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Àlex Letosa Porta: “Los jóvenes de entornos rurales respiran más libertad, más calma”

Este padre, psicólogo, docente, investigador y logopeda, vinculado a Sariñena, se define como un apasionado de la psicología o la educación

Àlex Letosa Porta.
Àlex Letosa Porta.
S. E.

Àlex Letosa Porta se define como un apasionado de la psicología, la educación y el emprendimiento. “Durante muchos años he desarrollado mi carrera profesional en educación infantil, primaria y secundaria de manera paralela a mi trabajo como docente e investigador universitario”, comenta. En la actualidad es profesor colaborador de la Universitat Oberta de Catalunya y director del Centro Camina de psicología, logopedia y educación.

En mis conferencias con familias parece que se da más valor y credibilidad a mis palabras cuando comento que soy padre de tres hijos: una hija de 16 años, un hijo de 13 años y otro de 5, por aquello de que no me quedo tan sólo en la teoría”, dice y describe que en el Centro Camina hay servicios de psicología, logopedia, educación, y también una editorial en la que se publica un libro cada año.

También ofrecen conferencias, talleres e incluso una obra de teatro musical de título “Caminar quieto”. “Y con la incorporación de la sección online podemos llegar a cualquier rincón del mundo. Tenemos clientes en Argentina, México, EEUU, Suiza, Alemania, Hong Kong, Qatar,...”, apunta.

Àlex nació en Zaragoza y pasó los primeros años de su vida en la capital monegrina. “Mis padres nacieron en Sariñena y algunos de mis abuelos también, con lo que tengo buenas raíces allí”, narra recordando su infancia y juventud.

Pasaba por lo menos cuatro meses cada año en Sariñena, es por ello que tengo buenísimos recuerdos y muchas amistades, que mantengo en la actualidad, de aquella época, así como mucha familia, tanto por la parte de Letosa como de Porta”, explica.

E identifica a Sariñena como un espacio de libertad, “de crecimiento personal, de cariño y afecto… Cada rincón me despierta un bonito recuerdo, desde aventuras con amigos hasta llegar a sacarme el carnet de conducir”. Además, ha publicado varios libros como ‘Evaluación del trastorno por déficit de atención en niños mediante entornos virtuales’, ‘La emoción en el aprendizaje’ o ‘Caminar Quieto. Decálogo para el éxito educativo’.

Se trata de obras que aportan mucho a la educación de los jóvenes. “Todos los años que llevo trabajando como investigador y docente universitario, como profesional en educación infantil, primaria y secundaria y mi experiencia como padre, intento plasmarlo en mis libros con ideas claras, recursos directos para poder aplicar en el día a día que puedan ser útiles para cualquier persona que quiera educar”, expone.

Para Àlex existe diferencia entre los problemas, emociones o sensaciones de los más jóvenes en el medio rural que en el urbano. “Por mi trabajo en consulta cada día observo adolescentes y jóvenes que vienen de un entorno más rural y otros que vienen de un entorno más urbano. Los jóvenes de entornos rurales respiran más libertad, más calma, una observación de la vida más enraizada. También es verdad que la irrupción de las nuevas tecnologías está igualando esa brecha entre el mundo rural y el urbano a nivel de crecimiento adolescente”, dice.

Pero añade que la forma de educar no conlleva mucha diferencia. “Sí que es cierto que, en el mundo urbano, los progenitores pasan menos tiempo con sus hijos e hijas, un aspecto clave en la educación. Si no pasamos tiempo con nuestros hijos... ¿quién los está educando? Hay muchos estudios que nos dicen que debemos pasar un mínimo de dos horas diarias con los hijos para poder educar adecuadamente. Esto se da más en el mundo rural que en el urbano”, valora.

En cambio, por parte de los educadores no encuentra grandes diferencias. “Supongo que es posible a que buena parte de docentes no tienen tanta estabilidad y sufren bastante movilidad laboral. El estilo educativo de docentes suele ser el conocido como ‘con autoridad’, en el que ofrecen control y normas (límites) pero también en apoyo y libertad que necesitan para desarrollarse. En cambio, en progenitores, últimamente observo más un estilo autoritario (más centrado en el control y normas) o indulgente (muy centrado en el apoyo y libertad y menos en los límites). Creo que el personal docente está realizando una labor excelente si miramos los recursos con los que cuentan”, afirma.

Cuando le preguntamos por qué deja su trabajo como director de instituto para dedicarse a la psicología y logopedia, contesta: “Como director de instituto podía observar las carencias del sistema. La falta de recursos, los problemas socioculturales y económicos, etc. así como las trabas burocráticas que impiden llevar una labor más humana. El liderazgo pedagógico es muy difícil con la estructura actual. Es una sensación de apagar fuegos dejando brasas. Aun así, disfruté mucho y aprendí muchísimo de esa etapa de mi vida y me ayudó a tener más formación y experiencia en función directiva, fundamental en el actual proyecto en el que me encuentro”.

Temas de tanta actualidad como el uso de los móviles en los niños y adolescentes, la emoción en el aprendizaje o los beneficios que aporta la realidad virtual en el ámbito de la psicología y la logopedia, le apasionan.

“La emoción es imprescindible para aprender. De hecho, la neurociencia ya ha demostrado que un cerebro emocionado aprende o bloquea su aprendizaje dependiendo de la emoción que se despierta en la amigdalitis. Con mis pacientes trabajamos las emociones para su gestión adecuada, diferenciando entre reaccionar y responder”. También ha explorado profundamente la realidad virtual en psicología, campo que investigó en la Universidad de Barcelona.

En breve tendremos más noticias sobre las investigaciones de Àlex Letosa Porta, el psicólogo que nunca olvida sus raíces y vivencias en Sariñena.