Cultura

TEXTIL

Los telares tradicionales “no despiertan interés” en el Somontano

Ante la indiferencia de las instituciones, Balbina Campo y Pepe Noguero llevan sus obras a la Fundación Isabel Martín de Zaragoza

Balbina Campo.
Balbina Campo.
Á.H.

Los telares tradicionales del Somontano no despiertan interés en Barbastro, según los artesanos Balbina Campo y Pepe Noguero, que optaron por “trasladar” sus experiencias a la Fundación Isabel Martín de Zaragoza, con la que colaboran desde hace más de un año.

En vista del “nulo interés que hay en Barbastro por la artesanía textil y los telares llevamos nuestro proyecto a la Fundación donde fueron muy receptivos y hemos donado dos telares de cintas, hechos a mano”. 

Esta decisión la tomaron cinco años después del cierre de la Escuela-Taller El Vivero, en mayo de 2017, tras 38 años de actividad.

Se muestran “agradecidos por la oportunidad de enseñar el mundo de la artesanía y la posibilidad de retomar la actividad, de forma pausada. Cada semana vamos al taller y enseñamos a los alumnos y alumnas”.

Ambos explican que “en la medida de las posibilidades ya hemos aportado nuestro granito de arena para evitar que se pierda esta tradición que se remonta a finales del siglo XVIII, cuando en la comarca de Somontano había 270 telares, de los cuales 38 estaban en Barbastro”.

"A mediados del siglo XX aún quedaban 40, ahora, ninguno”. Los únicos están desmontados por piezas desde que en mayo de 2017 se cerró El Vivero, en Barbastro, después de 38 años de actividad.

A partir de entonces, “nadie se ha interesado por la artesanía textil en Barbastro ni siquiera hubo respuesta a la posibilidad de cesión de un telar, ni por parte del Ayuntamiento, ni de la Comarca. Duele después de tantos años de trabajo en Barbastro, mientras en Zaragoza ha surgido y ahí estamos”.

En el trascurso de una charla en la capital aragonesa sobre artesanía dejaron constancia de historia, tradición y utilidades de telares porque son expertos. Pepe Noguero es un especialista en la construcción desde que aprendió en Barbastro al lado de su padre, aunque la tradición familiar venía del abuelo que fue tejedor.

Pepe Noguero, en plena labor.
Pepe Noguero, en plena labor.
Á.H.

“A partir de la pieza de un telar del siglo XVIII, hallada en casa, mi suegro reprodujo toda la infraestructura de un taller textil y sipo transmitir la misma ilusión a Pepe porque nos descubrió los secretos de las piezas más primitivas de un telar tradicional de la comarca”, dijeron.

El primer telar construido a mano contribuyó a la divulgación y enseñanza sobre la artesanía textil a los alumnos y alumnas que pasaron por “El Vivero” donde estuvo hasta el cierre del Taller.

El interés por el tema fue en aumento y con el tiempo, Noguero construyó varios, manuales. Pepe y Balbina conocen la historia de telares tradicionales con detalles minuciosos, datos, avatares y fotos retrospectivas.

La última vez que se expuso uno de los telares fue en la exposición Pasión por las personas, la lucha contra la pobreza, en el Palacio Arzobispal de Zaragoza, sede del Alma Mater Museum.

“El vice-comisario de la exposición se desplazó a Barbastro para ver el telar, los accesorios y la posibilidad de montarlo en la sala de exposición, al lado de los cuadros de Francisco de Goya y de Francisco Bayeu”, recordó.