Cultura

CRÍTICA MUSICAL

Broadway arrevistado

El Palacio de Congresos de Huesca acogió el musical “Chicago Life”

Imagen del espectáculo.
Imagen del espectáculo.
Verónica Lacasa

Está claro que hay hambre de musicales. El fenómeno de la Gran Vía madrileña –convertida actualmente en el paraíso de los musicales en España- ha eclosionado conquistando a todo tipo de públicos, y se ha expandido por todo el país en un goteo constante de espectáculos en gira, que a veces son creaciones propias y otras veces son réplicas en forma de tributo a los musicales originales. Del éxito de la fórmula habla claramente el hecho de que este fin de semana el Palacio de Congresos de Huesca ha acogido dos musicales que han conseguido abarrotar la sala en los dos casos: Chicago life el sábado y Coco. Recuérdame el domingo. Obviamente, para públicos muy distintos.

La productora Vol Music Events traía el sábado a Huesca Chicago Life, un espectáculo de CTME (Compañía de Teatro Musical de España), a la que ya se ha visto en la capital oscense en anteriores ocasiones con otros musicales.

Diez personas llevan a escena un show que funciona combinando las canciones de los musicales clásicos de Broadway con el espíritu del que ha sido el musical español por excelencia: la revista.

Con unos diálogos que rozan a menudo el límite de lo políticamente correcto y lo procaz, guiños a Pajares y Esteso o chistes locales (referencia al pollo al chilindrón incluida), Chicago Life está tan cerca de Broadway como de La Latina, conformando por tanto algo que se podría calificar de Broadway arrevistado, sin que esta apreciación sea en modo alguno despectiva.

Bajo la dirección artística de Pedro Pomares y con guion de Tomás Ferrando, en Chicago Life se trata de crear una historia propia a partir de las canciones de cuatro musicales, de los que solo uno transcurre en realidad en Chicago: el propio Chicago. De los otros tres, uno sucede en Berlín (Cabaret) y los otros dos, Burlesque y La La Land, tienen lugar en Los Angeles. En cualquier caso, la historia es original y sigue los pasos de un nightclub de Chicago, The Magic Dwarf, que está a punto de desaparecer porque un banco quiere comprarlo.

En cuanto a los personajes, unos son de creación propia y otros son trasuntos de los que aparecen en algunos de esos musicales. Entre los primeros figuran el locutor Tony Zuko, el barman Kevin o Margaret Page, que, con su frescura, su descaro y su insaciable apetito sexual, constituye el elemento cómico del espectáculo.

En cambio, el personaje de Roxie White está inspirado en el de Roxie Hart de Chicago, el de Ernest White parece ser una réplica del Emcee que bordó Joel Grey en Cabaret y el personaje de Daisy Green parece una combinación de la Ali de Burlesque y la Mia de La La Land.

Con una calidad vocal bastante notable, aunque algo desigual, el espectáculo arrancó con un tema de bienvenida, Todo aquí puede pasar, algo así como un The show must go on introductorio, en el que los artistas mostraron su polivalencia a la hora de cantar y bailar.

Enseguida, Ernest White lideró la interpretación del popular Willkommen de la película Cabaret, dirigida por Bob Fosse y con música de John Kander, que sigue un poco la línea del cabaret berlinés de Bertold Brecht y Kurt Weill. No tardó en sonar All that jazz (Al son del jazz), tema principal de la película “Chicago” de Rob Marshall, cuya música es también de John Kander sobre un libreto de Bob Fosse.

Se fueron alternando más tarde temas de los distintos musicales y películas. Y así, tras Welcome to Burlesque, canción que cantaba Cher en el filme Burlesque de Steve Antin –en cuya interpretación sacaron a un espectador al escenario-, se pudo escuchar otro clásico de la película Cabaret: el muy conocido Money, Money, que encajaba muy bien con el argumento de Chicago life.

La segunda parte del espectáculo oscila prácticamente entre los temas de La La Land (el filme de Damien Chazelle) y los de Burlesque.

Del primero sonaron la sutil balada The fools who dream, el medio tiempo jazzy A lovely night (que suena en la preciosa escena del banco que protagonizan Emma Stone y Ryan Gosling en la película), la alegre y bailable Someone in the crowd y, por supuesto, la conmovedora y maravillosa melodía de City of Stars.

Y de Burlesque fueron los temas con un sonido más contemporáneo y electrónico, próximos al R&B, que son los que canta Christina Aguilera en el filme: Express, I am a good girl y, por último, Show me how you burlesque (con rap incluido), con el que cerró el telón este espectáculo que gustó a un numeroso público que aplaudió con ganas al final del mismo.