CINE
'La sociedad de la nieve', la película más cara del cine español, se decora desde Loporzano
Las empresas oscenses Tecmolde y Shu Digital han creado varias escenografías para la superproducción de J.A. Bayona, que arrasa en Netflix
Desde Loporzano se ha creado parte de la escenografía de La sociedad de la nieve, que con 60 millones de euros de presupuesto se ha convertido en la película más cara de la historia del cine español, y que, tras su breve paso por las salas, está arrasando en la plataforma Netflix, donde se ha colocado en el número 1 de lo más visto a nivel global desde su estreno el pasado 4 de enero.
Las empresas oscenses Tecmolde y Shu Digital han sido las encargadas de decorar la nueva superproducción de J.A. Bayona, que narra de forma angustiosa e impactante la conocida historia real de supervivencia que se produjo tras el accidente de un avión uruguayo en los Andes en 1972.
Se trata de la cuarta película del catalán que tiene sello altoaragonés, tras El orfanato (2007), Lo imposible (2012) y Un monstruo viene a verme (2016).
“Es uno de los directores españoles y de Hollywood que más apuesta por los efectos, tanto digitales, como especiales. El despliegue que hace es increíble y lleva unos desarrollos brutales, porque invierte muchísimo dinero en esta cuestión”, destaca la CEO de Shu Digital y técnica de fotogrametría Irene Luzán.
Prueba de la importancia que le otorga el realizador a este departamento es que “todas las películas anteriores en las que hemos colaborado con él han ganado el Goya a los Mejores efectos especiales”, valora.
Lo mismo podría ocurrir con La sociedad de la nieve, que cuenta con trece nominaciones a los galardones más importantes del cine español y que ha sido preseleccionada en cuatro categorías para competir en los Oscar: Mejor película internacional - representando a España-, Mejor maquillaje y peluquería, Mejor banda sonora y, cómo no, Mejores efectos especiales.
El proceso creativo
Mucho antes de que el rodaje de la película arrancara en Sierra Nevada (Granada) y Latinoamérica, los trabajadores de Tecmolde y Shu Digital recibieron el ilusionante encargo por parte del equipo de producción, que les explicó la historia de La sociedad de la nieve (2008), libro de Pablo Vierci en el que está basada la cinta que cuenta con testimonios reales de la tragedia.
En noviembre de 2021, un equipo oscense de 10 personas recreó la cabina de pilotaje y el recubrimiento del fuselaje del avión, así como un túnel de nieve de salida del aeroplano, varias rocas y unas rampas de nieve.
Irene Luzán describe el proceso de trabajo: “Primero se digitaliza el objeto que queremos fabricar. En este caso, lo hicimos desde cero a partir de las referencias del avión original, porque hay varias fotografías reales del accidente. Modelar en 3-D es como esculpir, pero de manera digital, en una tabla gráfica”, señala.
Después, el equipo envió los archivos a los responsables de producción y dirección de arte de la película, que dieron el visto bueno para que empezaran a materializarlo.
“Fabricamos en Tecmolde todo lo que necesitaban con las máquinas de control numérico o robots mecanizados. La escenografía se creó con poliéster”, descubre.
A diferencia de su trabajo en Lo imposible, en cuyo rodaje su equipo estuvo presente durante meses, en esta ocasión no fue necesario que acudieran a la grabación de la película.
Sus decorados aparecen en escenas tan impresionantes como la del alud que sorprende a los protagonistas, que se cobijan en un túnel generado desde Loporzano.
“También hicimos rocas bastantes grandes o alguna rampa, pero salen siempre cubiertas de nieve”, añade.
Un balance satisfactorio
Como cientos de miles de espectadores en todo el mundo, la familia Luzán ha disfrutado del visionado de La sociedad de la nieve durante las pasadas navidades.
“Me ha gustado muchísimo, creo que está muy bien hecha”, valora la CEO de Shu Digital y técnica de fotogrametría.
“Los efectos son brutales al ojo del público y la escenografía transmite mucho. La fotografía da mucha sensación de agobio, de claustrofobia,... Incluso lo pasas mal y casi sientes hasta frío. Te dan ganas de taparte con la manta”, dice entre risas la oscense.
Al margen de la excelsa parte técnica del largometraje, Luzán también se detiene en su “increíble reparto”.
“Como no aparece ningún actor de Hollywood y los que salen no son muy conocidos aquí, le da un toque de realidad tremendo. Empatizas muchísimo con todos los personajes”, afirma la oscense, que espera seguir trabajando con J.A. Bayona en el futuro.
