Cultura

la entrevista

Manuela Bedoya: "Mientras se mantenga la unidad, hay posibilidad de seguir luchando"

La activista habló en Salón Azul sobre la represión en Colombia durante el estallido social de 2021

Manuela Bedoya, en el Casino de Huesca.
Manuela Bedoya, en el Casino de Huesca.
S. E.

El 28 de abril de 2021 marcó un hito significativo en la historia reciente de Colombia, cuando los jóvenes del país se unieron en un acto de resistencia contra la propuesta de reforma tributaria del presidente Iván Duque, desafiando incluso los desafíos impuestos por la pandemia.

"Este fue el punto de unión de todos los colombianos; precisamente, el hecho de que se tocara el pan fue algo que la mayoría no estaba dispuesta a negociar. Si a eso se le suma el contexto tan difícil, con antecedentes de una pandemia, que agudizó los niveles de pobreza y las brechas de desigualdad te da un cóctel explosivo", afirma Manuela Bedoya, defensora de derechos humanos y auxiliar de enfermería en atención prehospitalaria. Ella participó en la misión médica, dirigiendo una de las brigadas móviles de apoyo que atendió los puntos más críticos de la ciudad, y debido a su labor, fue perseguida y hostigada hasta tener que abandonar su país para ser acogida en España.

Tras seis meses de estancia, Bedoya cuenta que no pierde la esperanza. "Lo que nos sigue moviendo son las ganas de justicia y de que se demuestre la verdad", afirma. La activista está realizando una gira por España en la que comparte su experiencia personal durante el estallido social en Colombia.

Durante su parada en Huesca, Bedoya ofreció ayer charlas en el IES Sierra de Guara, la Escuela de Enfermería y cerró la jornada en el Salón Azul del Casino. Con estas charlas, busca mostrar cómo sucedieron los hechos y la importancia que tuvo el movimiento de jóvenes. "Además, quiero decir que los jóvenes también luchamos por nuestros derechos y los exigimos. De hecho, esto está costando la libertad de muchos: hay 350 jóvenes hoy presos en las cárceles de Colombia", sostiene. Y, por ello, considera que es pertinente poner estas cuestiones sobre la mesa a nivel internacional.

"Es importante llevar este tipo de temas a escenarios internacionales porque Colombia es un país en el que constantemente ocurren cosas. Todos los días hay informes de Derechos Humanos, situaciones complicadas en el territorio o asesinatos de líderes sociales", afirma.

Aún recuerda los días previos al famoso estallido social y el ambiente que sobrevolaba el país. "Fueron días muy crispados porque ya había una serie de represiones: desde desalojos en zonas públicas hasta la Universidad del Valle, que fue un campamento pacífico que los jóvenes hicieron para exigir el retorno progresivo a las aulas de clase, además de otras peticiones", sostiene. 

A pesar de la situación, ella se muestra optimista y demuestra ese ímpetu al expresarse. "Creo que lo último que se pierde es la esperanza, y mientras se mantenga la unidad, siempre hay posibilidades de seguir luchando por la vida, tanto humana como por la del territorio", concluye.