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Estela Rasal: "La provincia de Huesca es un plató ideal para rodar"

Cuenta con una gran trayectoria dentro del sector artístico y en especial en la industria audiovisual, ha sido teatrera y emprendedora en hostelería 

Estela Rasal.
Estela Rasal.
Verónica Lacasa

Aunque nació en Barcelona, con tan sólo dos años se mudó a Grañén. ¿Qué tal se vive en Los Monegros?

—Recuerdo el olor de las uvas en la parra y la tranquilidad de la granja. Era muy pequeña, pero tengo bonitos recuerdos de mi paso por Los Monegros.

No obstante, Huesca ha sido su hogar durante gran parte de su vida. ¿Se considera HTV (Huesca de Toda la Vida)?

—No me identifico, quizás no tengo el mismo sentimiento de arraigo que alguien nacido en Huesca, con sus antepasados de aquí. Los míos están en Murillo de Gállego, Barcelona, Murcia... Yo me veo más con un pie en Huesca, pisando y notando mi tierra, pero con mis manos apuntando hacia otros sitios, descubriendo y expandiendo.

¿Ha pasado sus veranos más felices en Murillo de Gállego?

—Murillo es mi pueblo, donde está nuestra casa familiar. Es el eterno verano, los findes de invierno junto al fuego, los amigos, la familia y el alaniés.

Usted también ha probado suerte en el extranjero, concretamente en París (Francia), donde trabajó para una empresa de Telefónica. ¿Cómo era vivir en la ciudad del amor?

—París es preciosa, en vacaciones. Para trabajar y vivir no es tan romántica, es más bien melancólica con su lluvia perpetua.

Actualmente está centrada, sobre todo, en dirigir el Festival Internacional de Cine de Huesca. ¿Qué tal este primer año al frente del certamen?

—Ha sido un año muy intenso y emocionante. El Festival Internacional de Cine de Huesca es un activo de gran valor para la ciudad, la provincia y para Aragón, siendo uno de los seis que califica para los Oscar, un festival histórico. Para mí es un honor dirigirlo y además con este equipo cada año damos un paso más para verlo crecer, expandirse y llevar el nombre de nuestra tierra por el mundo entero.

Ha explorado el séptimo arte desde varias labores. ¿Con cuál se queda?

—Según la etapa, en momentos me apetecía más interpretar, en otros producir. Ahora mi mente y mi cuerpo me piden escribir y dirigir.

Precisamente ha dirigido y escrito los dos anuncios de No vengas a Huesca, promocionando los paisajes de la provincia. ¿El Alto Aragón es un buen plató de cine?

—Tenemos una verdadera joya, una diversidad de espacios increíble. En tan sólo 100 kilómetros puedes estar en un lugar de naturaleza salvaje, en un espacio histórico o en una zona urbanita. Huesca es ideal para rodar.

Al teatro le ha dado casi tan fuerte como al cine. ¿Qué siente una cuando está encima de un escenario?

—Uff, es un vaciado total, un “reset”. Lo das todo, con todas las consecuencias. Siempre pienso: ¿Porqué estoy aquí otra vez? Y cuando todo acaba, lo vuelvo a entender.

¿La lectura es lo que más le relaja cuando llega a casa?

—Hace años leía siempre por las noches, ahora prefiero un poco de música. La lectura la dejo para los fines de semana, de día, para disfrutarla.

También toca el piano. ¿Cuáles son sus piezas favoritas y qué siente interpretándolas?

—Para mí tocar es dejarme ir, fluir. Recuerdo la emoción que sentí la primera vez, con ocho o nueve años, cuando junté al piano ambas manos para tocar, fue como una epifanía. Me gustan muchos compositores, pero he sido muy fan de Béla Bartók.

La gastronomía tampoco se le resiste, ya que abrió el restaurante Detacón con Azucena Garanto. ¿La hostelería es tan dura como dicen?

—Sí, como muchas otras profesiones, la hostelería no es fácil. Pero si te gusta la gastronomía y te va el riesgo... Lo importante es hacer lo que te apasione, lo que te haga vibrar el cuerpo.

El vino es uno de sus placeres. ¿Tinto, blanco o rosado?

—Tinto forever

DIARIO DEL ALTOARAGÓN ha difundido muchos de sus proyectos. ¿Qué significa este periódico para usted?

—Ha sido y es nuestro periódico de referencia en la provincia. En mi caso me he sentido siempre muy acogida, apoyada y acompañada, un lugar donde hay espacio para todo el mundo.

Aunque después de todo lo analizado resulta difícil pensar que le quedan muchas cosas por hacer, seguro que usted tiene un montón de sueños para el futuro...

—De momento estoy ahora con los sueños del presente (risas), realizando muchos de ellos, adaptando otros y dejando libres algunos a ver cómo se desenvuelven. Estoy cumpliendo el sueño de dedicarme a lo que quiero y de estar rodeada de mucho amor.