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Los Fratelli Moca pintan a las diosas del océano en Taiwán

Los artistas oscenses han desarrollado su último proyecto gracias a una beca del centro de arte Pier-2 de Kaohsiung

La obra se puede ver en un sitio muy turístico de Kaohsiung.
La obra se puede ver en un sitio muy turístico de Kaohsiung.
S. E.

Como su arte no entiende de fronteras, los Fratelli Moca han pintado a Las Diosas del Planeta Océano en Kaohsiung (Taiwán), donde su nueva obra está arrasando entre los habitantes y visitantes de la ciudad asiática.

Al estilo Lola Flores, los hermanos Chalo y Alva Moca aseguran entre risas a este periódico que “si recibiéramos 15 céntimos de euro por cada foto o cada selfie que se hacen delante del mural, al final del año seríamos millonarios”.

Los artistas e ilustradores oscenses han realizado este proyecto gracias a una convocatoria abierta por el centro de arte Pier-2 en Kaohsiung, la segunda ciudad más grande de Taiwán, situada en el sur del país.

Se trata de una beca para una residencia artística de una institución pública que pertenece al gobierno de la ciudad, y que, aunque obtuvieron en 2020, no han podido desarrollar hasta ahora debido a las restricciones de la pandemia.

El proceso de trabajo

Los hermanos necesitaron una grúa para realizar el proyecto.
Los hermanos necesitaron una grúa para realizar el proyecto.
S. E.

Desde el 4 de enero hasta mitad de marzo, los Fratelli Moca ejecutaron el proyecto, algo que “no ha sido del todo fácil”, comentan.

“La organización nos ofrecía unos muros que a nosotros no nos parecían apropiados, así que la negociación fue dura hasta conseguir los permisos de un sitio que nos gustara”, apuntan.

Finalmente, los artistas encontraron un conjunto arquitectónico bastante peculiar para pintar su idea: “La hicimos en las cuatro caras de dos torres de 15 metros y tres paredes del edificio contiguo, fabricado a partir de containers de barco, algo muy común en una ciudad portuaria como esta”, señalan.

Tras escoger la ubicación se concentraron en la investigación y los bocetos: “Ajustamos en varias ocasiones la propuesta inicial. Teniendo en cuenta que utilizamos lenguajes diferentes, fue curioso y laborioso llegar a un punto en común”.

Después vino la parte de producción ayudados por su asistente local, con la que alquilaron la grúa y compraron la pintura plástica y los sprays que necesitaban.

Y por último, la ejecución, que se produjo durante nueve días de trabajo bajo el sol y un calor asfixiante. “Ha sido más exigente que otros proyectos, pero estamos muy satisfechos con el resultado final”, valoran los artistas.

La obra

El mural, desde otro punto de vista.
El mural, desde otro punto de vista.
S. E.

Las Diosas del Planeta Océano es el título de su obra, que reflexiona sobre “la unicidad de todo lo que vive y sobre cómo los humanos debemos respetar y reconectarnos con nuestro entorno natural”, explican.

Para completar este objetivo, los artistas representaron una serie de mágicas deidades, mitad humanas-mitad pez, que cuidan y protegen los océanos y también a los pescadores.

Nos inspiramos en la Diosa Matsu (Diosa del Mar en Asia) y en su similitud con la Virgen del Carmen, patrona de los marineros en España”, concretan.

Todas las figuras del mural son femeninas porque, “al igual que la mujer da la vida, la vida en nuestro planeta se creó a partir del agua, del océano”, dicen.

Para representar lo básico que resulta cuidar los mares y la naturaleza utilizaron “los colores primarios -rojos, azul y amarillo-junto al banco y negro”, prosiguen.

“En nuestra composición también hemos planteado imágenes simétricas para jugar con el concepto taoista del ying y el yang, dos fuerzas opuestas y complementarias que conforman todos los aspectos y fenómenos de la vida”, agregan.

Tanto por parte de la organización de la beca como por la de los visitantes del centro de arte, la obra “ha sido muy bien acogida”, valoran.

Se encuentra en lo que era el antiguo muelle de la ciudad. Actualmente, esta zona es muy turística, donde se encuentran muchas piezas escultóricas en el espacio público”, celebran los hermanos. 

La experiencia

Alva y Chalo Moca, en un descanso el proyecto.
Alva y Chalo Moca, en un descanso del proyecto.
S. E.

Haber aceptado este nuevo reto en sus carreras les ha regalado una experiencia “muy positiva”, porque son de los que piensan que “salir de la zona de confort es necesario”.

“Tanto a nivel personal como profesional es muy enriquecedor ampliar la mirada, ensanchar el alma, conocer otras culturas, otros idiomas y otras maneras de estar en el mundo. También lo es compartir la residencia con artistas de otros países como Indonesia, Japón, Australia, Holanda y Filipinas”, resaltan.

“Nos encanta viajar y está genial si al mismo tiempo podemos trabajar y expandir nuestra obra más allá de nuestras fronteras”, reiteran los artistas, quienes destacan “lo rica que está” la gastronomía del país y “lo educados y cívicos” que son sus habitantes.

De Taiwán se llevan muchas cosas, la mayoría de ellas, intangibles: “Hacer nuevos amigos, muchas risas, muchos paseos en bici, baños en el mar, poder surfear nuevas olas, jugar a basket todas las semanas con los bomberos de la ciudad, impartir un taller de arte mural en un colegio de Primaria y también, claro está, haber realizado una obra de grandes dimensiones bien chula”, concluyen estos artistas internacionales.