Cultura

MÚSICA

La magia de la música cinematográfica

La Orquesta de las Esquinas presenta en el Teatro Olimpia de Huesca su espectáculo ‘Locos por Disney 2’

Pablo Lagartos interpretando al policía Bruno en el concierto de la Orquesta de las Esquinas.
Pablo Lagartos interpretando al policía Bruno en el concierto de la Orquesta de las Esquinas.
L. LL

En horario matinal, perfectamente apto para público familiar, y tras el éxito cosechado por la primera parte, llegaba este viernes al Teatro Olimpia de la capital oscense el musical Locos por Disney 2, una feliz propuesta de la Orquesta de las Esquinas, muy adecuada para estas fechas en las que la chavalería está deseosa de que ocurran cosas divertidas. Ya se sabe que aunque en los últimos tiempos (y más desde la absorción de Pixar) las cosas han cambiado mucho en lo que se refiere a los mensajes que transmiten las películas de Disney, la ideología inherente a las mismas ha sido a menudo criticada desde distintas instancias. Pero muchas de sus escenas e imágenes son realmente icónicas, y la música de sus bandas sonoras contiene una magia que se ha grabado a fuego en la memoria de varias generaciones de espectadores. Y es precisamente esa música la base del espectáculo que se pudo ver ayer en el Olimpia y que cuenta con la dirección artística de Joaquín Murillo (presente en la sala) y la dirección musical de la maño-ucraniana Teresa Polyvka, que ejerció también como eficaz teclista.

La Orquesta de las Esquinas, de formación cambiante, está compuesta por diez jóvenes y excelentes músicos que tocan saxo, clarinete, trombón, trompeta, flauta, violonchelo, contrabajo, violín, teclado y batería. Cuerdas, vientos y sección rítmica al servicio de la música que renombrados compositores han confeccionado a mayor gloria de la poderosa iconografía de Disney. Junto a estos músicos, el espectáculo cuenta con un elemento cómico y disruptivo, el policía Bruno, al que se encarga de dar vida el actor Pablo Lagartos, conocido por sus papeles en Oregón TV.

Con sus extravagantes y coloridos trajes, que conectan muy bien con el público infantil, los músicos comenzaron de forma épica con el tema principal de Piratas del Caribe, de Hans Zimmer. Enseguida entró en acción el policía Bruno, que durante todo el espectáculo estuvo intentando parar la función, alegando que no estaba prevista para el día 30 sino para el 31 y que, por tanto, todo el mundo debía abandonar el teatro, ante los gritos en contra de toda la chavalada. Pronto cambió su actitud cuando se transformó en el conejo de Alicia en el país de las maravillas, cuya música, hipnótica y obsesiva, constituyó uno de los mejores momentos de la velada.

Llegó después la parte “africana” del espectáculo, con la interpretación del vitalista Hakuna Matata (de El rey León) y del vibrante swing de Quiero ser como tú (de El libro de la selva), que transportó a los espectadores a las calles de Nueva Orleans. Más tarde, Locos por Disney 2 discurriría entre el delicado y ensoñador vals de Up, la música celta de Volaré (de la película Brave) o la azucarada melodía de Qué hay más allá del filme Vaiana, mientras el policía Bruno continuaba en su vano intento de paralizar la función. Llegó entonces el momento “hispano” con la interpretación del tema No se habla de Bruno de la película Encanto (con su ritmo latino y rap incluido) y los temas Recuérdame y La Bikina, del maravilloso filme Coco, para los cuales los músicos (y el policía Bruno, ya ganado para la causa) se encasquetaron sus sombreros mexicanos.

Para terminar, Bruno solicitó a la Orquesta una petición especial, que dedicó a los cuerpos y fuerzas de seguridad de la Galaxia. Y como no podía ser de otra forma, los músicos abordaron entonces una suite con algunos de los temas más célebres de Star Wars, del gran maestro John Williams, donde exhibieron todo su gran potencial y mostraron el gran empaste entre las distintas secciones de la Orquesta, cuyo único punto débil son quizá las voces. Pero ya se sabe, ellos son músicos y no cantantes y, en todo caso, se les agradece el esfuerzo. Con el público totalmente entregado a la magia de la música de Disney, hubo no uno sino dos bises: Príncipe Alí de la película Aladdin y, de nuevo, Quiero ser como tú de El libro de la selva, para el que incluso se les unió en los coros el policía Bruno. Una despedida con muy buen rollo de fin de año.