Cultura

LA ENTREVISTA

Juan Galve Gilabert: “La poesía es un revulsivo para expresar todo lo que llevo dentro”

El escritor turolense ha presentado en la librería Santos Ochoa de la capital altoaragonesa su poemario ‘Mis cuatro estaciones’

Juan Galve Gilabert.
Juan Galve Gilabert.
S. E.

El turolense Juan Galve Gilabert (Andorra, 1958) ya creaba de joven “pequeñas historias de suspense y aventuras y poesías románticas”, pero no fue hasta 2015 cuando, “por una circunstancia muy concreta”, inició su carrera literaria con un primer relato corto verídico. Después siguieron seis poemarios y dos novelas.

Este técnico gestor de Operación Grupos en la central térmica de Andorra disfruta de su jubilación en familia y escribiendo. Hace unos días presentó en la librería Santos Ochoa de Huesca su poemario Mis cuatro estaciones, “poesía atemporal, salvo alguna excepción, y escrita en verso libre” con la que trata “de transmitir la belleza y fuerza de cada palabra, la armonía y caricias de cada verso. Pretendo que quien la lea o escuche se transporte al interior de cada poema”.

El título de este poemario “viene dado porque cuatro han sido las estaciones que me han ocupado hasta su culminación”. Además, hay un poema, Cuatro estaciones, “en el que se describen las etapas de amor y desamor, desde que se inician las primeras pasiones (primavera), pasando por un estado dulce (verano), previo al deterioro paulatino (otoño), acabando en un punto en el que, aparentemente, ya no queda nada (invierno)”.

Para Juan Galve la poesía “es un revulsivo para expresar en ella todo” lo que lleva dentro. Y en cada poema "descubro algo de mí”. De hecho, Mis cuatro estaciones es “un reflejo fiel” de sus sentimientos, emociones, sueños....

En sus primeros manuscritos, los poemas le “surgían solos, casi sin pretenderlo”. A partir de este, el cuarto que escribió, “la elaboración requiere más pausa, recursos distintos que fuerzan a buscarlos para evitar crear poemas semejantes”. Eso, a su juicio, “favorece la creatividad y el resultado son poesías en las que, cada vez que las lees, encuentras sensaciones nuevas. Hay metáforas preciosas, dobles metáforas con las que pretendo que, sin darse cuenta, atrapen al lector”.

Mis cuatro estaciones, está dividido en otras tantas partes bien diferenciadas. En la primera, describe los parajes donde nació, “envueltos en su propia magia”, evoca “los sonidos más hermosos que contiene el silencio” o la expresión “emocional” hacia sus seres cercanos. En la segunda, “la crítica por la frustración ante los acontecimientos políticos de los últimos años”. La tercera, “mi constante tortura por el dolor y esas heridas mal curadas, que he acumulado por experiencias amargas y dramáticas”, y la cuarta se centra en “diversas maneras de expresar el amor, el romanticismo, el aguijón del desamor y, por fin, el erotismo”.

Aunque está a punto de enviar a una editorial “una novela para ser publicada”, y que podría ver la luz a finales de invierno o principios de primavera, Juan Galve, continúa escribiendo poesía: “Para mí es una adicción”. Y cuando la inspiración le abandona, se sigue sentando a la mesa con papel y lápiz. “Miro a través de la ventana, con la vista perdida en el horizonte, y me siento abatido, decaído..., pienso que ya se acabó, pero hay un momento que escucho una palabra, se cruza una imagen o simplemente se me ocurre una idea, una frase, y a partir de aquí, la emoción vuelve a surgir”.