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Javier Ara Sauco: "Haber bailado en Japón y Venecia ha sido valioso para mi carrera artística"

El bailarín oscense ha trabajado durante los últimos meses con el prestigioso coreógrafo nipón Saburo Teshigawara

Javier Ara Sauco
Javier Ara Sauco
S.E.

En los últimos meses, Javier Ara Sauco (Huesca, 1993) ha emocionado al público de Venecia (Italia) y Japón con varias actuaciones, en las que ha demostrado su maestría como bailarín y su dominio de la danza contemporánea.

“A nivel personal ha sido muy valioso para mi carrera artística, porque ha abierto una nueva dimensión a mi expresión física como bailarín y creativa como creador”, afirma el oscense a este periódico.

Titulado superior en danza por el Institut del Teatre de Barcelona, entre otras formaciones, Ara empezó a bailar profesionalmente en la compañía alemana Hessisches Staatsballett de Wiesbaden (2018-2021), pero tras la pandemia regresó a España para “trabajar como ‘freelance’, compaginando mi labor como bailarín en diversos proyectos, creando mis propias coreografías e impartiendo talleres de creación”, dice.

El origen de sus nuevos logros profesionales tuvo lugar en 2022, cuando participó en la Biennale Danza Venecia, un importante encuentro anual de artistas de todo el mundo.

Allí conoció al prestigioso coreógrafo Saburo Teshigawara, de la compañía japonesa Karas, interpretando su pieza Swing, con la que dejó tan satisfecho al maestro que le propuso repetir en 2023.

“Desde entonces se ha generado una fructífera relación artística que me está permitiendo conocer de cerca el legado de uno de los mayores exponentes de la danza contemporánea mundial”, valora.

Así, en primavera de este año regresó a Venecia para participar en El triunfo del tiempo y del desengaño, del Teatro de la Fenice, un oratorio de Haendel que Teshigawara escenificó y coreografió.

“Fueron casi dos meses de creación con posteriores actuaciones en mayo y junio. Era la primera vez en mi carrera que participaba en una producción operística y resultó muy enriquecedor”, enfatiza.

Muy diferente a lo que está acostumbrado, “en este caso la danza se convierte en un apoyo de la parte musical desde un segundo plano, pero a la vez es esencial para ofrecer matices y sensaciones a las que es imposible llegar por otros medios”, lo que supuso todo un reto para él.

Con la llegada del verano, Ara se subió a un avión con destino a Japón para trabajar con Teshigawara y su musa y ayudante Rihoko Sato en dos nuevas piezas. “La primera se estrenó el 16 de julio en el Aichi Arts Center de Nagoya y se titula Waltz. Tras dos actuaciones nos movimos a Tokio, donde trabajamos en la segunda, titulada Rimbaud Collection, que se estrenó en el Tokyo Metropolitan Theater el 11 de agosto”, destaca.

Este proyecto fue muy especial porque “los ensayos se llevaron a cabo en Karas Apparatus”, sede y lugar de origen de las creaciones de Teshigawara.

“Conocer este espacio y Japón por primera vez supuso ver las raíces de la compañía y trabajar de una forma muy íntima y cercana con ellos”, valora.

“Les agradezco mucho la confianza que han depositado en mí y espero que esta valiosa relación se pueda extender en el tiempo, y traiga nuevos proyectos escénicos y de investigación que poder compartir”, agrega ilusionado este gran bailarín y coreógrafo internacional.