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Javier Marquina: “Huesca no es un lugar sino más bien una actitud”

Este oscense, divulgador y guionista de cómic, ha producido guiones para más de una treintena de artistas y ha lanzado su propia editorial, Inuit

Javier Marquina.
Javier Marquina.
PABLO SEGURA

Divulgador y guionista, miembro de varias asociaciones españolas y aragonesas de críticos, divulgadores y guionistas de cómic, nació en Huesca hace 48 años. Es colaborador en diversos medios especializados y ha publicado reseñas sobre cómics en DIARIO DEL ALTOARAGÓN. Su trayectoria como guionista arrancó en fanzines y tebeos de GP, para luego iniciar una prolífica trayectoria desde la capital oscense, produciendo guiones para más de una treintena de artistas que se han publicado en sellos tan reconocidos como Cascaborra, Grafito, ECC o su propia editorial, Ediciones Inuit.

¿Qué es el Alto Aragón, la provincia de Huesca, para usted?

Huesca es mi ciudad, mi tierra, el sitio en el que nací. No me considero especialmente apegado al terruño, y odio profundamente cualquier tipo de nacionalismo, pero, en el fondo, siempre hay un sentimiento irracional que va más allá del territorio y que te hace sentir orgullo del lugar del que procedes. Supongo que hay una parte de mí, de la manera en la que me comporto, en la manera que soy, que va ligada de forma intrínseca a esta ciudad, a esta provincia. Soy de Huesca, y me encanta ser de aquí. No lo cambiaría por ser de ningún otro sitio.

El altoaragonés es…

No tengo muy claro cómo soy yo mismo, como para intentar adivinar cómo es el resto de la gente. Podría acudir al tópico aragonés de la cabezonería, la nobleza y ese espíritu “fato” que nos lleva a hacer cosas que van más allá de toda lógica razonable, muchas de ellas peregrinas, por decirlo de forma… amable, pero viajar me ha enseñado que los estereotipos solo sirven para una cosa, para romperlos. Si algo tiene esta provincia, además, es una diversidad casi imposible de abarcar, una riqueza que va de la exuberancia del Pirineo a la aridez mágica de los Monegros… me sería imposible comparar a alguien nacido en Ansó con un vecino de Tamarite de Litera, por ejemplo. Quizá lo que nos une es la propia Huesca, pero más allá de eso, todos somos para echarnos de comer aparte, en el mejor sentido de la expresión.

Como creador de cómics, ¿qué reflejo tiene Huesca en sus tebeos?

Por la temática general de los cómics que suelo escribir, que me gusta escribir, Huesca no es lugar, sino más bien una actitud. Aunque en alguno de los cómics de género que he escrito la propia Huesca ciudad tiene una aparición estelar, véase Aquí nunca pasa nada, no utilizo recursos geográficos de la zona en mis tebeos. No de manera consciente, al menos. No digo que no pueda, o que no quiera. Quizá en el futuro, pero creo que, ahora mismo, Huesca en mis cómics es más una actitud, un reflejo de la persona que soy como oscense que un lugar específico en el que localizar mis historias.

¿Qué escenario de la provincia sería perfecto para un cómic? 

Imposible elegir solo uno. Si algo tenemos en esta provincia es una variedad infinita de sitios maravillosos, de paisajes increíbles y de monumentos que son referencia mundial. Cualquier relato histórico ambientado en sitios como San Juan de la Peña o el castillo de Loarre, una saga de espada y brujería ambientado en la Sierra de Guara o un western que sucediera en el desierto de los Monegros… Si hay algo que sobra en Huesca son lugares increíbles en los que poder escribir historias maravillosas. Supongo que es una de mis deudas pendientes, porque recursos, aquí, hay más que suficientes.

¿Y qué personaje, para sus historietas?

Ahora mismo acaba de finalizar una campaña de micromecenazgo de un cómic basado en uno de los aragoneses más ilustres de la historia, el sigenense Miguel Servet. Un hombre con una vida fascinante y una importancia capital en el pensamiento humano, pero que es casi un completo desconocido fuera de Aragón. Dicho esto, la lista de posibles protagonistas, si tiramos de este hilo, es interminable. Por ejemplo, creo que como provincia le debemos un tebeo a José Cabrero Arnal, natural de Castilsabás, un oscense que además de pasar un calvario en el campo de concentración de Mauthausen, acabó exiliado en Francia y fue el creador de uno de los personajes más conocidos del cómic francobelga, el perro Pif. Un personaje con una vida apasionante que es todo un referente en el país vecino y que aquí, en su tierra, es un completo desconocido para el gran público.

¿Sabemos vender lo que tenemos en este territorio? Y ¿lo podríamos hacer a través del cómic?

Creo que sí sabemos sacar partido a la riqueza natural que tenemos aquí, pero siempre se puede hacer mejor. Llegar más lejos. Conseguir mejores resultados. Cuando crees que lo estás haciendo a la perfección suele ser cuando cometes todos los errores posibles. Así que creo que se puede seguir mejorando y haciendo más cosas, sin parar. Con respecto a esto, el cómic es siempre un vehículo perfecto para divulgar, para comunicar ideas, para transmitir conceptos. Es cuestión de proponérselo. El tebeo es siempre un canal perfecto para hacer llegar una idea clara al lector, y hay miles de maneras de hacerlo para poner Huesca y todo su caudal de riqueza tanto biológica como histórica al alcance de todos los públicos.

En los últimos años el cómic se ha colado en las estanterías de más librerías y bibliotecas ¿es real ese auge?

En títulos sí. Hoy en día se publica más que nunca. Hay una variedad asfixiante, imposible de abarcar. Aunque parezca increíble, se publica demasiado, sin demasiado criterio, a veces solo por el hecho de ocupar los lineales de las librerías y sepultar las publicaciones de los demás. Para el lector puede parecer una edad de oro, ya que nunca la oferta había sido tan amplia, pero esto empieza a parecerse demasiado a una burbuja, y creo que todos sabemos ya cómo acaban siempre las burbujas. Es algo inevitable. Además, nunca habíamos publicado tantas historias de calidad y los autores nunca habíamos ganado tan poco. Y eso, simplemente, no puede ser.

¿Cómo se hace uno un hueco en este mundo tan internacional desde Huesca?

Trabajando. Poco a poco. Siendo guionista como soy, te diría que palabra a palabra. Es cierto que ahora, en la era de Internet, las barreras físicas han desaparecido y todo lo que necesitas para llegar al mundo es una conexión y un aparato con el que conectarte. Todo lo demás es trabajo, trabajo y trabajo. Y no desesperar nunca, porque a veces, todo lo que tiene relación con la cultura suele ser bastante desesperante. Una prueba titánica en la que hay que ser inasequible al desaliento, porque es una profesión bellísima, pero tan bonita como dura y exigente a nivel psicológico.

¿Qué consejo daría a un altoaragonés que quiera iniciarse en los tebeos?

Si es para hacerlos, que se busque primero otro trabajo. Por salud económica y mental. Lo va a necesitar. Si es un consejo para la gente que no lee cómics o que dejó de leerlos, que se acerque sin miedo a ellos, porque a día de hoy, les puedo asegurar que van a encontrar algo que les va a gustar, que les va a emocionar y que les va a contar algo que les interesa. Es solo cuestión de intentarlo y tener la mente abierta, porque creo que aun existen muchos perjuicios (y prejuicios) con respecto al tebeo que tenemos que intentar desmontar. Hay que leer cómics, porque siempre hay un tebeo para cada persona.

¿Qué papel cumple DIARIO DEL ALTOARAGÓN en su vida?

Es la referencia informativa de mi ciudad, de mi provincia. Es la lectura con la que acompañas la pausa del café en el trabajo y el periódico al que acudes cuando quieres saber que es lo que se cuece en Huesca. Es una parte difícil de separar de lo que se significa ser oscense, en toda su magnitud.

Este medio ha publicado muchas reseñas de cómics. ¿Le gusta escribir?

He estado durante muchos años escribiendo reseñas de cómic aquí, pero por desgracia la carga de trabajo y el agotamiento me obligó a dejarlo. Dicho esto, no es que me guste escribir. Escribir es mi pasión, mi vida. Soy guionista porque ante mi evidente inutilidad para dibujar, la escritura me proporcionó las herramientas adecuadas para poder participar en la creación de eso que es, sin duda, el eje alrededor del que gira mi existencia, los cómics.