Cultura

LA ENTREVISTA

José Martín-Retortillo: “Son poesías muy mareadas, muy vividas, con dudas eternas”

El poeta oscense acaba de publicar los poemarios Llueve Luz y El calor del alba en un volumen que presentará en enero

Jose Martin-Retortillo muestra su nuevo poemario.
Jose Martin-Retortillo muestra su nuevo poemario.
Laura Ayerbe

Llueve luz y El calor del alba son los dos poemarios que integran el nuevo libro del oscense José Martín-Retortillo, que ha visto la luz recientemente de la mano de Scribo Editorial y se presentará en la capital altoaragonesa a comienzos de enero de 2024.

Es el séptimo libro de poesía en la carrera del autor, que cuenta con una amplia trayectoria como abogado y periodista, con más de 250 artículos de opinión publicados en diferentes medios. Es miembro además de la Asociación literaria Aveletra de Huesca.

“Había que quitar toda la poesía acumulada –afirma con el nuevo volumen entre sus manos- esto tiene cuatro o cinco años y son poesías muy mareadas, muy vividas y siempre con dudas eternas de su sentido, de su valor y de su por qué”.

Como explica, Llueve luz, “tiene tres partes, una primera más seria; una segunda con un cierto humor y una cierta retranca y unos ciertos juegos de palabras; y una tercera más sentimental”.

Esta última incluye así, continúa el autor, “un soneto partido en dos, un Epitafio para vivos y un poema que escribí cuando nació el nieto”.

Por otra parte, el segundo poemario, El calor del alba, “es casi poesía automática, un poema muy largo que se puede leer a trozos”. Se trata, de esta forma, de casi 200 versos seguidos, sin puntuación y siempre con “la dispersión y de la esperanza” como leitmotiv.

Recoge, afirma, “lo obsesivo” que hay en él, y supone, “frente al desastre de mundo que hay, una búsqueda de la alegría, de la esperanza y de la razón de vivir de este misterio que es la vida”.

Al igual que en sus obras anteriores, la naturaleza sigue muy presente en esta última, en “las montañas, las piedras, los árboles, el mar, los ríos...”.

Cree también “que hay motivos para estar preocupado, de tanta incertidumbre y de tanto estropicio como hay”. Trata por ello “de hablar de esperanza en un mundo trágico, doloroso, con cantidad de sufrimiento, con engaños, con corrupciones” y de buscar “un poco de consuelo en las palabras”. Intenta, de este modo, como autor, “que las palabras, que los versos, no sean muy predecibles unos de otros”, aunque, afirma, “siempre sale lo mismo”.

Se remite entonces a los versos de El calor del alba: “Todo es nada, dijo Pepe el poeta/se equivocaba, como yo/todo es todo y nada es/lo que no existe,/ y si no existe/ en un trago amargo”.

Martín-Retortillo insiste así en sus versos “en la búsqueda, de la alegría y de la luz, de la claridad. Un poco, de la verdad. Todo lo que no existe y todo lo que está tapado, escondido o maltratado”. “Pero bueno”, señala también el autor altoaragonés, “confieso que me lo paso bien, que a veces sufres mucho escribiendo, que no te gusta lo que escribes, pero te dejas el corazón y el alma en lo que escribes, que le das mil vueltas y que quedan las piedras y los árboles, el mar y los ríos y poco más”.