Cultura

ENTREVISTA

Ignacio Lasierra: "Lo filosófico y lo cotidiano están más cerca de lo que pensamos"

El literano, profesor del grado de Comunicación Audiovisual en la Universidad San Jorge, publica su primer poemario, ‘Cuarentena’

Ignacio Lasierra.
Ignacio Lasierra.
S.E.

Ignacio Lasierra Pinto escribe desde que tiene uso de razón, “aspiro a ser director de cine desde el 2002 y soy profesor del grado de Comunicación Audiovisual de la Universidad San Jorge desde 2009. Me gustan las brasas y las buenas charlas”. Acaba de publicar su primer libro de poemas, Cuarentena (Editorial Comuniter) o una situación de observación según la María Moliner, como cuando este cineasta y poeta comparte sus emociones más profundas.

Podríamos creer que va a ser un volumen que pisa los terrenos de lo visual, pero nos lleva por los caminos de la creación, lo cotidiano y filosófico, “que vienen a ser casi lo mismo”, apunta Lasierra. “Lo filosófico y lo cotidiano están más cerca de lo que pensamos. La creación no deja de ser ese pellizco que le pegamos a la vida, para entender las fisuras que existen entre lo trivial y lo existencial”.

La arquitectura de su libro de poesía se compone de destierro, aislamiento, purga y renacimiento. Sus textos no son de un asceta, aunque sí buscan la pureza. “Me planteé el libro como un recorrido que transita desde el destierro al renacimiento. Para resurgir, primero hay que exiliarse, atravesar desiertos. Para superar esas travesías, hay que confiar en el aislamiento, los periodos de soledad y, sobre todo, en la purga de lo que ya no necesitamos”, enumera.

Poesía contada desde una honesta concepción de lo íntimo. “Con los tiempos que vivimos, la intimidad creo que es un bien muy preciado. Un diamante que intenta resistir a la avalancha tecnológica. Gozar y tener cierta intimidad se ha convertido en un lujo sólo para los que ofrecen cierta resistencia a las redes sociales. Sinceridad es sinónimo de temeridad”.

La localidad oscense de Candasnos también late en sus versos, pues es “el lugar en el que nací, crecí y fui feliz durante mi infancia. Cada uno tiene su particular Ítaca y la mía, aunque lejana en el tiempo, tiene raíces monegrinas”. A veces se acerca a las fuentes clásicas de la poesía. “Es casi inevitable. Supongo que como en cualquier disciplina artística. Primero integras lo clásico, lo imitas. Después puede que estés preparado para desafiar algunas reglas. En Cuarentena hay un soneto, por ejemplo. No se me ocurre nada más clásico”, subraya.

Y otras veces también juega y se recrea con lo urbano y pop, cuestión que considera “normal, aunque eche la vista atrás soy hijo de mi tiempo. Hay poetas urbanos que me encantan. Para mí, tiene el mismo valor un poema escrito por un poeta clásico que uno de Hovik Keuchkerian o Kutxi Romero, por poner un par de ejemplos de poesía mucho más callejera. Un poema te atraviesa, o no, sea clásico o urbano”.

Con este estupendo volumen, Lasierra aspira “a dejar de hacer, echar raíces, ser el propio camino, como dice uno de los poemas. A corto plazo, me gustaría que los versos de este primer libro encuentren a sus lectores, para completar el sentido de cada poesía”.