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José Alberto Andrés Lacasta: "Estoy luchando por que Huesca ocupe el lugar que merece en el cine"

El cineasta, nacido en Huesca en 1969, ha trabajado como guionista, productor, director, ha colaborado en muchos proyectos.

Jose Alberto Andres Lacasta
Jose Alberto Andres Lacasta
Laura Ayerbe

El cineasta, nacido en Huesca en 1969, ha trabajado como guionista, productor, director, ha colaborado en muchos proyectos. Ha realizado cortometrajes, documentales, vídeos comerciales, así como contribuciones a espectáculos de teatro y danza. En 2002, co-fundó el colectivo Les Sardines, y en 2013 estableció la productora Factory du Cardelin en Zaragoza. De aquellas cenizas, nació en 2020 su productora Du Cardelin Studio con la que está viviendo un gran momento. Y Eva también y Manolo Kabezabolo confirman el bueno momento de una productora a la que le espera un buen futuro.

Cuál es su primer recuerdo relacionado con el cine?En la asociación de mi barrio, en el Perpetuo Socorro. Los siguientes recuerdos están relacionados con el cine que se programaba en el Teatro Salesianos o en el Olimpia. Era un cliente habitual, casi siempre sesión doble durante el fin de semana y de alguna manera me forjó. La revelación total fue con el Festival de Cine de Huesca. Ahí descubrí a muchos autores diferentes.

Entonces, la provincia ha sido un elemento revulsivo.—Sin duda. En primer lugar, por cuestiones morfológicas: Huesca y su provincia son un gran plató. Cuando era niño no dejaba de ver sus escenarios en muchas películas americanas. Y, en segundo lugar, por los referentes. Hay gente que ha hecho cine en Huesca que me ha marcado bastante. Podría nombrar desde los primeros guiones de Julio Alejandro u otros cineastas que han hecho cosas en Aragón.

¿Algún recuerdo que se le venga a la cabeza?
—Recuerdo el rodaje de la película Tata Mía con Imperio Argentina que se rodó en el Alto Aragón, y empezaron a hacer los primeros rodajes en el Castillo de Loarre: “Como me gustaría ir allí, y ver qué hacen”, pensé.

¿Usted con qué lugar se queda?
—He rodado en muchos sitios, tanto en zonas montañosas como en zonas urbanas, como en Los Monegros, pero sin duda me quedo con los Pirineos y con lo subyugante que es su paisaje. Es muy fácil convertirlo en un personaje. Además, sus montañas son un elemento que apoya determinadas narrativas.

¿Y alguno que se le haya resistido?
—La verdad es que ninguno, pero que me lo haya hecho pasar mal sí. Fue en Los Monegros. Lo habíamos localizado por su aridez, su sequedad, pero en esos cuatro días que estuvimos nos cayó ‘el diluvio universal’ (se ríe). Medio metro de agua en el desierto.

¿Es difícil rodar fuera de las grandes urbes?—Es un acto casi de resistencia quijotesca. Estoy luchando porque Huesca ocupe el lugar que merece en la industria, ya que está muy polarizada entre Madrid, Barcelona y ahora quizá el País Vasco. Estar apostando por seguir operando desde Huesca es un acto heroico. Aunque también nos da ventajas: contamos con platós naturales y el tejido local cada vez es más tupido y profesional, y se van dando poco a poco las circunstancias para que no salgamos en estampida de la provincia.

¿Cuál considera que ha sido el punto de inflexión en su carrera?—El poder compartir con determinado tipo de gente proyectos cinematográficos. He participado en muchos, y el hecho de compartir con distintos productores, realizadores, ha ido moldeando mi trayectoria dentro del cine. El cine es un trabajo de equipo, y cuando tienes la suerte de estar en equipos con ideas muy originales, es cuando vas forjando tu carrera y tu personalidad particular.

¿Un consejo que les darías a esos jóvenes oscenses que se quieren adentrar en el mundo del cine?—Que perseveren, que confíen mucho en su idea, pero que sean prudentes porque tienen que ser conscientes de que hacer cine es caro. Y es importante que no se metan en líos de los que tengan que retroceder, pero se deben fiar de su propio instinto y que se rodeen de gente buena que la hay en Huesca.

¿Qué es para usted la provincia?—Tengo mi casa en un pequeño pueblo del Prepirineo y para mí es el retorno, mi gran retorno. Es un punto de referencia. Muchas de las respuestas las encuentro en el pequeño ambiente, y eso me permite trasladarlas a otros sitios y otros espacios.

Ahora mismo está atravesando un buen momento, ¿estáis motivados para el futuro?—Estamos muy contentos porque no solo es que hagamos cine en Huesca, sino que estamos metidos en otras producciones que nos llevan a otros lugares con la conciencia de estar aquí. Nuestros pasos son pequeños, pero son seguros.