Cultura

MÚSICA

Un Pequepop a ritmo jamaicano

The Magnetophones animaron la nueva edición del festival infantil en Huesca

The Magnetophones, en plena actuación.
The Magnetophones, en plena actuación.
Laura Ayerbe

El festival Pequepop es siempre una gran fiesta en la que los mayores disfrutan tanto como los peques. O más. Si bien al principio el título del festival se ajustaba bastante bien a su contenido –al pop, por tanto-, en los últimos tiempos el Pequepop se ha ido abriendo a otros géneros musicales y en esta decimotercera edición se ha rendido al irresistible embrujo de los ritmos jamaicanos y de la música negra. Que, por otro lado, no tienen rival a la hora de poner a la gente a bailar, que, en definitiva, es de lo que se trata: bailar, saltar, brincar y disfrutar. Y, de paso, mostrar solidaridad con los más desfavorecidos, porque los peques entran al festival entregando un juguete que luego se reparten a través de Cruz Blanca.

Este domingo, el Centro Cultural Manuel Benito Moliner de la capital oscense ha acogido esta nueva edición del festival, que se repetirá el día 22 en el Centro Las Armas de Zaragoza.

Como ya es habitual cada año, la “rusa” Ferropotrina se encargó de animar a la chavalada, comenzando por saludar personalmente a todos y cada uno de los espectadores que se encontraban en la sala. Se trata, en definitiva, de conseguir un ambiente amigable, alegre y familiar. Lo que se consigue plenamente.

Una vez más, el Pequepop estuvo presentado por Ferropotrina.
Una vez más, el Pequepop estuvo presentado por Ferropotrina.
Laura Ayerbe

Esta vez los invitados a esta celebración, que persigue también involucrar a los peques en la cultura musical, fueron los zaragozanos The Magnetophones, grupo que tiene sus raíces en la anterior Skabeche Riber Band, dedicada a mayor gloria del ska, ese ritmo jamaicano que hace que saltes como un resorte y te pongas a bailar nada más que comienza a sonar.

Con The Magnetophones han ampliado el radar de los estilos jamaicanos y se han abierto también al soul, el funk, el boogaloo, el rhythm & blues y demás sonidos negros, siempre con su punto de mira puesto en el baile.

La formación está compuesta por siete músicos (bajo, guitarra, teclado, batería, saxo y trombón de varas), con Paco como frontman, cantante y percusionista. 

En su actuación en el Pequepop interpretaron muchos temas de su álbum Reggaeloo (supuestamente, una contracción entre reggae y boogaloo, el soul latino), así como otras canciones que han ido sacando en formato single y alguna que otra versión.

La velada ha comenzado, precisamente, con una versión del entrañable instrumental Latin goes ska de los Skatalites. Con el público menudo todavía en su primera fase tímida, han seguido con el rocksteady Chess Club. Pero ya a la tercera canción –más rocksteady, con Keep playing-, han salido a escena los globos, los primeros niños y niñas se han animado a subir al escenario, y el jolgorio ya no ha cesado en toda la actuación.

Globo va, baile viene, ha entrado en escena el irresistible ska con el tema Be my guest, tras lo cual ha llegado la habitual presentación de los instrumentos que tocan los músicos del grupo, donde la chavalería muestra sus conocimientos musicales.

Padres, madres, hijos e hijas disfrutaron del evento.
Padres, madres, hijos e hijas disfrutaron del evento.
Laura Ayerbe

The Magnetophones han continuado desarrollando el amplio abanico de estilos jamaicanos y siguieron con Dragonflies, un curioso ejercicio de fusión entre el bluebeat (otro ritmo procedente de la isla) y el calypso antillano.

Y mientras niños y niñas seguían animándose a bailar, a saltar, a jugar con los globos o a correr por los pasillos, se sucedían el ska-soul de Big Mamma, el reggae-soul de Paradise of love o el primer tema en español, Amantes, a ritmo de ska.

Ha llegado después una de las sorpresas de la velada, la interpretación de Me truqués a la puerta, un tema en aragonés a ritmo de cálido soul que el grupo ha incluido en el sexto volumen de las recopilaciones O zaguer chilo, que dan a conocer la música que se hace en aragonés en nuestra tierra.

El hammond funk combinado con reggae de We’re antirracists, el ska de Blessed are you o el boogaloo de Chicken bag han precedido a la gran fiesta final con el tema Ardes, que han enlazado con una versión de Boogie in my bones del genial pionero Laurel Aitken, con sus aires de shuffle de Nueva Orleans.

Pero el auditorio estaba encendido (on fire!), y por supuesto ha habido un bis en el que han apostado por el soul latino de Riber Band (un recuerdo a su antigua banda) y el poderoso soul-rock de Otter waist, que, con su fuerza volcánica, ha acabado por dejar a todo el mundo, peques y mayores, plenamente satisfecho. Este año la Huesca menuda se ha ido de excursión musical a Kingston