Cultura

Adolfo Ramón: "Estoy volviendo a la frescura y la soltura de los primeros años"

Se inaugura la exposición retrospectiva con obras de toda sus épocas que permanecerá instalada hasta el 6 de abril 

El edil Didac Larrégula, el periodista Ángel Gayúbar, el pintor Adolfo Ramón y la técnico de Cultura, Belén Lanau.
El edil Didac Larrégula, el periodista Ángel Gayúbar, el pintor Adolfo Ramón y la técnico de Cultura, Belén Lanau.
Elena Fortuño.

Un pequeño cuadro lleno de frescura y pintado en Valencia por un Adolfo Ramón adolescente, abre la Exposición retrospectiva de este pintor internacional afincado en Torre de Obato, con cuya obra ha reabierto sus puertas Espacio Pirineos en una nueva temporada. Las distintas capillas de la nave central del centro recorren la trayectoria de Ramón a través de sus distintas épocas y estilos hasta el momento actual, en el que el pintor percibe un "cierto regreso a la sencillez" y clama, sobre todo, por "tomar tiempo y silencio para observar".

"Estoy muy contento por el cariño que he sentido para organizar la exposición y por la reacción del público", confesó Ramón, el relación al acto inaugural de la exposición que abrió este viernes y podrá visitarse hasta el próximo día 6 de abril. Un autorretrato de la década de los setenta, "aunque no fecho los cuadros", da la bienvenida a esta retrospectiva que parte de Valencia, "donde me crié" en la primera capilla con "uno de los primeros cuadros que pinté a los 16 años, con una espontaneidad que me sigue gustando, algo a lo que he intentado volver en la época actual, vuelvo a la frescura y la soltura".

Echando la vista atrás, esa pintura fue "el prototipo de la reacción contra la docencia de las academias, aquí y en La Haya, es un camino duro y cuando te liberas, empiezas a reaccionar de cualquier manera a las enseñanzas, con pinceladas sueltas y salvajes", explica, mostrando los dibujos de esos academias, que "dejan ver la dureza de la enseñanza en España en los sesenta, muy técnica, si bien es verdad que se aprendía mucho a dibujar, aunque luego te vas liberando".

La segunda época, en la segunda capilla, son óleos "con mucho detalle y diferentes técnicas", aunque incluye piezas tardías donde mantiene el estilo y un ensayo de la pintura del 1400. "En cada capilla acompaño dibujos porque siempre he estado haciendo bocetos, dibujando".

El frontal de la muestra, la tercera éopca, es la pérdida del detalle. "Estuve varios años pintando sin detalle, bodegón, figura, paisaje, todo muy directo con técnica a la témpera y a la caseína. Buscaba otra esencia, algo diferente". Sin embargo, esta fase no perduró y, en la cuarta capilla, vuelve a cambiar y se pasa al acrílico. "Todo lo que hay aquí es acrílico, la técnica es más fría que el óleo, al que volví, porque el acrílico fue una época pasajera. El dibujo -insistió- permanece porque es la base. Es intentar comprender un poco lo que te rodea, un trabajo casi entre lo científico y lo filosófico".

La quinta y última capilla muestra la calma. "Lo que me interesa es la sencillez, el silencio, y dejar ver la pintura con el silencio en el pensamiento. Es gratificante tomar el tiempo para observar las cosas". Con nostalgia, ha pintado Valencia, "las calles en sombra, el frescor, con algo de nostalgia y el amor que le tengo yo a Valencia" y ofrece el último de los tres retratos para cerrar la muestra, de 2022 y con el que también cierra esta trayectoria.

El periodista Ángel Gayúbar presentó a Ramón, recordando que nació en Teruel, pero pronto partió a Valencia, donde se formó en la Escuela de Bellas Artes. Emigró a Holanda y allí recomenzó sus estudios en la Real Academia de Bellas Artes de La Haya, donde se licenció en 1973. Ha expuesto en distintos países de Europa y América, también tras instalarse, en 1988, en Torre de Obato. Gayúbar ensalzó la calidad de la obra de Ramón a la par que la humana.

La técnico de Cultura, Belén Lanau, resaltó que la muestra supone la reapertura de Espacio Pirineos después de mes y medio y avanzó que ésta es la primera de las 19 exposiciones previstas este año en el centro. El concejal de Cultura, Didac Larrégula, se mostró "muy satisfecho" con la exposición.