Cultura

ARTE

Fernando Alvira: “Goya fue un genio que no se puede comparar con nadie”

El pintor presenta en Guadalajara su muestra Desastres, que después viajará a Logroño

Fernando Alvira, junto a su cuadro Las camas de la muerte.
Fernando Alvira, junto a su cuadro Las camas de la muerte.
S. E.

Fernando Alvira Banzo (Huesca, 1947), uno de los pintores más prolíficos de la capital oscense, define a Francisco de Goya como “uno de los genios universales de la pintura”, que por su forma de trabajar “no se puede comparar con nadie”.

Él ha influido en mucha gente, pero a él no se le puede clasificar. Y además, tenemos la suerte de que era aragonés y de que vivió durante sus 30 primeros años en Zaragoza, por lo que tenemos que estar francamente contentos, porque, como dicen los modernos, es uno de los que están en el top 10”, asegura.

El genio de Fuendetodos es la fuente de inspiración de su última exposición, Desastres, que, tras pasar por el Palacio de Montemuzo de la capital aragonesa en diciembre de 2022, se ha inaugurado este martes en el Centro Ibercaja Guadalajara, donde podrá visitarse hasta el próximo 9 de febrero.

Aunque la muestra es el fruto de “los últimos ocho años de trabajo” que el pintor ha realizado tras jubilarse como profesor de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de la Universidad de Zaragoza, hay que viajar al principio de su trayectoria para encontrar su origen.

Y es que la primera semilla la puso en la década de los 70, cuando estudiaba en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Jorge de Barcelona. En ese momento, el profesor Rafael Santos Torroella encargó a los alumnos que hicieran un trabajo sobre un pintor.

“A mí me dio por hacerlo sobre Goya, me esforcé y le gustó muchísimo”, recuerda el oscense, que decidió centrar su estudio en el momento en el que el aragonés más universal “dejó la pintura bonita para realizar las pinturas negras”.

“Para mí, ese momento de Goya era como una encrucijada, porque él pensó que tenía que hacer otras cosas hablando más de la realidad y no sólo de lo que pasaba en la parte de arriba”, explica.

El trabajo continuó terminada la carrera en 1973 hasta que Alvira se trasladó definitivamente a Huesca en 1976, cuando le ofrecieron la dirección de la Galería S’Art.

Todo lo que había traído se quedó en unas carpetas que fueron dando tumbos de estudio en estudio, hasta que me jubilé y volví a abrirlas”, confiesa.

En estos ocho años de trabajo, Alvira se centró definitivamente en la serie de grabados Los desastres de la guerra, planteándose asuntos propios de la pintura, como por ejemplo “cómo modificar esos puntos de vista, formatos y procedimientos de Goya”, especifica.

“Él hizo grabados y yo dibujos a carbón, a pluma o acuarelas, y luego óleos”, dando de sí alguna pieza incluso de gran tamaño.

“Cuando presenté estas obras hubo gente que me preguntó si me encontraba mal -prosigue entre risas-, porque es muy diferente y oscuro a lo que suelo hacer”.

Como para el resto de pintores, para Alvira es “una meta inalcanzable” igualar a Goya, pero proyectos como este suponen “un motivo para seguir intentando aprender y dibujar todos los días”, reconoce con humildad.

Después de su estancia en Guadalajara, Desastres se instalará del 21 de febrero al 15 de marzo en la Sala de Exposiciones Ibercaja La Rioja de Logroño.

De momento, este sería el final del recorrido de la muestra, aunque, como reconoce Fernando Alvira, le encantaría que se pudiera ver también en Huesca en el futuro. “Ojalá sea así”, sentencia.