Cultura

Música

Domingo de pasión musical

Conciertos de jazz y flamenco, un musical y una actuación inclusiva animaron la capital oscense

El público llenó el Palacio para ver El Fantasma de la Ópera.
El público llenó el Palacio para ver El Fantasma de la Ópera.
Laura Ayerbe

El domingo se vivió en Huesca un auténtico maratón musical, por la mañana, por la tarde y por la noche. La música en Huesca, desde luego, no conoce descanso. Una música, además, para todos los gustos, en definitiva. Gracias desde aquí a Chino Villacampa y a Sandra Nogarol por su inestimable ayuda para poder redactar esta crónica-río.

Jazz en el Casino

La jornada comenzó en el Salón Azul del Casino, donde el ciclo Matinales de Domingo se dedicaba al jazz vocal. Los protagonistas de la velada fueron el joven pianista zaragozano Noel Redolar, de quien ya se ha podido apreciar su maestría en Huesca tanto en recitales de piano como formando parte del grupo de jazz vintage Maddison Pack, y la cantante e investigadora argentina Lucía Domínguez, afincada en la capital oscense desde hace unos meses, que posee un abultado currículo profesional y es dueña de una voz versátil y diáfana, perfecta para desarrollar el recorrido por parte de la historia del jazz que llevaron a cabo ambos intérpretes. Una historia ceñida sobre todo a los estándares del género, como el que abrió el concierto, un agradable arreglo del célebre Bye Bye Blackbird de Ray Henderson.

El Cutu, El Niño de los Fogones y Camacho.
El Cutu, El Niño de los Fogones y Camacho.
L. L.

La velada continuó por el territorio de los clásicos, como Young at heart, ese Fly me to the moon que popularizó Frank Sinatra, el It don’t mean a thing (if it ain’t got that swing) de Duke Ellington, la bossa nova Chega de saudade de Jobim o el clásico entre los clásicos My funny Valentine de Rodgers & Hart.

La actuación fue presentada por Ángel Redolar y contó con la sorpresa de la incorporación de un trío vocal formado por Carlos Calvo, Raúl Betrán y Esteban Camacho en dos temas: el conocido espiritual negro Go down Moses (Let my people go) y You’d be so nice to come home to de Cole Porter. Una agradable velada.

Música inclusiva

El festival Diversario, de creatividad y discapacidad, que el día de antes había ofrecido el maravilloso regalo de la emocionante obra colectiva Normal en el Teatro Olimpia, clausuraba su cuarta edición por la mañana en los Porches de Galicia, a cielo abierto, con una estimulante entente entre el Coro Arcadia de Huesca (bajo la dirección de Laura Lisi y Carlos Purroy) y la ribagorzana La Remós Band, con Pablo Lamora a la batuta.

El Coro Arcadia con La Remós Band.
El Coro Arcadia con La Remós Band.
L. L.

Tanto por separado como juntos al alimón, hicieron feliz al público que se congregó para disfrutar de sus interpretaciones libérrimas de canciones como El mundo está loco, People have the power de Patti Smith o Volando voy de Camarón, uno de los clásicos del Coro Arcadia. Un torrente de alegría en una soleada mañana de domingo otoñal.

Micro abierto al duende

También el flamenco tuvo su protagonismo el domingo, porque era el día en que se clausuraban las jornadas dedicadas a celebrar el Día Mundial del Flamenco (16 de noviembre) en la Casa de Andalucía. El flamenco, que desde 2010 es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, había contado el día de antes con un cuadro flamenco liderado por la bailaora Andrea Blanco La Garlochí. Y el domingo una conversación entre Sandra Nogarol, la cantaora monegrina Elena Millán, Emilio Jiménez (hijo del cantaor Manuel Jiménez “Tejuela”) y Carlos Soriano sirvió para presentar el documental Al compás de tus huellas, dirigido por este último sobre la vida del Tejuela. Y acto seguido, una sesión Open Mic (micro abierto) dedicada al flamenco.

El Cutu, El Niño de los Fogones y Camacho.
El Cutu, El Niño de los Fogones y Camacho.
L. L

Con las sillas dispuestas en círculo para fomentar la conexión entre el público y los artistas y con la base del toque de guitarra de Eduardo Lázaro “El Niño de los Fogones” (a su vez, chef del restaurante La Zambra de la Casa de Andalucía), fueron desfilando cantaores como Camacho -que aportó su sabia veteranía-, El Cutu (pura rasmia y racialidad), Elena Millán (toda una revelación, con su voz clara y diáfana, por tarantos) o Basilio Giménez, que con sus fandangos representó la savia nueva en un panorama, el del flamenco oscense, que no deja de crecer y dar alegrías.

El Fantasma de la Ópera

Ya por la tarde, la acción se trasladaba al Palacio de Congresos, donde la productora madrileña Onbeat presentaba su versión, o más bien tributo, del célebre musical El Fantasma de la Ópera, creado por uno de los compositores líderes en este terreno, Andrew Lloyd Webber. Un musical realizado a partir de la novela homónima de Gaston Leroux, que se estrenó en Londres en 1986 y cuya historia es popularmente conocida: el amor apasionado de un compositor oculto en la Ópera Garnier de París por una de las cantantes del teatro.

Onbeat, que está especializada en tributos a los grandes musicales (Aladdin, El Rey León, Frozen), suele presentar espectáculos muy limitados en cuanto a escenografía y decorados, con elencos reducidos y sin instrumentación musical en directo. Pero habitualmente cuenta con grandes cantantes que contribuyen a crear espectáculos dignos. Su versión de El Fantasma de la Ópera no fue una excepción.

Como siempre, introdujeron humor y “morcillas” en el musical, e incluso incrustaron las arias Una furtiva lacrima (de L’elisir d’amore de Donizetti) y, al final del espectáculo, el célebre Nessun Dorma de Turandot de Puccini, para lucimiento del magnífico tenor que interpretó el papel del Fantasma, quien, junto a la excelente soprano que hizo el papel de Christine, fueron, sin duda, lo más brillante de este musical, que alcanzó su cénit con la interpretación a dúo del famoso tema central de El Fantasma de la Ópera. El público, que llenó el Auditorio, salió plenamente satisfecho.

Una fiesta para Noe

Y el domingo terminaba como había comenzado, con jazz. En esta ocasión con esa residencia mensual que la Huesca Big Band realiza en la Sala Genius. Pero esta vez tenía una emoción especial, ya que se trataba de homenajear a su gran cantante Noe Rodríguez por dos motivos: por su poderosa participación en el concurso televisivo La Voz (aunque se haya quedado a las puertas) y porque planea retirarse durante una temporada para dar a luz con tranquilidad a su primera hija.

Homenaje de la Huesca Big Band a Noe Rodríguez (izquierda)
Homenaje de la Huesca Big Band a Noe Rodríguez (izquierda)
Laura Ayerbe

El repertorio preparado para la ocasión estaba también pensado especialmente para ella. Y así fue como Noe, junto a la Huesca Big Band y ante una sala abarrotada, interpretó con su pasión y su feeling habituales, aparte de composiciones propias de su director Gerardo López (Koronablues y Belén of my life), temas como, entre otros, Love is here to stay de George Gershwin, What is this thing called love de Cole Porter, The way we were de Barbra Streisand (para el filme Tal como éramos) o Against all odds de Phil Collins, que Noe interpreta como nadie.

Al final, ante su próxima maternidad, la HBB le obsequió con una gran fotografía y un ramo de rosas rojas. Una velada realmente emocionante, que tendrá su continuación el 23 de diciembre con un gran concierto de la Huesca Big Band en el Teatro Olimpia.