Cultura

RECONOCIMIENTO

Homenaje póstumo del Casino Unión Jaquesa a Paco Chavarría Casado

El músico jaqués ayudó a relanzar sus bailes de sociedad en la recta final de una exitosa carrera en varios grupos y orquestas

Paco Chavarría, entre el piano y su célebre acordeón.
Paco Chavarría, entre el piano y su célebre acordeón.
CASINO UNIÓN JAQUESA

El músico jaqués Francisco Chavarría Casado recibirá un homenaje a título póstumo por parte del Casino Unión Jaquesa, cuyos bailes amenizó durante años. La cita será este sábado 11 de noviembre de 19:00 a 21:00 horas, incluyendo una actuación del grupo KCK y un brindis en recuerdo de Paco.

Pedro Juanín, presidente del Casino, accedió al cargo con la idea de recuperar “esos bailes de sociedad en los que se conocieron muchas parejas que hoy son matrimonios consolidados con hijos y nietos”. “Contacté con Paco, le gustó la idea y se volcó”, explicó, destacando la labor del músico en “el éxito” que volvió a alcanzar la actividad.

Maite Chavarría, hija de Paco, agradece el homenaje a su padre, cuya figura sigue presente en Jaca. “Cinco años después de su partida, encuentro a personas que lo recuerdan con cariño por haber tocado en su boda, las fiestas de pueblos y terrazas de verano o por haber bailado con sus canciones en el Casino”, señalaba, “llena de nostalgia y orgullo”.

“Hace poco que soy capaz de escuchar el acordeón sin echarme a llorar. A pesar de tocar muchos otros, siempre fue su instrumento, aquel con el que animaba las fiestas familiares y nos dejaba boquiabiertos, tocando el Sitio de Zaragoza o sus valses y musettes”, continuaba, destacando “su capacidad para emocionar con la música y animar a los asistentes, eligiendo la pieza adecuada”. “Yo también me dedico a ese arte, pero en otras facetas. Lo mejor que me dio mi padre, junto a la vida, fue el amor por la música”, aseguraba.

Biografía

Nacido en Jaca en 1946, Paco comenzó a los 7 años a estudiar solfeo con el subdirector de la banda militar jaquesa y se examinó en el Conservatorio de Zaragoza, obteniendo el diploma de primera clase. Con 11, tuvo su primer acordeón de segunda mano, tras un notable esfuerzo económico de sus padres. Su primer bolo fue en Araguás del Solano el día de Reyes de 1960, donde le pagaron 200 pesetas y una cesta de manzanas. Estudió en Escuelas Pías, donde fue miembro de la tuna. Más adelante, cantó como tenor segundo en el Orfeón Jacetano.

Compaginó labores administrativas y de contabilidad con actuaciones que le llevaron a Huesca, donde formó parte del quinteto Estrellas Verdes, el grupo Robin y la orquesta Ríos. En 1967 se fue a Zaragoza e inició una etapa de 21 años actuando en orquestas, tocando en todas las capitales de provincia, salvo Castellón, Gerona y Mallorca.

Fue integrante del grupo Los Mannix, acompañando a Antonio Machín y actuando en las bases americanas de Zaragoza, Torrejón y Rota. Como miembro de la orquesta Saratoga compartió escenario con Víctor Manuel, el Dúo Dinámico, Mocedades, Fernando Esteso, José Luis Moreno, Norma Duval o Luz Casal.

En 1984 regresó a Jaca. Alternó su faceta de intérprete con la de profesor de solfeo y acordeón en el Conservatorio. Formó parte de la Banda de Música Santa Orosia como bombardino y fue profesor de guitarra e instrumentos de púa en el grupo de jota. En los 90 e inicios del 2000, compaginó su trabajo como profesor con el de intérprete, cantando y tocando para empresas de hostelería.

Antes de jubilarse, trabajó como músico en un crucero por Alemania. Siguió al pie del cañón hasta el final en solitario y con su amigo Luis Cerdán, ya fallecido.