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Álvaro Calvo: “Mi fotografía es una expresión de mi identidad y un tributo a mi entorno”

Álvaro Calvo.
Álvaro Calvo.
Laura Ayerbe

Álvaro Calvo empezó a trabajar como fotógrafo colaborador para el Diario del AltoAragón en 2005, y hasta ahora no ha dejado de hacer fotos. Compaginó sus proyectos personales con su trabajo como fotógrafo freelance para empresas y medios de comunicación como Getty Images o la agencia Efe. Sus fotografías se han publicado en lugares como The New York Times, BBC o The Daily Telegraph. En 2021 recibió el Premio Periodistas de Aragón ‘Ciudad de Zaragoza’ de la Asociación de Periodistas de Aragón por su cobertura fotoperiodística de la pandemia del covid-19.

Cuando empezó en el 2005, ¿imaginó que sus fotografías acabarían en medios de comunicación como The New York Times?

—En aquel entonces, nunca imaginé que mis fotografías llegarían a las páginas de un prestigioso medio como The New York Times. Mi enfoque estaba en superarme a mí mismo, aspirando a destacar en el DIARIO DEL ALTOARAGÓN. Sin embargo, con el tiempo, cada pequeño éxito fue avivando mi espíritu de superación y me impulsó a soñar a lo grande, y, sobre todo, a creer en mi capacidad para alcanzar todo lo que me propusiese.

¿De qué manera la provincia ha moldeado su estilo de fotografía?

—Mi estilo es un reflejo directo de las profundas raíces que tengo en mi provincia natal. Estoy inspirado por la tierra que me vio crecer, busco capturar la esencia de su paisaje y la autenticidad de su gente. Como diría Labordeta en su himno Somos. Estoy moldeado por mi ‘tierra, suave como la arcilla pero firme como el roquedal’. Mi fotografía es una expresión de mi identidad y un tributo a mi entorno.

¿Cuál es su zona favorita de este territorio para fotografiar?

—La provincia de Huesca es un verdadero tesoro de diversidad natural, desde las imponentes montañas del Pirineo hasta los áridos paisajes del desierto monegrino.

¿No se decanta por ninguna?

—En este paraíso fotográfico, me resulta imposible elegir una sola zona favorita. Cada rincón tiene su propio encanto y sus propias historias por contar.

¿Cuál considera que ha sido el punto de inflexión en su carrera?

—Mis mayores momentos de transformación han surgido de los fracasos. He tropezado más de una vez, tanto en mi carrera profesional como en mi vida personal. Sin embargo, cada caída ha sido un catalizador de aprendizaje y crecimiento. Tras el fracaso, emerge la oportunidad de reinventarse con renovada fuerza y sabiduría. Y el fracaso, paradójicamente, ha sido mi mayor maestro.

Usted es un ejemplo de que desde el medio rural se pueden hacer grandes cosas, ¿qué le diría a todos aquellos que podrían estar pensando en irse?

—A quienes contemplan abandonar el medio rural en busca de nuevas oportunidades, les instaría a seguir sus sueños, pero sin perder nunca de vista sus raíces. El medio rural es una fuente inagotable de inspiración y fortaleza. Siempre hay caminos que recorrer y experiencias por vivir, pero el regreso al hogar siempre será reconfortante

¿Qué papel cumple Diario del AltoAragón en su vida?

—Ha sido mucho más que un lugar de trabajo para mí; ha sido mi escuela, mi plataforma y mi familia. Desde mis primeras publicaciones hasta mis logros más recientes, el diario ha sido testigo y cómplice de mi trayectoria profesional. Es un vínculo que trasciende lo profesional y se arraiga en lo personal.

Por último, ¿dónde visualiza su futuro más próximo?

—Lo visualizo trabajando en Huesca y su provincia, aunque también entre viajes que me enriquezcan y aventuras que me desafíen, pero siempre regresando a mi querida Huesca y a mi hogar en Santa Eulalia La Mayor, donde encuentro la paz que alimenta mi espíritu creativo.