Cultura

LA ENTREVISTA

Pep Bruno: “El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”

Este narrador oral presenta ‘Cuentos de viejas’ y ‘De palabra dicha’ este miércoles y jueves, respectivamente, en el Fraga T Cuenta

Pep Bruno.
Pep Bruno.
S.E.

Pep Bruno (Barcelona, 1971) prefiere que le llamen cuentista o narrador oral antes que cuentacuentos: “Yo no me defino como cuentacuentos. Ese término, que es feísimo porque es un calco semántico del storyteller inglés, es una palabra que está bastante connotada a la infancia”.

Por ello, llega al Fraga T Cuenta, donde presentará Cuentos de viejas (este miércoles, a las 16:00 horas, en el Hogar del Pensionista) y De palabra dicha (este jueves, a las 16:00, en la Biblioteca Gianni Rodari), con la intención de “eliminar los prejuicios de que la narración, el cuentacuentos, es una cosa infantil. Y si encima es una narración de cuento tradicional, es un doble prejuicio”.

Estos prejuicios “a veces vienen dados por Disney, por los textos fijados por escrito, por el buenismo, por lo políticamente correcto”, opina, y referencia la última polémica que ha salpicado algunas páginas de los libros de Roal Dahl. En esta ocasión, la editorial y la propietaria de los derechos del británico han decidido cambiar “palabras ofensivas”, como “fea”, “gordo” o “loco”, de la obra del autor.

“Muchas veces los cuentos tradicionales se han manipulado de forma torticera… ¡Y en muchas ocasiones con la mejor voluntad! Pero el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”, sentencia.

Con Cuentos de viejas, Bruno pretende “reivindicar” las historias que contaban las ancianas: “Me gusta el título, porque, aunque parece muy connotado -en referencia a la expresión castellana-, en realidad eran las mujeres mayores las que contaban cuentos, las encargadas de preservar una parte de la comunidad. Yo no sé si puedo quitar esa connotación negativa, pero, desde luego, para mí es algo muy positivo”.

Por otra parte, De palabra dicha es una charla dedicada a docentes en la que el narrador tratará de establecer conexiones entre el cuento contado y el ámbito educativo.

Pero su relación con el Fraga T Cuenta no se limita exclusivamente a aparecer en el cartel como participante, sino que también es uno de los encargados de aconsejar. “En realidad no preparo la programación. Les ayudo para equilibrarla”, aclara, detallando que, “por ejemplo, si hay siete mujeres, intento que haya por lo menos un par de hombres, o si veo que hay gente que lleva una trayectoria muy larga, pues intento que vaya alguien con una pequeña, que también es importante que haya sitios donde la gente pueda ir a foguearse”.

Por último, Bruno defiende que “el Fraga T Cuenta es uno de los mejores eventos de narración que hay en el panorama nacional, porque en vez de quemar todas las naves en una semana, aquí se alarga en el tiempo un mes”.

Además, valora que sea un festival plurilingüe en el que se “mima la lengua” y que tiene tan buena acogida por el público: “Vas a una función de cuentos en inglés, de francés o de catalán, incluso algún año de portugués, y está la sala llena”.