Cultura

José María Lacoma: "“Para el actor de teatro la respiración del público en la sala en fundamental”

El actor y dramaturgo cierra el segundo ciclo de la Biblioteca Humana de Graus

José María Lacoma, de pie, en el curso que ofreció en Espacio Pirineos.
José María Lacoma, de pie, en el curso que ofreció en Espacio Pirineos.
E.F.

El curso monográfico del actor y dramaturgo José María Lacoma De las musas al teatro cierra el segundo ciclo de la Biblioteca Humana de Graus, que comenzó en otoño y se despide en junio. Una veintena de personas asiste en Espacio Pirineos a esta propuesta formativa, que comenzó abundando en los orígenes del teatro, su historia y su transformación en el siglo XX a raíz de la irrupción del cine.

“La aparición del cine ha venido a ocupar el lugar que ocupaba el teatro y así lo hemos analizado en las dos primeras sesiones para, en una tercera, pasar a visualizar una obra teatral”, ha relatado Lacoma, contento con la respuesta de los participantes. “Cuando nos planteamos este curso, yo he dado cursos en Sabiñánigo en la Une, se hacen con tres, cuatro o cinco meses de tiempo, pero éste tiene carácter de taller”, ha explicado.

Dentro de esta filosofía interactiva, Lacoma ha procurado “hablar del teatro en general y focalizarlo en la visualización de un Estudio 1”, unas obras grabadas y emitidas por Televisión Española en las que él mismo actuó. El pasado jueves se proyectó La plaza de Berkeley, un Estudio 1 emitido en 1979. “Sirve para explicar la puesta en escena, la interpretación, ver qué es el teatro filmado. Tiene mucho que ver con el teatro en muchos aspectos, pero poco que ver en comunicación con el público”, precisamente el aspecto que más atrajo al propio Lacoma durante su carrera actoral.

“Lo fundamental del teatro es el público. Para el actor de teatro la respiración del público que está en la sala es fundamental. Al mismo tiempo que el actor se hace, se aprende mucho y esa relación se está perdiendo”.

Pese a ser un enamorado del género teatral, Lacoma confiesa que empezó “por casualidad. No fui un actor vocacional”. Relata su contacto casual con el grupo aficionado Candilejas cuando vivía en París. “Me uní a ese grupo con Amancio Prada y Antonio Amorós porque me pareció muy apasionante”. A raíz de allí, y como dramaturgo -“he escrito teatro y he estrenado tres obras”- entró en relación con los Goliardos, otra formación teatral, en principio ‘amateur’ aunque pronto se profesionalizó, que “me animaron a regresar a Madrid con la Boda de los pequeños burgueses, de Bertolt Brecht, dirigida por Ángel Facio. Tenía intención de regresar a París, pero falló un actor y probé. Entonces, se planteó hacernos profesionales y, como en aquellos años tenías que tener titulación para actuar, estudié Arte Dramático en el Conservatorio Superior de Córdoba”, ha agregado.

De esa etapa, ha recordado con cariño su gira por Hispanoamérica con José Luis Gómez, sus Estudio 1 y sus sesiones en el Teatro Lara de Madrid, y con menos ilusión las películas en las que participó.

José María Lacoma ha cerrado la temporada de la Biblioteca Humana, tomando el relevo de Francisco Martí, que habló del románico; Constancio Arigita, de Iconos y espiritualidad; y Carlos González, de El cuento, como escuela de lengua, literatura y vida.