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Yeray Ruiz: “El flow se cultiva y se trabaja, porque sin esfuerzo no sirve el talento”

El rapero oscense repasa su trayectoria en esta entrevista del ECOS

Yeray Ruiz.
Yeray Ruiz.
Laura Ayerbe

Nacido en Huesca en 1992, Yeray Ruiz se ha convertido en la figura más reconocible del rap oscense. Además de ser músico, el graduado en Pedagogía por la Universidad de Salamanca trabaja en Ymca tutelando un piso para menores en situación de vulnerabilidad. Y desde este curso es el responsable del Área de Sonido del Art-Lab, donde comparte sus conocimientos y su amor por la música con el alumnado.

Como buen rapero, tu flow es increíble. ¿Cómo se cultiva el talento?

—El flow se cultiva y se trabaja. Sin esfuerzo no sirve el talento. Esto creo que se aprende con los años, como también aprendes que la facilidad que tienes para unas cosas te hace ver las carencias que tienes para otras.

¿Quiénes fueron tus referentes en Huesca?

—SCR, Fusión de Nobles, V Sector, Ritmo Sánchez, Crisbuenacrema, Pumu Beats, Soundzu, Symon... Ellos son lo que aspiro a ser algún día. Ojalá me acerque. Me dirán “exagerado” por el grupo, lo veo venir. Culpa suya por ser tan buenos y hacer las cosas tan bien durante tanto tiempo.

¿Cómo es la escena oscense actual?

—Muy potente y muy ambiciosa. Creo que se viene una gran época de gente que apuesta por su talento sin importar las barreras que se pongan delante.

Últimamente has organizado varios conciertos en el Warhol para dar oportunidades a artistas urbanos. ¿El compañerismo es importante en una ciudad tan pequeña?

—O somos capaces de unir fuerzas o nos ahogaremos en nuestras propias lágrimas. Huesca es una paradoja, porque aquí puede parecer cómodo moverte, pero la realidad es que es muy difícil salir fuera de estas calles, algo vital para expandirte. Pero viene gente ambiciosa y confío en que romperán esa dinámica.

¿Cuál es el emoticono que define tu personalidad?

—El mapache y la carita con gafas de sol (risas).

Genio y figura. ¿Te identificas?

—Yo soy Squanchbeat (risas). Además, no sé nada… yo sólo sé que amo la música.

¿Qué queda de aquel Yeray que estudiaba en el Ramón y Cajal?

—Queda mucho y con la edad que tengo ahora no sé si es bueno o malo, sinceramente. Como diría Falsalarma soy: “Un pequeño gran niño raro”.

Te formaste en Integración Social y Pedagogía, tanto en Gijón como en Salamanca. ¿Qué fue lo mejor de estos años?

—Que cada día sentía que me conocía más a mí mismo y que tenía muy claro qué camino quería andar. Eso sólo pudo ser gracias a rodearme de gente que lo dieron todo por mí sin pedir nada a cambio.

Según me han dicho, lo moviste bastante en estas ciudades…

—Bueno, ahí están Smokin’Blues y Smokin’Rap, mis dos trabajos con Laabuelaprod. No soy mucho de decir si la moví o no, así que dejo los nombres de los trabajos por si alguien quiere comprobarlo.

¿A quién le harías sin dudarlo la reverencia?

—Al Feliciano. Es más, te diría que soy capaz de buscar la pelota que yo le he tirado para que la encuentre y que lleva como media hora perdida.

¿Digital o analógico?

—Las dos, pero cuando se precisan. Herramientas, al fin y al cabo.

En su momento fuiste alumno del Art-Lab. ¿Cuánto aprendiste en este gran espacio?

—No recuerdo la canción que grabé, pero sí perfectamente la sensación que tuve. 15 años después sigo escribiendo temas y adentrándome en más campos relacionados con la música. RaccoonRecords, mi ‘home studio’, no existiría sin esa experiencia vital.

Ahora te has convertido en profesor de este centro. ¿Cambia el cuento?

—Sí y mucho, ahora se está convirtiendo en una novela. Sólo puedo agradecer a todos mis compañeros de La Colmena Creativa la confianza que depositan en mí y espero estar a la altura de los retos que nos vamos a marcar para el año que viene. Sin esfuerzo no sirve. Vamos, que se se vienen cositas.

¿Cuáles son tus criterios a la hora de seleccionar a las personas?

—¿En qué puedo ayudarte? Pásate por aquí, cuéntame en qué andas metido, organicemos las ideas y vamos al lío.

¿Qué es lo que te gusta exprimir hasta la saciedad?

—Las personas y las naranjas. Para mí es lo mismo, porque ya que me pongo, me concentro en hacerlo bien y le saco todo el jugo posible. Luego entran variables como con cuánta fuerza aprietas la naranja, en qué posición colocas la mano, qué exprimidor es el que más se adapta a cada uno… pero esos son otros capítulos de otros muchos libros.

Como sueles hacer en el escenario o cuando sales de fiesta, improvísate unas rimas para nuestros lectores, anda…

—Con mucha vergüenza, pero ya que me lo pides tú, te dejo lo que encontré un domingo en el móvil después de una noche de esas que bien sabes: Y aunque mis ojos (tan bonitos) han desechado ver de cerca, porque saben cómo suenan los truenos de lejos. Piensan en ti cada vez que se cierran, mueren contigo si despiertan del sueño