Cultura

51º FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE HUESCA

Tapas y cortos, una combinación para satisfacer el paladar de los amantes del cine

Cien personas prueban los platos de Iris Jordán y Luciano Nanni, inspirados en seis audiovisuales

La 51 edición del Festival de Cine de Huesca vuelve a maridar cortometrajes y gastronomía.
La 51 edición del Festival de Cine de Huesca vuelve a maridar cortometrajes y gastronomía.
Javier Navarro

El Festival Internacional de Cine de Huesca ha recuperado el maridaje del cortometraje y la cocina, del que han disfrutado un centenar de comensales que han degustado seis tapas elaboradas por la chef altoaragonesa Iris Jordán y el argentino Luciano Nanni, mientras disfrutaban de otros tantos cortos.

Sin dejar de mirar a Argentina, país invitado de esta 51 edición del Festival, el Espacio Altoaragón ha acogido Gastrocine, una propuesta original y sorprendente para los asistentes -que han agotado las plazas-, que ha comenzado con un guiño al primer corto de la noche Cocina Aural, de Isidro Sánchez, que recoge una acción conjunta de un grupo de personas con discapacidad visual, participantes de un proyecto sobre cocina y creación sonora, con la que identificar los ruidos que se generan en ese espacio.

Con el local a oscuras, lo único que el público ha podido ver durante unos minutos han sido las manos de los cocineros que han trabajado sin luz y con unos frontales. Así se ha elaborado la primera de las pequeñas delicias gastronómicas con las que han sorprendido a sus comensales, un Escabeche de nuestro Pirineo, que cocinó la joven Iris Jordán, tercera generación en dirigir los fogones del restaurante familiar Ansils, en Anciles.

Para Jordán, la gastronomía es una forma de contar su historia y la de su tierra, recuperando el espíritu del buen hacer en la cocina de sus abuelos, y respetando los alimentos y el medio ambiente. Con esa filosofía, ha preparado “un escabeche de jabalí con encurtidos de nuestro huerto y una romesco de calabaza asada en el josper y ahumada”.

La velada cinematográfica ha continuado con Maíces originarios, de Verónica Fernández Bargiela, un documental argentino que llevó a los oscenses a recorrer la cultura y costumbres que los pueblos originarios tienen con el maíz, tanto en la cosecha como en el arte culinario, y todo ello mientras degustaban la tapa Humita con cremoso y crocante de maíz, una creación de Luciano Nanni. Nacido en Rosario, figura en la lista de cocineros que han delineado una Nueva Gastronomía Rosarina.

Además, desde 2012 dirige la Escuela Aehgar, complejo educativo de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Rosario, y forma parte del equipo de capacitación de la Federación Hotelero Gastronómica de la República Argentina con la que realiza actividades en el interior del país.

Tras representar a su país en Madrid Fusión, este domingo ha traído a Huesca una pequeña muestra de la gastronomía argentina que ha comenzado con una versión más moderna de la Humita, bocado “a base de maíz fresco cocinado de manera tradicional y puesto en la chala”, que es la hoja de la panocha.

Sin renunciar a la tradición, y con el telón de fondo de Un día en la Mezzeta, un documental de Emiliano Sagayo sobre esta pizzería que es una de las más emblemáticas de la ciudad de Buenos Aires y en la que se da cita todos los días y a todas horas una variada clientela que representa al barrio, Luciano Nanni ha servido Fainá con hongos de la Patagonia y aire seco de queso, “una preparación que en realidad es un acompañamiento de la pizza que se hace con harina de garbanzos mezclada con harina de maíz, y esa base de masa con hongos argentinos y un aire de queso, es una versión más moderna de la tradicional”, ha indicado el chef.

Mientras los comensales han visto Mesa para 3, de Álvaro G. Company y Meka Ribera, en el que cinco amigos acuden a cenar a un restaurante de nivel, pero al llegar descubren que la mesa reservada, inicialmente para cinco personas, es ahora para tres. Una situación imprevista que pone a prueba la amistad y los vínculos existentes dentro de este grupo de amigos, los camareros han ido sirviendo, en este caso al centenar de asistentes, Lamb-wich de masito oscense. “Corderos que cuidaban antiguamente a los rebaños, que pueden llegar a pesar hasta 60 kilos, y que sólo se comían los pastores”, ha explicado Iris Jordán a este periódico, que elaboró con él “un sandwich de cordero con salsa de boletus y otra salsa con sus sesos, amareto y galletas María”, para que se pudieran degustar cosas nuevas que, por su experiencia, acaban gustando a los comensales.

Lo mismo que el Cono hojaldrado de mouse de cerdo y frutos secos que ha acompañado al cortometraje Una receta familiar, de Lucía Paz, en el que tres generaciones de mujeres se reúnen para cenar. Durante la cena, la abuela Blanca dice que le gustan las mujeres, la nieta Julia investiga y Mecha, la hija, entra en crisis debido a algo que descubrirá en esa velada.

Las tres mujeres hacen una tarta típica de los hogares argentinos, “que tiene como base una masa hojaldrada, a la que en este caso le hemos dado la forma de cono y la hemos rellenado con cerdo, ricota y pistachos”, ha revelado el cocinero, que se ha mostrado encantado con poder participar en este evento, que ha calificado de “súper atractivo”, y que le ha permitido conocer a Iris Jordán “con la que he estado hablando mucho para poder hacer algo juntos y siempre usando productos de nuestros países y con platos basados en la tradición”, a los que ambos aportaron un toque de vanguardista.

De hecho, para despedir Gastrocine, utilizando como decorado El canto del cisne, de Julián Lona, en el que una pareja que lleva 20 años juntos ha tomado una decisión. Durante el tiempo compartido han vivido una variedad de experiencias, pero ninguna los ha marcado tanto como afrontar la pérdida de un familiar muy cercano. A pesar del dolor y una enfermedad latente, disfrutan de una sabrosa comida en la comodidad de su hogar, y para hacer disfrutar a los presentes en el Espacio Gastronómico Altoaragón que mejor que lo que hizo Iris Jordán, un postre con chocolate “producto que nosotros trabajamos, lo hacemos desde el grano, y en este caso le añadimos remolacha asada al carbón”, una combinación que puede sonar extraña pero que fue el dulce colofón a una cena de cine.