Cultura

ENTREVISTA

Gonzalo Fontana Elboj: "Escribir ficción narrativa es mucho más difícil que el ensayo académico"

El profesor de Filología e investigador de la Universidad de Zaragoza ha presentado en Huesca su primera novela ‘Leopardos en el diván’

Gonzalo Fontana Elboj.
Gonzalo Fontana Elboj.
Pablo Segura

El oscense Gonzalo Fontana Elboj, profesor de Filología e investigador en la Universidad de Zaragoza ha presentado este sábado en la librería Anónima de Huesca, su primera novela Leopardos en el diván (Pregunta ediciones), acompañado por el editor Alfonso Castán Val.

Tal y como ha explicado el autor a este diario, “la novela es un relato breve centrado en una anécdota aparentemente trivial que le acaece a Jorge, un profesor cincuentón, desencantado y cínico, que no comprende ni acepta nada del mundo en el que vive”. Además, desveló Fontana que “todo ocurre en el plazo de una tarde y, a través de una serie de escenas de distinta textura narrativa, veremos cómo el personaje va descendiendo, círculo a círculo, a través de su infierno personal hasta topar con sus peores pesadillas”.

Tras varias publicaciones de sus trabajos, el profesor de Filología ha asegurado que cuando comenzó a escribir no estaba pensando en una novela. “En principio, -ha dicho-, la historia fue fruto de un ensayo literario. Tenía ganas de escribir narrativa en serio, pero me di cuenta de que, antes de ello, tenía que hacer algún intento previo, para resolver problemas técnicos (lenguaje, perspectivas, focos narrativos...). Sin embargo, cuando llevaba un año de trabajo, me di cuenta de que el relato (y sobre todo los personajes) habían cobrado vida propia y me reclamaban a gritos un lugar en el mundo. Así que tuve que obedecer y terminar la historia”.

Al ser preguntado por esta nueva experiencia, el profesor oscense la ha calificado de “muy gratificante” y ha confesado que “escribir ficción narrativa es mucho más difícil que el ensayo académico, que es el género al que estoy acostumbrado y requiere una madurez literaria muy superior. Sin embargo, resulta extraordinariamente satisfactorio, al menos así lo ha sido para mí, porque el ser autor de una obra artística genera un grado de satisfacción más intenso” y ha asegurado que “todo ha surgido de mi imaginación y de mis recuerdos”.

En cuanto al texto en sí, Fontana ha opinado que está relacionado con el actual género de la literatura del trauma, pero ha apostillado que “me he centrado más en describir los procedimientos narrativos con los que las personas nos explicamos los traumas y el dolor, que el problema del trauma en sí, que en este caso es accesorio”.

En este sentido, ha continuado diciendo que “de hecho, me habría sido más fácil dejarme deslizar por el camino del diario de amarguras, tan en boga, que genera una respuesta empatica en el lector, pero que a mi juicio tiene el problema de que considera al lector un cireneo obligado a cargar con la cruz del narrador, así que he preferido brindarle un espacio de reflexión sobre cómo las personas creamos relatos para autocomprendernos y ubicarnos en el mundo”.

Además de las presentaciones de Leopardos en el diván, Fontana ha revelado que “ahora estoy escribiendo un ensayo para la editorial Contraseña que es algo así como una prolongación de Sub luce maligna, que tuvo muy buena acogida”.