Pili y Josephine Monter: “Sena es especial, su cultura se formó con la incorporación de experiencias de siglos”

Las hermanas Pili y Josephine Monter nacieron en Sena, viven en Sena y son el símbolo icónico de su pueblo. Para ellas un pueblo sin cultura, sin tradición histórica, sin arte es fácil que desparezca, en cambio, fomentar su identidad es fijar población, hacer pueblo. Son pura vida rural, pura cultura por todo lo que han hecho por Sena, un espacio mágico que ellas han promovido junto a sus vecinos y Ayuntamiento realizando lugares especiales como La Mora o la Tía Tonina, esculturas elaboradas por Josephine en el monte, la Sabinera, campo de sabinas, el Laberinto y El Pino Sabio.

¿Cuáles son vuestros sueños para convertir Los Monegros en un espacio perfecto?

-Nos gusta como es nuestra comarca, sería mejor sin tanta granja, sin esos monstruos de molinos que están poniendo, sin explotaciones que ni siquiera el que las cuida está valorado; porque están abusando de nuestra tierra, de las personas, porque son empresas que no tienen nada que ver con los monegrinos. Lo saludable era aquellos campos con viñedos y almendros para el propio consumo y algo para vender, bañarte en el río Alcanadre, ver y cuidar de los rebaños de ovejas y cabras, que a su vez limpiaban nuestros montes o aquellos cerdos que se criaban en casa.

¿Cuál fue la primera señal por la que os sentisteis atrapadas por la música o por el arte?

-(Pili) Cuando escuchaba música de la radio que mi padre ponía a todas horas y cuando venían para las fiestas los músicos, para mí eran dioses. Para Josephine su contacto con el arte fue ‘trastornador’: Nuestro padre era carpintero y cuando él descansaba, bajaba al taller para hacer mezclas con lo que yo creía que eran pinturas, pero eran barnices y nunca conseguía sacar colores, un día vino Palacín con una caja de colores, para mí fue una explosión en el arte, más tarde Jesús Rabadán, que tenía un estudio en el Tubo de Zaragoza, me dijo que tenía que hacer Bellas Artes.

¿Por qué una galería de Arte en Sena?

-”Y ¿por qué no?”, contesta sorprendida Josephine. El artista debe exponer sus creaciones de donde es, lo que significa abrir un espacio es abrir las mentes, pintamos sueños, seres de otros planetas, imaginamos, creamos, ¿por qué lo bello debe de estar en ciudades, o por qué nos tienen que manipular desde las grandes ciudades. Sena necesita la Galería de Arte, la escuela de folclore, hay que revivir las cosas hermosas, hay que conservar la sensación de la creatividad.

¿Cómo inculcar estos valores a los jóvenes?

-Haciéndolo sentir, si ellos ven como lo sentimos, se trasmite, de la misma forma que nos lo trasmitieron, y cuando alguien ama la cultura hay que facilitarles el camino.

¿Qué tiene Sena que no hay en todo el Alto Aragón?

-Sena es especial, su cultura se ha formado con la incorporación de experiencias de siglos, inteligencia y sentido común, tiene cultura de síntesis, diversa, original, autóctona y rica y por lo tanto es una de las señas de identidad que debe ser tenida en cuenta de los proyectos de desarrollo, especialmente para que no caigan en modos urbanitas y globalizantes, detalla Pili, a lo que Josephine añade: Somos una comunidad noble y trabajadora que se levanta cada mañana con el objetivo de favorecer el progreso. Caminamos de la mano porque conocemos que, de este modo, podemos hacer grandes proyectos. Además, en Sena tenemos un paisaje inigualable, aire seco, sol fuerte, plantas autóctonas…”.

Las hermanas Monter dicen y hacen mucho por este espacio mágico, promoviendo y llevando a cabo, junto a sus vecinos y Ayuntamiento lugares especiales como La Mora o la Tía Tonina, esculturas elaboradas por Josephine en el monte de Sena, la Sabinera, campo de sabinas, el Laberinto, El Pino Sabio, que tiene más de 400 años y esta protegido por un circulo de piedras y otros muchos espacios.

Lo más destacable de Sena es la unión de muchos de sus vecinos para crear y recuperar, a través de mucho trabajo tradiciones, historia, patrimonio, así recuperaron las Coplillas, así han consolidado la Rondalla, creando nuevos grupos culturales muy activos, porque la cultura rural está solo accesible para los que se acercan a ella sin tópicos, con respeto y con capacidad para entender los problemas y colaborar activamente con soluciones cercanas, imaginativas y eficaces, por lo que invertir en cultura es invertir en desarrollo en nuestros pueblos.