Cultura

LA ENTREVISTA

Blas Garreta: “Las esculturas son de un árbol caído, para que siempre quede en la memoria”

El autor transforma un chopo derribado por una tormenta en Monzón en obras de arte

Blas Garreta.
Blas Garreta.
José María Altemir

Blas Garreta (Monzón, 1969) expone en su ciudad Chigan dormiu (Gigante dormido), una colección de esculturas en aluminio y bronce policromado con las que reflexiona sobre el equilibrio, la eternidad y el renacer.

El origen de esta muestra, que se puede visitar en el hall de la Casa de la Cultura de Monzón hasta el próximo 22 de febrero, se remonta a 2019, cuando una fuerte tormenta derrumbó un chopo de ribera de gran porte que había en una de las zonas por las que el autor suele pasear.

“El árbol cayó a un campo y tuvieron que trocearlo para poder manejarlo, se llevaron el ramaje pero el tronco se quedó extendido al lado del camino”, explica Garreta, quien encontró en las consecuencias del fenómeno meteorológico la inspiración para una nueva obra.

“Pensé que los trozos del árbol caído acabarían por desaparecer y era tan bonito que quise hacer unas esculturas para que siempre quede en la memoria”, señala.

Cinco años le ha llevado el trabajo que hoy exhibe en Monzón. Son una docena de piezas transformadas a metal, que van acompañadas de unos textos en aragonés y castellano. “Preparé los moldes y las fundí en aluminio y en bronce, y luego les he dado un acabado policromado”, detalla. “Algunas representan el renacer del árbol, otras el equilibrio de ese trozo de metal que nunca desaparecerá. En definitiva -apunta-, es un juego sobre la eternidad, el equilibrio y el renacer”.

Además de esta colección de esculturas, la exposición incluye otra obra realizada a partir de los desechos de Llamarada de Vida, la escultura que talló el artista binefarense Mario Molíns en un platanero centenario en la plaza del Conservatorio de Monzón en homenaje a las víctimas de la Covid-19. “He cogido algunos desechos de esa obra y he hecho otra escultura que renace con esos trozos de madera”, explica.

El autor, que se considera un “escultor aficionado”, prepara otra exposición para el 1 de febrero. Será una revisión de la colección inspirada en el libro Bestiario ilustrado de Aragón, de Chema Lera, de la que ya exhibió obras el año pasado y que en esta ocasión amplía con nuevas piezas. Se podrá ver en Espacio Cambiar Monzón y llevará por título Bestiario en el número 27.