‘Mujer corriendo’, de Ricard Sala, se instala en el centro de Zaragoza

Mujer corriendo es el título de la escultura de Ricard Sala que ha sido donada a la capital aragonesa por la familia del escultor y que ya luce desde este martes a la altura del número 25 del bulevar central del paseo Fernando el Católico de la ciudad.

La consejera de Cultura, Educación y Turismo, Sara Fernández, inauguró esta escultura este martes acompañada por la familia del escultor, que con esta donación ha querido hacerle un pequeño homenaje a él y a la ciudad de Zaragoza.

Según el hijo de Ricard Sala, casado con una zaragozana y residente en la ciudad desde hace 24 años, una de las mayores ilusiones de su padre era que su obra estuviera presente en las calles de la capital aragonesa.

Desde el Ayuntamiento explicaron en una nota que Ricard Sala fue un enamorado de la belleza del cuerpo humano, tema que queda reflejado en toda su obra artística.

Mujer corriendo es un homenaje a la mujer y la expresión plástica de ese amor por la belleza. Fue realizada por el artista en 1978 y estuvo en su estudio de Valldoreix (Barcelona) hasta el año 2022, cuando sus hijos decidieron pasarla a materia definitiva, en este caso, bronce “limatonado” con pátina oscura.

Su tamaño es ligeramente superior al natural y se erige sobre una peana construida en hormigón de un metro de altura.

Ricard Sala Olivella (Barcelona 1927-2009) fue catedrático de la Escuela de Bellas Arts de Sant Jordi de Barcelona, en la que ejerció el cargo de director desde 1971 a 1975 y académico de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, de Sevilla.

Sus obras de desnudo se clasifican inspiradas en el noucentismo catalán y siempre ha respetado el clasicismo en su elaboración, según explicaron en una nota.

Ha practicado diversos temas escultóricos desde las maternidades al retrato, como encargos públicos para edificios o parques.