‘Toc toc’, lleva a Almúdevar la fiesta de la risa a través de un “cómic en movimiento”

La Agrupación Teatral de Sabiñánigo convertirá este sábado el Centro Cultural de Almudévar en “una fiesta de la risa”, en la que la alegría y la diversión están aseguradas, y lo hará con Toc Toc, una obra del dramaturgo francés Laurent Baffie, en la que seis pacientes que padecen TOC (trastorno obsesivo-compulsivo) aguardan en la sala de espera de la consulta la llegada del doctor F. Palomero Quiroja, psicólogo clínico, por un vuelo retrasado. La espera los obliga a soportar sus respectivas manías e intentan interactuar organizando una terapia de grupo.

Poner en marcha esta obra ha llevado mucho trabajo y desde la Agrupación de Sabiñánigo buscan “darle recorrido”, apunta su director, José María Cajal. Con otras producciones (Las manos, Un día cualquiera, Mala hierba, Criaturas...) han participado en concursos en diferentes puntos de España (Torrelavega, Alfajarín, Tamarite de Litera, Biescas...) y han conseguido diversos premios, pero “nunca habíamos estado en Almudévar, y como es un certamen aragonés nos apetecía participar. Probamos, nos cogieron y estamos encantados porque, casualmente, nunca hemos actuado allí”.

Para Cajal ya es un regalo es haber sido seleccionados, sobre todo porque entre los grupos que participan en el XXI Certamen de Teatro Pedro Saputo, “hay mucha calidad. Hay algunos muy buenos que están recorriendo España, y por poco que se bucee en el mundo del teatro aficionado se puede ver que hay montajes con una calidad tremenda y apuestas muy potentes”.

En su caso, también han apostado por una obra “muy difícil de representar porque los seis personajes están constantemente en escena durante cien minutos, a un ritmo elevadísimo y con unos diálogos ágiles, cortos y fluidos”, comenta José María Cajal, que reconoce que “la gracia de Toc Toc está en el ritmo y la agilidad, y si no lo consigues no transmites su esencia que es, básicamente, la carcajada”.

Con este montaje, “de muchísimo esfuerzo y concentración, que nos ha costado mucho trabajo poner en pie y mantenerlo porque lo tienes que tener entrenado constantemente”, la Agrupación Teatral de Sabiñánigo va a debutar en Almudévar y lo va a hacer con ganas porque “las veces que la hemos hecho, el público entra a los cinco segundos en la obra y siempre ha sido de mucho clima, diversión y cercanía con el espectador. Es muy agradecida y, aunque tiene sus mensajes, es una comedia y la gente se lo pasa muy bien”.

Superada la pandemia, las distancias y la posibilidad de abrazarse física y emocionalmente, “un proceso que ha sido complicado para los grupos y el público”, la Agrupación Teatral de Sabiñánigo quiere “celebrar la vida y el reencuentro” con esta obra de humor, sin olvidar “que el teatro dramático también es emocionante y de mucho disfrute para los actores, pero la comedia siempre tiene ese componente ‘festivo’ que ayuda a pasarlo bien, y en este caso que venimos de tanta curva, es muy agradecido”, y más Toc Toc, que es “como un cómic en movimiento, donde los personajes son muy definidos y muy originales. Cada uno tiene su Trastorno Obsesivo Compulsivo , pero cogemos el lado divertido y nos reímos un poco de nosotros mismos”.

Algo que también harán en Alfajarín, en el festival La escena sueña de Almedinilla (Córdoba), y el festival Raúl Ferrández de Torrevieja (Alicante), para los que también ha sido seleccionados.

La Agrupación Teatral de Sabiñánigo es un grupo “con mucha historia”. José María Cajal explica que lleva más de seis décadas de andadura en la que han hecho desde monólogos a teatro infantil, de calle, dramas y comedias, y por ella han pasado cientos de personas de todas las edades y varios directores. “La tradición teatral de Sabiñánigo ha sido potente, siempre ha estado muy presente y la mantenemos”. De hecho, destaca la importancia del tejido asociativo en la ciudad, así como la actividad cultural y social en la misma, que en el caso de este grupo se traduce “en cursos que ha dado la gente de la agrupación en colegios e institutos, y hemos llegado a tener hasta treinta o cuarenta chavales en los talleres”.

La pandemia redujo esas cifras, pero no el tejido teatral, que sigue vivo. Prueba de ello es que en la actualidad la Agrupación Teatral cuenta con veinticinco personas, y aunque hay gente hasta los 65 años y de diferentes profesiones, “echamos de menos a jóvenes de 20 a 30 años”, comenta Cajal, que también valora positivamente el hecho de que desde la agrupación “hayan salido pequeños grupos para hacer teatro en pueblos y barrios, que están trabajando el teatro a nivel casi doméstico y no salen a actuar fuera, pero hacen cosas”. l