Cultura

LITERATURA

Pilar Clau lleva su poesía “útil y necesaria” al vermú literario de Aveletra

La autora de Laluenga presenta en el Casino de Huesca su poemario “Mujer de otoño” y recuerda a Ángel Guinda

Maria Pilar Clau, participa en el vermú de Aveletra. Foto Verónica Lacasa. 3-3-24 [[[DDA FOTOGRAFOS]]]
Verónica Lacasa durante su intervención este domingo en el Casino.
Veronica Lacasa 

El Casino de Huesca ha cambiado este domingo de estación para recibir los versos de Mujer de otoño, el primer poemario publicado por la escritora y periodista de Laluenga Pilar Clau, quien fue la protagonista del vermú literario organizado por la Asociación Aveletra de escritores oscenses.

Mujer de otoño vio la luz el Día del Libro del pasado año y surge tras un grave accidente de tráfico y después de que su marido, el también autor y periodista Mariano Gistaín, decidiera enviar sus textos a Trinidad Ruiz Marcellán, editora de Olifante.

“Para mí fue una alegría muy grande y una manera de lanzarme a la poesía, a publicar, porque yo solo escribía. Para mí escribir poesía siempre ha sido una necesidad”, afirma. “De hecho, continúa, mientras escribía las novelas (tiene publicadas dos, Pétalos de luna y La sobrina) siempre tenía la necesidad de hacer paradas para escribir poesía. Es para mí como un descanso, como oxígeno, como una necesidad grande, una urgencia también”.

Y a pesar de tratarse de un género aún minoritario, cuya lectura es exigente -“se vive con el cuerpo entero”- asegura, por su experiencia en las numerosas ferias y recitales a los que ha acudido, que se ha revitalizado.

Defiende así una poesía “útil y necesaria”, haciendo suyas las palabras del poeta aragonés, Ángel Guinda, del que también habló ayer. Mujer de otoño consta de cuatro partes. La primera, titulada igual que el libro. “Es lo que permanece en mí, hay una trayectoria, en realidad hay mucho cambio en mí. El accidente me marcó mucho y he visto una evolución para bien”, señala. “Mujer de otoño es lo que permanece porque Mujer de otoño soy yo”, añade.

Instropección, la segunda parte, es la que más considera esa “poesía útil”. Lo pudo comprobar en Zaragoza, en una firma de libros en la caseta de la librería Antígona, la tarde del mismo día que el libro veía la luz. Una lectora se acercó hasta ella, llorando, emocionada, para darle las gracias y transmitirle que dos de sus poemas “le habían cambiado la vida”. “Fue tan bonito. No olvidaré nunca esa sensación de que puedes ayudar”, asevera.

Mujer de otoño es así, “un compromiso conmigo y con mi mundo sellado con versos”. De esta forma, palabras como las del poema Voy a vivir despacio, con el que abre la parte de Instrospección, llevan también mensajes que a Clau le sirven en su día a día. “Hay un verso, por ejemplo, que dice, ‘Y por sendas hostiles avanzaré tranquila’ y en este tiempo, cada vez que he tenido algún problema así difícil, que he estado mal, me acuerdo de eso, me ayuda mucho y pienso que también puede ayudar”, señala Pilar Clau.

Canto a la tierra y al amor

Aire es, por otra parte, un canto a su tierra, Somontano y al trabajo en el campo, de una autora que es “hija y hermana de agricultor”. Y cierran el libro los poemas de Amor, el primero de ellos dedicado a su marido. También hay versos destinados a su madre y su hermana. Se trata así, incide de hablar “del amor en general, que no tiene por qué ser el amor de pareja”.