Cultura

CICLO

‘La vida en los árboles’, nueva sesión de ‘Aragón inesperado’

La Fundación Ibercaja organiza estas sesiones sobre los paisajes aragoneses, en febrero. Miguel Ortega y Enrique Murria protagonizan la conferencia  

El entomólogo Enrique Murria en el cajico de San Úrbez, Nocito.
El entomólogo Enrique Murria en el cajico de San Úrbez, Nocito.
S.E.

El divulgador científico Miguel Ortega y el entomólogo Enrique Murria protagonizan esta tarde, a partir de las 19:30 horas, en el espacio del Palacio Villahermosa, la segunda sesión del ciclo Aragón inesperado, que organiza de manera gratuita cada miércoles de febrero la Fundación Ibercaja en Huesca.

La vida en los árboles es el título de esta jornada compuesta por una proyección documental y un coloquio, donde los expertos pondrán sobre la mesa la importancia de los bosques y los árboles, puesto que “son el refugio de infinidad de animales que tienen aquí su hábitat”, indican los científicos Murria y Ortega.

En este sentido explica Ortega a este periódico que la idea es “mostrar los elementos del territorio a los que no solemos dar mucha importancia y que quedan muchas veces como decorado de otras actividades y, sin embargo, cabe recordar que a parte de creadores de ecosistemas y nos proveen de diferentes recursos, no solo alimenticios sino para la construcción, químicos, textiles...”, a lo cual puntualiza Murria que “además son hábitat de muchas especies protegidas”. Así defiende Murria la importancia de preservar los árboles centenarios “incluso los que están en mal estado o se están muriendo porque siguen siendo útiles y albergando vida”.

En cuanto a la situación en la que se encuentran los bosques en nuestra provincia ambos expertos subrayan que es bueno. Ortega advierte que “el Alto Aragón es una de las zonas de la península con más bosques y mayor diversidad de árboles y, en algunas zonas, el estado de conservación es muy bueno”. Murria añade que “hay muchos árboles centenarios en el Pirineo, algunos según los estudios tienen cerca de 600 años, o más, y pueden albergar cada uno de ellos más de un centenar de especies solo de insectos”. Y es que asegura que “algunos con perímetros de más de cuatro metros, en zonas remotas, albergan una cantidad de biodiversidad enorme, tanto de mamíferos y reptiles como de insectos que viven tanto en las copas como el la propia madera”, “tanto en la viva, como en la muerta, -apostilla Murria,- porque reciclan la materia orgánica”.

Es por eso que insiste en que “no es conveniente cortar uno de estos árboles viejos, es mejor cortar diez jóvenes que son más cómodos de apilar y dan menos trabajo que los centenarios con los que se destruiría un ser vivo irrecuperable”.

El ciclo Aragón inesperado, cuyo fin es mostrar las sorpresas que ofrecen los paisajes de Aragón, continuará los dos próximos miércoles de febrero con La seducción de las flores, el día 15, y El valle de hielo, el 22.