Cultura

ENTREVISTA

Marta Sanz: "Es un libro exigente que no pretende complacer a los lectores"

La escritora madrileña ha presentado en la librería Anónima de Huesca su última novela distópica ‘Persianas metálicas bajan de golpe’

Marta Sanz con Chema Aniés en la librería Anónima.
Marta Sanz con Chema Aniés en la librería Anónima.
S.E.

La escritora madrileña Marta Sanz  ha presentado el pasado viernes en la librería Anónima de Huesca su último libro Persinas metálicas bajas de golpe (Anagrama), una novela distópica de ciencia ficción para retratar críticamente el presente.

En la cual, según ha adelantado la autora a este periódico, antes de la cita con el público, “se encuentra la posibilidad de pensar sobre los problemas y transformaciones del presente a través de la fantasía, el sentido del humor y la exageración del lenguaje literario”.

Así, ha continuado apuntando que “en Persianas metálicas bajan de golpe, la ciencia ficción y los universos de la distopía son el escenario de un musical que desemboca en un curioso final feliz”. “A veces, la esperanza no se construye solo con terrones de azúcar”, ha sentenciado la escritora.

Al ser preguntada sobre de dónde había surgido esta historia tan insólita, ha confesado que provenía “de la incertidumbre que sentimos durante los tiempos de pandemia. Yo tuve la sensación de que de pronto el futuro se había convertido en una persiana metálica que bajaba de golpe. Me pregunté qué pasaría en una sociedad sin un sistema de salud, de educación pública, en una sociedad que lo fiase todo a la presunta buena voluntad de las empresas privadas y de la industria tecnológica. Sentí un escalofrío y me entró la risa”.

Describe la obra como un libro donde “se conjugan la crueldad y la ternura en la construcción de los personajes y se imagina una ciudad-continente-país, próximo a la estética del ciberpunk, con una tecnología muy desarrollada y a la vez con mucha precariedad laboral”.

Sanz se ha mostrado muy sorprendida por la buena acogida que está teniendo la novela a pesar de ser “un libro exigente, -ha asegurado-, que no pretende complacer a todos lectores”. A pesar de ello, argumentó la autora que “para mí, ha sido una experiencia gozosa porque en este libro he imaginado con una libertad máxima y he jugado con el lenguaje para que su música y su sensorialidad dibujaran un mundo que no es el nuestro, pero se le parece muchísimo”.

En este sentido, ha insistido en que “quiero creer que volvemos a disfrutar con una literatura que no solo está pensada para deslizarse sobre ella, pasar el rato y descubrir al final que el mayordomo es el asesino”.

Además, respecto al lenguaje, ha advertido  Sanz que “la riqueza del léxico de la novela es una especie de parodia frente al adelgazamiento y las mil quinientas palabras que usamos cotidianamente. Porque tenemos prisa y la dificultad nos parece un insulto”.

Sobre la gira de presentaciones literarias en la que está inmersa, ha comentado que le encantan porque “eso me permite poder conversar con lectoras y lectores. Explicarme, hacerme preguntas que parten de las interpretaciones ajenas”, con lo cual ha concluido que “es un privilegio”.