Alfredo Saldaña: “Entiendo la poesía como un lugar de conflicto y encuentro con el otro”

En los últimos ocho años, Alfredo Saldaña Sagredo (Toledo, 1962) ha cocinado sus poemas a fuego lento, y, hasta que no lo ha sentido, no ha dado el paso de publicarlos. Por fin, el momento ha llegado con la edición de La acción es el frío (Olifante, 2023), que se ha presentado este jueves en la Biblioteca Municipal Antonio Durán Gudiol de Huesca.

“El hilo conductor de este libro es la preocupación por colocar el punto de atención en la propia palabra”, afirma el autor, residente en Zaragoza desde los nueve años, que no crea piezas “de estilo realista”, sino que entiende la poesía “como un lugar de conflicto y de encuentro con el otro”.

Además de su obsesión por los límites y las posibilidades del lenguaje, que es “el que nos pone en contacto con la realidad”, en la obra muestra su interés por “algunos motivos sociales y políticos”, dice.

Aunque no publicaba un poemario desde Malpaís (2015), eso no significa que Saldaña no haya trabajado en su obra en todo ese tiempo, aunque reconoce que es difícil compaginar esta faceta con la de docente en la Universidad de Zaragoza y con otros proyectos que tiene en marcha.

“Me lo tomo muy en serio, pero sigo mi ritmo de escritura. Para mí la poesía es algo vital, esencial, pero no me entretiene todos los días. A veces, incluso me puede costar seis meses acabar un poema si le doy muchas vueltas”, confiesa el creador.

En esta línea, Saldaña afirma que “no sabría escribir novelas”, porque lo suyo es “la poesía y el ensayo”, también como lector. “Ese es mi mundo, en el que encuentro mi espacio natural”, comenta.

El prólogo de La acción es el frío ha sido realizado por la joven Celia Carrasco, a la que admira. “Es una poeta como la copa de un pino, que tiene una medida y un sentido del valor de la palabra muy intenso”, resalta.

También reconoce el talento de Angélica Morales, encargada de presentar este jueves el acto que le ha llevado de nuevo a Huesca.

“En los 90, cuando todavía no había facultades ni se impartían grados, trabajé unos años en el Colegio Universitario. Guardo muchísimo cariño a la ciudad”, concluye Saldaña, “feliz” por volver a la capital oscense.