Cultura

Teatro

Corral de García, un espacio con más butacas que habitantes

Este lugar de creación artística reivindica la importancia de garantizar el derecho a la cultura en el medio rural a través de las artes escénicas

Jesús Arbués entre las butacas de Corral de García.
Jesús Arbués entre las butacas de Corral de García.
Efe

El Centro de Creación Artística Corral de García, que se encuentra en el municipio zaragozano de Santa Eulalia de Gállego, es un espacio que reivindica la importancia de garantizar el derecho a la cultura en el medio rural a través de un proyecto de artes escénicas que cuenta con más butacas que los habitantes que tiene el pueblo.

Según compartió en una entrevista con Efe el dramaturgo y director Jesús Arbués, la filosofía que alumbra a Corral de García es “la creencia de que la periferia también puede tener cultura” y que “es posible que en un pueblo de 90 habitantes haya 96 butacas para disfrutar de las artes escénicas”.

Con esta mirada, Corral de García, que nació en 2019 tras una rehabilitación del espacio y con la compañía Producciones Viridiana al frente, cuenta con varías líneas de trabajo basadas en la creación, la formación y la exhibición, donde se ofrece una programación extensa y variada a los asistentes, además de la posibilidad de alojarse en la residencia artística.

“La iniciativa está muy bien acogida en la zona. Servimos a todos los pueblos, que ven este lugar como un espacio propio. Es gente acostumbrada a no tener de nada, que como mucho cuentan con un bar o una tienda. Por lo que para ellos, cualquier cosa, la valoran muchísimo más que nosotros”, reflexionó.

En este sentido, la compañía pretende que otros artistas acudan a esta localidad para impartir cursos de formación, exponer sus obras, dinamizar el espacio y crear. “De lo pequeño puedes ir a lo grande”, sostuvo.

En concreto, este año, Jesús Arbués ha sido galardonado con el Primer Premio de Teatro Contemporáneo de la Diputación Provincial de Zaragoza por la dirección y adaptación de la novela La lluvia amarilla, de Julio Llamazares.

“Es una obra muy interesante y habla de conceptos universales, de la despoblación, del abandono a los pueblos. Con esta obra hemos hecho más de cien funciones, también en capitales de provincia. Los lugares pequeños podemos ser universales”, indicó.

No obstante, el dramaturgo destacó la importancia de “valorar lo difícil que es llevar a cabo artes escénicas en pequeños pueblos porque estás fuera de todo” y el valor que adquiere “crear sinergias que contribuyan a que el territorio se mueva”.

Por este motivo, desde Corral de García ofrecen un “espacio extraordinariamente versátil, pudiendo instalarse tanto un espacio convencional a la italiana como formas más innovadoras” para empresas, asociaciones culturales y artistas dispuestos a “dar vida cultural a la zona” y a este “marco natural incomparable”.

Hasta el momento, los espectáculos producidos por Corral de García han sido Sin pena y con Gloria, La lluvia amarilla, La casa por el tejado y Mediterránea, que han servido para ampliar y diversificar las propuestas que Viridiana ofrece, aunque también han acogido otras producciones y artistas dispuestos a conservar los valores con los que nació este proyecto.

Continuidad

En cuanto a la vista a futuro, Arbués subrayó que quieren “seguir con la misma línea de trabajo, llevando obras y acogiendo artistas” porque “hay que continuar con la vertebración del territorio y garantizando una cultura universal independientemente del lugar en el que residas”.

La semana pasada, en Corral de García la compañía Atakama puso en escena la producción Segismundo encadenado, con texto de Miguel Ángel Latorre basado en la obra de Calderón de la Barca improvisado por Dani Jaén.