Cultura

La entrevista

Carla Montero: "La literatura es una simbiosis entre el lector y el escritor"

La autora presentó en la Librería Santos Ochoa su última novela ‘El viñedo de la luna’

Carla Montero
Carla Montero
Laura Ayerbe

La Segunda Guerra Mundial y el vino son dos temas que ‘a priori’ puede que no tengan mucho que ver. La novela El viñedo de la luna de la escritora Carla Montero aúna estos dos asuntos que revelan un aspecto de la historia que estaba oculto o, por lo menos, lo parecía.

Cuando los alemanes ocuparon Francia, el vino se convirtió en objeto de expolio, “y mientras que el del arte es más conocido para un gran público este no lo es”.

“Hay que tener en cuenta que el vino para los franceses era su joya, más que una bebida, es fundamental para su cultura”, afirma Montero.

Y es que existen multitud de historias , y en distintos formatos, que giran alrededor de este parte terrorífica de la historia, pero “mezclado con el vino es una faceta de la historia que no se conoce mucho”.

Esta fue la primera vez que la autora presentaba en Huesca. Lo hizo en la Librería Santos Ochoa y cuenta que le apetecía muchísimo. “Cuando la editorial me lo propuso, lo tuve claro. Era momento de estrenarse aquí”.

La autora cuenta que apenas encontró documentación, “solamente dos libros sobre los que poder trabajar".

El tema surgió de casualidad. “Es algo que me interesa por todas las connotaciones que tiene el vino. Es historia, cultura, agricultura”, asegura, y continúa. “Es un tema desconocido, pero no significa que no tenga interés”. Y es que en Francia este es un tema espinoso. “Ahora se está empezando a admitir que el mundo del vino fue más colaboracionista que resistente”, considera.

Montero señala que cuando terminó la guerra se vendió un mensaje distinto en el que se decía que los viticultores engañaban a los alemanes y les vendían botellas malas por buenas “y que guardaban sus grandes tesoros detrás de muros en las bodegas”.

Al contrario que el proceso de documentación ha sido sencillo, “ha fluido sola”. “Una vez que establecí el marco la historia fue bastante clara”, cuenta.

Quitando la transcendencia a la historia que destapa, Montero lo que quiere con esta novela es que el lector se entretenga, que pase un buen rato y que encuentre un refugio al que acudir. “Y para ello es importante la conexión con los personajes: el lector los tiene que sentir vivos y que se pueda identificar con ellos”, explica.

Hasta ahora solo está recibiendo buenos comentarios “porque es una historia que a los lectores les enternece y genera interesa. Esa sensación se trasmite en un detalle muy importante: cuatro días después de que se publicase salió la segunda edición. Con esta ya lleva ocho, pero los nervios suelen ser los mismos.

“Esos momentos previos a una publicación tienes la inquietud sobre cómo será recibido. Por un lado es muy bonito, pero por otro genera mucha incertidumbre”, dice, y continúa. “Es lo que da ‘vidilla’ a nuestro trabajo (risas). Si no pierdes los nervios es que significa que no hay lectores y, al final, la literatura es una simbiosis entre el lector y el escritor”.