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Daniel Escolano: “Empezamos a creer que desde cualquier zona rural se puede lograr algo grande”

Daniel Escolano
Daniel Escolano
V. A.

Su curiosidad por lo “artístico” le puso en el camino de la música y Daniel Escolano García ha hecho de esa pasión su profesión. Formado en contrabajo y violonchelo, ahora ha regresado al conservatorio para estudiar trombón, aunque lo que realmente le apasiona es “enseñar música”. Algo que, por cierto, hace muy bien a juzgar por los resultados de su proyecto estrella, Jazz for Kids, que este año celebra su décimo aniversario. No contento con eso, Daniel trata de instruir a los más pequeños en este arte, y eso es lo que está haciendo con la Ara River Band, un grupo de niños que ya apunta maneras.

Lleva la música en vena. ¿Cómo surgió su interés musical y cómo ha conseguido vivir de ello?

—Desde niño siempre tuve mucha curiosidad por lo “artístico”, en especial por la música. Además, siempre quise emular a mis bandas de rock favoritas y tocar para mucha gente. También me di cuenta bien pronto de que tocar música para otros me permitía comunicarme con los demás de otra manera y vencer mi timidez.

Violonchelo, contrabajo, trombón… Casi se podría decir que es usted un “hombre orquesta”.

—Me apasiona enseñar música y la mejor manera de enseñarla, en mi opinión, es tener una visión lo más amplia posible de ella. Conocer cómo cada instrumento técnicamente puede expresar la música te permite tener muchas más herramientas para poder guiar a un alumno en su aprendizaje.

Hablando de formaciones musicales. Es el artífice de Jazz for Kids. ¿Cómo surgió este proyecto que este año cumple su décimo aniversario? ¿No da un poco de vértigo?

—Hace más de una década era prácticamente imposible estudiar jazz en Aragón, y mucho más difícil en el medio rural, así que era una necesidad que había que cubrir. Decidí unir mis dos pasiones: la enseñanza y el jazz. Junté a siete alumnos de las escuelas de música de Benasque y Barbastro, y volqué toda mi ilusión en ellos con una metodología de enseñanza distinta a la tradicional. Varios años después, seis de esos niños son ahora músicos de referencia en Aragón y grandes amigos que se han sumado a Jazz for Kids como maestros, haciendo más grande esta iniciativa. Han sido 10 años de mucho trabajo y de recompensas maravillosas, con más de 200 alumnos que han pasado ya por este proyecto.

¿Cuál es el secreto para que un proyecto pionero en Aragón sea un referente nacional con el que, por cierto, también recorren el mundo?

—Crear un buen equipo, saber transmitir tu pasión por lo que haces y trabajar mucho. Todo el proyecto se cimentó bajo la amistad, y ese ingrediente se transmite entre todas las promociones que han pasado por Jazz for Kids. Somos pequeños y venimos de un territorio muy pequeño, pero después de participar en grandes festivales de jazz, en teatros y auditorios muy importantes y de viajar a países como Holanda, Puerto Rico y Estados Unidos, pasados estos 10 años, empezamos a creer que desde cualquier zona rural se puede lograr algo grande.

Nació en Estadilla y reside en Fiscal. ¿Qué hace un chico como usted en un sitio como éste?

—Llevo con mucho orgullo la etiqueta de “rural”. Creo mucho en el desarrollo cultural y social en el medio rural con sus infinitas posibilidades. Me crié en Estadilla, donde he podido desarrollar distintos proyectos culturales, entre ellos, Jazz for Kids, y el amor me llevó a Fiscal, lugar ideal para tener familia y disfrutar de la naturaleza y de sus vecinos, que son lo mejor que tiene.

De lo que no cabe duda, es de que el Sobrarbe musicalmente también da para mucho. Háblenos de la Ara River Band.

—Es una banda de rock que hemos creado con niños del valle del Ara. En pandemia comenzamos a juntarnos para pasar las tardes de invierno y después de poco más de dos años la evolución ha sido espectacular.

¿Qué papel ha jugado Diario del AltoAragón y el Alto Aragón en su trayectoria profesional?

—El Alto Aragón como territorio para mi desarrollo profesional y vital ha sido fundamental. Me formé en Cataluña y Navarra, pero mi arraigo al territorio siempre hizo que mi cabeza estuviera aquí. Cuando volví hace 20 años a vivir había mucho por hacer y eso fue una oportunidad. Y así ha sido.

Mi relación con el Diario del AltoAragón es doblemente especial. Por un lado, es el periódico de referencia en la provincia y, por otro, en una rueda de prensa hace unos años conocí a la persona con la que he formado una familia y encontré el mejor motivo para quedarme definitivamente en el Alto Aragón