Cultura

LA ENTREVISTA

Andoni Alfaro: “Nos llevamos una grata sorpresa, pero el premio real es la experiencia”

El investigador de la Universidad Politécnica de Huesca ha ganado con el equipo español el I Campeonato de Edafología en Brasil

Andoni Alfaro, tomando muestras de suelo.
Andoni Alfaro, tomando muestras de suelo.
S.E.

El investigador doctoral en la Escuela Politécnica del Campus de Huesca, en el área de Edafología, Andoni Alfaro, ha sido uno de los aragoneses seleccionados para componer el equipo español de esta ciencia, que estudia el suelo, quien participó este verano en el I Campeonato Latino-Americano de la Ciencia del Suelo, celebrado como antesala del XXIII Congreso Latinoamericano de la Ciencia del Suelo, en Brasil, con resultado más que positivo, ya que los españoles quedaron en el primer lugar.

“Nos llevamos una grata sorpresa cuando nos dieron la clasificación, pero el premio real ha sido el conocimiento, la experiencia y el viaje a Brasil”, apunta Andoni Alfaro.

La Sociedad Española de la Ciencia del Suelo, que trabaja para fomentar el conocimiento de esta disciplina, se encargó de reclutar para este grupo a cuatro españoles, que además de Andoni, contó con Ana Paula Conte, graduada en Ciencias Ambientales en Huesca, junto a José Carlos Leal, (Politécnica de Madrid) y Javier Nadal (Universidad de Elche).

Andoni Alfaro hace hincapié en que “hemos aprendido un montón, que es el objetivo principal de estos encuentros, aunque también lo hemos celebrado”. Era algo con lo que no contaban puesto que, relata el investigador, “nos conocimos en el viaje, no habíamos tenido tiempo de preparar nada , pero desde el primer momento nos llevamos muy bien”.

Explica que los dos primeros días los emplearon en preparación, uno de clases teóricas y otro de trabajo de campo, “porque esta ciencia hay que estudiarla en el campo, solo con fotos y números es imposible, hay que ir, tocar y oler”.

Afortunadamente, apunta que “no era el suelo tan distinto como creíamos, estábamos en una zona de montaña a 1.300 metros de altitud y allí era invierno”.

En este sentido, cabe destacar que Alfaro centra su investigación doctoral en el centro oscense en los efectos de las quemas prescritas; las que se hacían tradicionalmente para quitar maleza de los pastos y que han servido como cortafuegos, pero que desde la última mitad del siglo XX, al reducirse la ganadería extensiva, se han paralizado, aumentando el riesgo de incendio. “Estamos volviendo a una homogeneización del paisaje con lo que los incendios van más deprisa”, relata y añade “por ese motivo desde el Gobierno se realizan quemas controladas para mantener la discontinuidad y para que el ganado de alta montaña pueda seguir pastando y pasando por esos lugares porque si se deja el matorral terminan siendo bosque”.

Así insiste Alfaro en que “las quemas se hacen bajo unas condiciones concretas y controladas para que los efectos sean bajos y aun así falta conocimiento para determinar cuándo y en qué condiciones y lugares deben hacerse para que no tenga efectos significativos”. Eso es concretamente lo que estudia, “me centro en los efectos en la actividad biológica del suelo” y la zona empleada, son dos espacios de diferente altitud en el Pirineo.