agradecido sinceramente por quien firma estas líneas. ¡Larga vida al Garrampa!