Cultura

ARAGÓN TIERRA ABIERTA

Alfonso Palomares: "Ser bufón es una forma de entender y vivir la vida que pasa de padres a hijos"

Lagarto Lagarto pone este viernes en escena en el Teatro Olimpia, a las 20:30 horas, su último espectáculo, ‘Palabra de bufón’ 

Alfonso Palomares es el autor y protagonista de Palabra de bufón.
Alfonso Palomares es el autor y protagonista de Palabra de bufón.
A.P.

El Teatro Olimpia y el Ayuntamiento de Huesca presentan este viernes, a las 20:30 horas, dentro del ciclo Aragón Tierra Abierta, la comedia Palabra de bufón de la compañía oscense Lagarto Lagarto, escrita y dirigida por Alfonso Palomares y Javier Trillo. Con la actuación de Alfonso Palomares y la música en directo de Javier García Vega. La obra narra la historia de un viejo bufón, Estebanillo de Arguis, que relata las mejores aventuras de su vida, y resulta que la mejor de todas ellas, la que más recuerda, es cuando opositó a bufón de la corte española. Ese examen para la única plaza de bufón real, marcó su vida para siempre. En ese contento, Estebanillo de Arguis, regalará al público un espectáculo lleno de humor y ternura. Un viaje con dos paradas, una las diferentes formas de hacer humor y otra sus pensamientos más íntimos sobre lo complicado que puede llegar a ser ser un cómico. Palabra de bufón bebe de Quevedo, de Góngora, de La Esencia de la Nación, de Don Juan Tenorio..., y en ella hay ventriloquía, malabares, canciones, música en directo y humor, mucho humor. Todas estas virtudes y alguna más son las materias de examen de un buen bufón, que junto a una escenografía barroca que simula el pórtico de la Catedral de Huesca y un vestuario “contemporáneamente antiguo”, juegan como elementos para formar el que posiblemente sea uno de los mejores montajes de Palomares hasta la fecha.

El pasado marzo se subía a las tablas del Olimpia con Don Gil de Olmedo es sueño. Poco más de un mes después lo vuelve a hacer para estrenar en este teatro Palabra de bufón. Háblenos de esta obra escrita a cuatro manos por Javier Trillo y usted.

Este espectáculo nace de la necesidad de crear un unipersonal para mí. No es mi primera vez, pero sí que necesitaba después de un tiempo trabajando con más compañeros, volver a encontrarme conmigo mismo en el escenario. Está Javi conmigo, eso es un hecho, pero él habla a través de la música. Además quería enfrentarme a las diferentes formas y planos que tiene la puesta en escena teatral, el clown, el bufón, la comedia más costumbrista, e incluso el drama. Palabra de bufón es un reto para mí.

En esta obra vemos a un cómico presentarse al examen para una plaza pública de bufón real. “Si hay rey, hay bufón”, dice el protagonista. Y ese examen son diferentes sketches de humor, los mejores que tiene. Pero además, nuestro protagonista nos habla todo el tiempo del humor, de sus límites, de lo exigente y duro que puede llegar a ser ser un cómico, pero sobre todo, de como la risa nos salva, de como el humor es el mejor camino para poder vivir con nosotros mismos.

En esta ocasión comparte escenario con el músico Javier García. ¿Cómo funciona el tándem?

—De maravilla, Javi es un tipo muy talentoso y capaz de adaptarse a todo. La relación de mi personaje con el suyo es particular. Estebanillo, que soy yo, lo adora y no podría vivir sin él, pero nunca se lo manifiesta, al contrario, como buen bufón, se pasa el día riéndose de él.

Hay profesiones que se transmiten de padres a hijos. En el caso de Estebanillo de Arguis, continúa una saga que viene desde su tatarabuelo. ¿Qué tiene ser bufón para que continúe cuatro generaciones después?

—Ser un bufón no es una profesión, es una forma de entender y vivir la vida, y eso si puede que pase de madres a hijos o padres a hijas, o madres a hijas o hijas a hijos… ¡Ya me he liado! Para mí lo más hermoso de este espectáculo es que nuestro protagonista reflexiona justamente sobre eso, sobre lo que significa ser bufón, sobre el mundo del humor y la risa. Palabra de bufón es un homenaje a los cómicos.

¿Cómo fue lo de opositar para bufón de la Corte Española? ¿Tuvo que estudiar mucho?

—Pues sí, porque en la prueba se pedía mucho; bueno, todo lo que se le puede pedir a un bufón: anatomía del chiste, malabares, conocimientos de historia, de teatro clásico, incluso alguna virtud singular que no desvelo aquí, porque es una gran sorpresa.

Las imágenes de los bufones de Diego Velázquez, ¿son una inspiración para nuestro Estebanillo?

—Por supuesto, son el eje de su examen-representación. Los bufones en la época de Velázquez eran imprescindibles rodeando a la nobleza. Muchos de ellos fueron importantísimos, y don Diego lo sabía. “¿Por qué un pintor de reyes pinta bufones? ¿Qué ve en esos seres bajitos, deformes, extraños? Todo lo ve, todo porque los bufones, no somos normales.” (Palabra de bufón).

Palabra de bufón reúne tres disciplinas artísticas. ¿Qué aporta la música a este juego con los clásicos de la literatura y la pintura?

—En el teatro, la música en directo siempre es un plus. Javier García Crespo toca la flauta, el trombón y la guitarra, y eso nos da mucho juego en la puesta en escena. Nos movemos entre clásicos españoles de Lope o José Zorrilla, pero pasamos por el cabaret o el Stand Comedy más actual.

¿Qué siente Alfonso Palomares al volver al Teatro Olimpia con este nueva producción de Lagarto Lagarto?

—Ganas y más ganas. Me encanta actuar en casa y más aún en el Olimpia. Es un placer y un orgullo. Si por mi fuera, actuaría aquí todos los días.