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El carácter y vitalidad de La Celestina cobran vida en el Teatro Olimpia

Anabel Alonso interpreta a este personaje de la literatura universal, este viernes a partir de las 20:30 horas

Anabel Alonso da vida a La Celestina.
Anabel Alonso da vida a La Celestina.
Pedro Gato

La Celestina, de Fernando de Rojas, inaugura este viernes el XVI Festival Olimpia Classic. El Teatro Olimpia de Huesca acoge a las 20:30 horas, y a punto de colgar el cartel de entradas agotadas, una adaptación de Eduardo Galán, dirigida por Antonio C. Guijosa y con Anabel Alonso en el papel principal, a la que acompañan en el escenario José Sáiz, Victor Sáinz, Claudia Taboada, Beatriz Grimaldos y David Huertas.

Secuencia 3, Pentación, Saga y Teatre Romea estrenaron La Celestina el pasado mes de abril y comenzaron una gira que “esta siendo un disfrute a todos los niveles”, reconoce Anabel Alonso. Para la popular actriz “interpretar La Celestina es un premio” porque se trata “de uno de esos personajes de los que se dice que no te quieres morir sin hacerlos. Y esa espinita ya me he quitado”.

Para Anabel Alonso, La Celestina, junto con Quijote y don Juan, “son los tres personajes que nuestra literatura ha legado al imaginario universal”, y considera “un honor y un placer” darle vida, algo que a nivel profesional ha supuesto para ella “una puesta de largo”, que afrontó con “mucho respeto” tanto por el personaje “como mis predecesoras en el papel, primerísimas actrices de la escena”.

La adaptación de Eduardo Galán que hoy suben a las tablas del Olimpia empieza con Celestina muerta que se le aparece a Pleberio, padre de Melibea. “Él, igual que les ha pasado a todos los lectores de La Celestina, le echa la culpa a ella de todos los males que han pasado, y ella le hace ver lo que sucedió”. En la representación sería como un ‘flashback’, en el que Celestina no cuenta su versión de los hechos, sino “lo que realmente pasó y le dice a Pleberio que juzgue, si ella es la culpable o no. Tanto Pleberio como el público, ya que es los ojos del espectador y del entorno, siempre le han echado la culpa a Celestina de ser la mala, pero ven que no es así. A ella la contratan para un trabajo, lo hace lo mejor que puede, mantiene su palabra y es traicionada y acaba siendo una víctima”.

Anabel Alonso asegura que en esta función se muestra “que ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos. Todos estamos cruzados con muchas cosas”, en las que el texto de Fernando de Rojas se trae a la actualidad “pero siendo muy fiel al original” porque lo que hace Galán, a parte de la licencia del ‘flashback’, “es condensar la historia en una hora cuarenta, hora cuarenta y cinco, incluyendo lo esencial de esta tragicomedia y adaptando el lenguaje para que sea más cercano y el espectador de hoy en día, aún guardando esos aromas del castellano antiguo, pueda comprenderlo”.

El carácter de La Celestina, su sentido del humor y su vitalidad trascienden del libro al escenario y cautivan al patio de butacas. El secreto está en que los clásicos que han pasado la criba más dura, la del tiempo, en el caso de La Celestina son 500 años, “tratan sobre las grandes pasiones humanas: el amor, el odio, la venganza, la envidia, la codicia, la avaricia... Esas virtudes y defectos de las personas son intemporales, no cambian. Podemos cambiar de ir en caballo a ir en coche, de comunicarnos con cartas al correo electrónico o el teléfono móvil, pero el ser humano no ha evolucionado tanto como creemos, y por eso creo que siguen llegando los clásicos, porque esas pasiones humanas, en el fondo, continúan siendo iguales”.

Anabel Alonso no oculta que interpretando a La Celestina esta “muy feliz” porque, además este personaje “es una grandísima actriz, y eso es otro reto. La Celestina, que yo creo que es la precursora de la picaresca española a la que siguieron el Lazarillo, El buscón..., es una superviviente, que se busca las habichuelas, que hace lo que haya que hacer, tan pronto te hace un cosmético, como te vende hilado, como te revienta el virgo, hace de alcahueta..., lo que se tercie. Además, según con quién esté es una mujer distinta, con el poderoso servil, con sus chicas maternal, con los criados digamos que es la jefa de la mafia...”. Y para Anabel Alonso eso implica conseguir que “esta mujer se adapte como un camaleón a la circunstancia y a la persona que tenga delante”; es decir, son muchas mujeres en una sola.

A lo largo de su dilatada trayectoria profesional, Anabel Alonso ha hecho mucho teatro. “Allí di mis primeros pasos y a él que me gusta volver siempre que puedo”. De hecho “lo necesito porque es otra manera de hacer. La televisión es más inmediata, en el cine va todo muy troceado, y el teatro es como esa obra de artesanía que ensayas, la estrenas pero siguen trabajando y descubriendo cosas. Yo no dejo de investigar hasta la última función”.

La Celestina que se acaba de presentar en Valencia seguro que no es la misma que hoy se verá en Huesca, donde el público también es distinto, pero de lo que no cabe duda es de que Anabel Alonso lo dará todo porque de todos los papeles que ha interpretado, asegura: “Me quedo con este personaje literario de talla universal”.

Diez meses de gira la reafirman como una propuesta escénica que está teniendo “una acogida fantástica por parte del público. La gente va al teatro, los llena, y la respuesta está siendo buenísima. Qué más se puede pedir... Hasta el momento todo está siendo mejor que soñado”.